Aprobada la Ley de Restauración de la Naturaleza pese a la negativa de los agricultores
Con 329 votos a favor, 275 en contra y 24 abstenciones, este martes el Parlamento Europeo ha aprobado la polémica Ley de Restauración de la Naturaleza. El resultado provocó aplausos y vítores de los socialistas y los verdes, mientras sus colegas de derechas guardaban silencio.
La ley, muy suavizada durante el proceso de negociaciones con los Estados miembros, pasará ahora al Consejo, donde los llevarán a cabo la votación final antes de que entre en vigor.
¿En qué consiste la Ley de Restauración de la Naturaleza?
Se trata de una norma que pretende rehabilitar al menos el 20% de las zonas terrestres y marinas de la Unión Europea para 2030 y todos los ecosistemas degradados para 2050.
Establece obligaciones y objetivos en distintos ámbitos de actuación, como las tierras de cultivo, los polinizadores, los ríos, los bosques y las zonas urbanas, para revertir gradualmente los daños ambientales causados por el cambio climático y la actividad humana descontrolada.
Presentada por primera vez por la Comisión Europea en junio de 2022, cobró mayor importancia tras el histórico acuerdo sobre biodiversidad sellado en la COP15.
Pero el año pasado, la ley se convirtió en el blanco de una feroz campaña de oposición por parte de los conservadores, en particular del Partido Popular Europeo (PPE), la mayor formación del Parlamento.
El PPE afirmó en repetidas ocasiones que el proyecto de ley pondría en peligro el sustento de los agricultores europeos, interrumpiría las cadenas de suministro establecidas desde hace tiempo, disminuiría la producción de alimentos, elevaría los precios para los consumidores e incluso acabaría con las zonas urbanas para dar paso a espacios verdes.
Los argumentos fueron fuertemente rebatidos por grupos de izquierda, la Comisión Europea, decenas de ONG, miles de científicos del clima, la industria de las renovables y grandes empresas como IKEA, H&M, Iberdrola, Unilever, Nestlé y Danone, que insistieron en que el objetivo de restaurar la naturaleza era compatible con la actividad económica y esencial para garantizar la viabilidad a largo plazo de los suelos europeos.
La presión del PPE para desbaratar la posición común del Parlamento fracasó en julio, después de que un puñado de conservadores se rebelara y rompiera filas para votar a favor del proyecto de ley. Esto permitió a los eurodiputados entablar negociaciones con el Consejo y alcanzar un acuerdo provisional en noviembre, que se esperaba fuera aprobado por ambas instituciones.
La posición de los agricultores respecto a la Ley de Restauración de la Naturaleza
Sin embargo, el estallido en enero de las protestas de los agricultores de toda Europa revigorizó la reacción contra el Pacto Verde, ya que el sector agrario culpó directamente a la normativa medioambiental del bloque como motivo de la excesiva carga burocrática.
La Ley de Restauración de la Naturaleza, que había quedado relegada a un segundo plano, volvió a situarse en el centro de la tormenta política. "Seguimos creyendo que está mal redactada y nunca estuvo a la altura de la tarea que teníamos por delante", declaró el martes Manfred Weber, presidente del PPE, antes de la votación.
"La inflación está hoy impulsada por la subida de los precios de los alimentos en los supermercados. Tenemos que pedir a nuestros agricultores que produzcan más y no menos para estabilizar la inflación".
Pedro Marques, de los Socialistas y Demócratas (S&D), contraatacó y acusó a los conservadores de difundir desinformación. "Esa idea de que votan (contra la ley) porque se preocupan por los agricultores es absolutamente inaceptable. Es populista. Esto es engañar a los europeos y ciertamente a nuestros agricultores", dijo Marques.
La derecha y los agricultores, contra el pacto verde
"Negar el Pacto Verde, negar la emergencia climática no es, desde luego, la forma de resolver nuestros problemas". La supervivencia de la ley es un suspiro de alivio para el Pacto Verde, que está sometido a una creciente presión por parte de los partidos de derechas y liberales, el sector agrícola y las asociaciones industriales.
A principios de mes, Ursula von der Leyen decidió retirar un polémico proyecto de ley que pretendía reducir a la mitad el uso y los riesgos de los pesticidas para 2030.
"Sólo si nuestros agricultores pueden vivir de la tierra invertirán en el futuro. Y sólo si alcanzamos juntos nuestros objetivos climáticos y medioambientales, los agricultores podrán seguir ganándose la vida", declaró la presidenta de la Comisión.