Apertura del Sínodo: frente al desafío del ala ultraconservadora, el Papa pidió evitar “batallas ideológicas” y llamó a ser una Iglesia “abierta a todos”

El papa Francisco preside la misa inaugural del Sínodo de Obispos, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el 4 de octubre de 2023. (AP Foto/Andrew Medichini)
El papa Francisco preside la misa inaugural del Sínodo de Obispos, en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el 4 de octubre de 2023. (AP Foto/Andrew Medichini) - Créditos: @Andrew Medichini

ROMA.- Consciente de las tensiones, los miedos y las resistencias, en la misa solemne de apertura de la XVI Asamblea General del Sínodo de Obispos, el papa Francisco hizo hoy un fuerte llamado a sus participantes –por primera vez, también mujeres y laicos- a no caer en “cálculos políticos, estrategias humanas o batallas ideológicas”, a evitar “un espíritu de división y conflicto” y a ser una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”.

En una misa junto a los nuevos cardenales –entre ellos, dos argentinos de su confianza, Víctor Manuel “Tucho” Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) y el arzobispo de Córdoba, el jesuita Ángel Rossi (ambos cordobeses y miembros del sínodo)-, y los demás participantes a la asamblea, en un sermón denso, claro y fuerte, el papa Francisco también recordó que el sínodo “no es un parlamento polarizado”, sino que el protagonista de este gran evento eclesial es el Espíritu Santo.

Los cardenales recién elegidos posan con el Papa Francisco después de una santa misa el día de apertura de la 16.ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos
Los cardenales recién elegidos posan con el Papa Francisco después de una santa misa el día de apertura de la 16.ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos - Créditos: @ANDREAS SOLARO

“Queridos hermanos cardenales, hermanos obispos, hermanos y hermanas, estamos en la apertura de la Asamblea Sinodal. Y no nos sirve tener una mirada inmanente, hecha de estrategias humanas, cálculos políticos o batallas ideológicas -que si el sínodo dará este permiso o el otro, si abrirá esta puerta o la otra-, esto no sirve”, advirtió.

“No estamos aquí para celebrar una reunión parlamentaria o un plan de reformas. El Sínodo, queridos hermanas y hermanos, no es un parlamento. El protagonista es el Espíritu Santo. No. No estamos aquí para hacer parlamento, sino para caminar juntos con la mirada de Jesús”, agregó, ante unos 25.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.

Le respondió, así, al ala ultraconservadora que en los últimos días filtró unas cartas que le habían escrito cinco cardenales para plantearle cinco “dubia” (“dudas”) sobre cuestiones de doctrina y moral que temen que cambien. Entre ellas, la bendición a parejas homosexuales, práctica ya en uso por algunos sacerdotes en Alemania aunque prohibida en 2021 por el DDF, pero en la que podría haber una apertura caso por caso, según una respuesta del Papa.

En una jornada de sol radiante, el papa Francisco, también consciente del temor de los más conservadores a que el sínodo destruya a la Iglesia, se aleje de la verdad y sea cooptado por grupos que buscan determinados objetivos, aclaró que tampoco se trata de eso. De hecho, habló de la necesidad de ser una Iglesia “que no deja que el mundo le dicte su agenda”.

“Esta es la sabiduría espiritual de la Iglesia, resumida con serenidad por san Juan XXIII: ‘Ante todo es necesario que la Iglesia no se aparte del sacro patrimonio de la verdad, recibido de los padres; pero, al mismo tiempo, debe mirar a lo presente, a las nuevas condiciones y formas de vida introducidas en el mundo actual, que han abierto nuevos caminos para el apostolado católico’”, explicó, citando el discurso de apertura del Concilio Ecuménico Vaticano II, del 11 octubre 1962. “La mirada de bendición de Jesús nos invita a ser una Iglesia que no afronta los desafíos y los problemas de hoy con espíritu de división y de conflicto, sino que, por el contrario, vuelve los ojos a Dios que es comunión y, con asombro y humildad, lo bendice y lo adora, reconociéndolo como su único Señor”, añadió.

El papa Francisco preside una misa concelebrada por los nuevos cardenales para el inicio de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano
El papa Francisco preside una misa concelebrada por los nuevos cardenales para el inicio de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano - Créditos: @Andrew Medichini

Citando un discurso de su predecesor, Benedicto XVI, subrayó que la principal tarea del Sínodo es “volver a poner a Dios en el centro de nuestra mirada, para ser una Iglesia que ve a la humanidad con misericordia”. “Una Iglesia unida y fraterna, que escucha y dialoga; una Iglesia que bendice y anima, que ayuda a quienes buscan al Señor, que sacude saludablemente a los indiferentes, que pone en marcha itinerarios para instruir a las personas en la belleza de la fe. Una Iglesia que tiene a Dios en el centro y, por consiguiente, no crea división internamente, ni es áspera externamente. Es así como Jesús quiere a su Iglesia, su Esposa”, subrayó.

También recordó la importancia de ser una Iglesia “abierta a todos, todos, todos”, como dijo recientemente en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. “Que la mirada de Jesús que bendice y que acoge nos impida caer en algunas tentaciones peligrosas: la de ser una Iglesia rígida, que se acoraza contra el mundo y mira hacia el pasado; la de ser una Iglesia tibia, que se rinde ante las modas del mundo; la de ser una Iglesia cansada, replegada en sí misma”, pidió.

En el día de San Francisco de Asís, patrono de Italia y el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios”, del que tomó el nombre, Francisco recordó esta fiesta. Y volvió a insistir en la necesidad de que no haya polarización ni batallas en el sínodo que se abre hoy, que se extenderá hasta el 29 de octubre y que tendrá una segunda etapa en octubre de 2024.

Una vista general muestra la basílica de San Pedro antes de una santa misa el día de apertura de la 16.ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 4 de octubre de 2023
Una vista general muestra la basílica de San Pedro antes de una santa misa el día de apertura de la 16.ª Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el 4 de octubre de 2023 - Créditos: @ANDREAS SOLARO

“Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio: la humildad y la unidad, la oración y la caridad”, recordó. “¡Hagamos lo mismo también nosotros!”, exhortó.

“Y si el Pueblo santo de Dios con sus pastores, provenientes de todo el mundo, alimentan expectativas, esperanzas e incluso algunos temores sobre el Sínodo que comenzamos, recordemos una vez más que no se trata de una reunión política, sino de una convocación en el Espíritu; no de un parlamento polarizado, sino de un lugar de gracia y comunión. El Espíritu Santo deshace, a menudo, nuestras expectativas para crear algo nuevo que supera nuestras previsiones y negatividades. Abrámonos e invoquemos al Espíritu Santo, Él es el protagonista. Y con Él caminemos, con confianza y alegría”, concluyó.

Ayuno informativo

Por la tarde, en un entorno muy distinto al de los anteriores sínodos, en un Aula Pablo VI reacondicionada para la ocasión con 35 mesas redondas dotadas de tabletas, camaritas, aparatos para traducción simultánea y mucha tecnología –que según pudo saber LA NACION, al principio tuvo problemas-, al inaugurarse la primera Congregación General (reunión plenaria), Francisco repitió en un saludo los mismos conceptos. Y, en una sesión abierta, que pudo verse en directo por streaming, hizo un pedido especial para los periodistas: tratar de cubrir este evento con la “connotación que refleja el Espíritu Santo”. “Hace falta un ayuno de palabra pública para custodiar esto”, advirtió, aludiendo a la confidencialidad y reserva que, según el reglamento del sínodo, se le ha pedido a sus participantes.

“Dirán que los obispos tienen miedo de comunicar qué pasa, pero en la Iglesia ahora la prioridad no es hablar, la prioridad es la escucha”, explicó el Papa, que si bien destacó la importancia del trabajo periodístico, recordó que en las asambleas anteriores se tergiversaron las cosas por una presión mediática en la opinión pública. Recordó, de hecho, que en el sínodo sobre la familia el foco principal de la prensa se redujo a la cuestión de la comunión a los divorciados vueltos a casar; en el sínodo de la Amazonía, al tema de la ordenación de los hombres casados (viri probati); y que ahora “afuera se preguntan, ¿qué harán con el sacerdocio femenino?”, cuando en verdad se dará una discusión mucho más amplia, sobre varios otros temas.

“Les pido que hagan bien su trabajo”, exhortó el Papa, que para explicar este virtual “apagón” informativo, más allá de repetir que en la Iglesia hoy la prioridad es la escucha y no hablar, les agradeció a los periodistas que pensaran que “la Iglesia se detuvo”. “Es una pausa de toda la Iglesia en escucha, este es el mensaje”, indicó.

Según el artículo 24 del Reglamento del Sínodo, “para garantizar la libertad de expresión de cada uno y de todos en cuanto a su proprio pensamiento y para garantizar el discernimiento común, que es la tardea principal encomendada a la asamblea, cada uno de los participantes está llamado a la reserva y a la confidencialidad tanto en lo relativo a sus intervenciones, como a las de los demás participantes”. “Tal deber se mantiene en vigor también una vez concluida la asamblea sinodal”, agregó, al precisar que está prohibido grabar, filmar y divulgar las intervenciones de las Congregaciones generales (reuniones plenarias) y de los “círculos menores”, como se llaman las reuniones de grupos más pequeños, divididos por idiomas. De todos modos, el Vaticano hará briefings y conferencias de prensa y transmitirá por streaming las presentaciones de los argumentos a tratar y las plegarias matutinas.