Andrew Tate pensó que estaba por encima de la ley, pero Rumania le demostró que estaba equivocado

El casco antiguo de Bucarest, la capital de Rumania, el 23 de abril de 2023. (Andreea Campeanu/The New York Times).
El casco antiguo de Bucarest, la capital de Rumania, el 23 de abril de 2023. (Andreea Campeanu/The New York Times).

BUCAREST, Rumania — Andrew Tate, un pugilista influente en línea y autoproclamado “rey de la masculinidad tóxica”, nunca ocultó la razón por la que había elegido Rumania como su hogar y centro de negocios.

“Me gusta vivir en una sociedad donde mi dinero, mi influencia y mi poder significan que no estoy sometido ni le debo algo” a ninguna ley, le dijo Tate a sus fans.

Pero, como gran parte de lo que el expeleador de “kick-boxing” les ha dicho a sus millones de seguidores, en su mayoría hombres jóvenes, en las redes sociales —incluidas afirmaciones de que es billonario y tiene 19 pasaportes— la proclamación de fe de Tate en Rumania como un refugio libre de riesgos para comportamientos antisociales reflejó más fantasía que realidad.

En diciembre, las autoridades rumanas arrestaron a Tate, ciudadano de Estados Unidos y el Reino Unido, y a su hermano menor, Tristan, por cargos de trata de personas, violación y la creación de un grupo delictivo organizado. Tras estar tres meses recluidos en una cárcel de Bucarest, la capital, ambos hombres, que niegan haber cometido algún delito, se encuentran actualmente bajo arresto domiciliario, en espera de juicio.

Su hogar es un enorme complejo en una lúgubre calle ciega en Voluntari, una ciudad al lado de Bucarest que está salpicada de nuevas y brillantes torres de oficinas y lotes baldíos abandonados. Se parece más a un almacén industrial que a la guarida de un hombre que se jactaba de tener una inmensa riqueza y publicaba videos de sí mismo paseando en aviones privados con mujeres hermosas y conduciendo autos veloces.

Los autos de alta gama que solían llenar el patio, entre ellos un Rolls-Royce, un Porsche, un Aston Martin y un BMW, ya no están: fueron confiscados por las autoridades rumanas. El único vehículo que queda es un tosco Lada ruso. No valía la pena confiscarlo.

Una calle en Bucarest, la capital de Rumania, el 23 de abril de 2023. (Andreea Campeanu/The New York Times).
Una calle en Bucarest, la capital de Rumania, el 23 de abril de 2023. (Andreea Campeanu/The New York Times).

Rumania todavía se ubica muy por debajo de la mayoría de los miembros de la Unión Europea en las clasificaciones de gobiernos honestos. En el Índice de Percepción de la Corrupción del año pasado de Transparencia Internacional, solo Bulgaria y Hungría clasificaron en puestos inferiores. Además, según el informe de 2022 del Departamento de Estado sobre la trata de personas, Rumania sigue siendo “una fuente principal de tráfico sexual” en Europa.

Pero en los últimos años, Rumania ha hecho un esfuerzo serio para atender la corrupción interna y la anarquía general que ha asolado durante mucho tiempo al país, y que aparentemente atrajo a Tate. Antes de su arresto, afirmó que le gustaba “vivir en países donde la corrupción es accesible para todos”, y donde cualquiera puede pagar un soborno de 50 dólares para evitar una multa por exceso de velocidad.

Eugen Vidineac, el abogado rumano que defiende a Tate, dijo que su cliente había “dicho muchas estupideces”, pero que después de su arresto “dejó de pensar que Rumania fuera tan corrupta”.

Desde que Tate estableció a Rumania como su base de operaciones alrededor de 2016, la agencia contra la trata de personas del país ha ampliado su personal y ha lanzado un bombardeo de mensajes en vallas publicitarias, la televisión y en línea, en los que advierten a las mujeres sobre cuidarse de los “galanes”, traficantes que usan la seducción como técnica de reclutamiento. Tate está acusado de usar esta táctica para atraer a mujeres vulnerables a su residencia para que actúen en videos sexuales en línea.

El informe del Departamento de Estado afirmó que, si bien Rumania “no cumplía completamente con los estándares mínimos para la erradicación de la trata”, estaba “tomando medidas significativas para lograrlo”.

Citó cambios legales, un marcado aumento en la cantidad de procesamientos legales por tratas, la intensificación de la cooperación con otros países europeos y el establecimiento en 2021 de una unidad dedicada a combatir el tráfico sexual por parte de la Dirección de Investigación de Delitos de Crimen Organizado y Terrorismo de Rumania, la agencia que dirigió la investigación sobre Tate.

El año pasado, la dirección abrió 1246 nuevas investigaciones de tráfico, el doble que en 2021.

Monica Boseff, presidenta de Open Door Foundation, una organización privada que administra un refugio para mujeres que huyen del comercio sexual, dijo que Tate “no era el único misógino que hace declaraciones espeluznantes en las redes sociales relacionadas con las mujeres”. Pero según Boseff, Tate había “calculado mal” su convicción de que en Rumania todo vale.

“Todavía tenemos grandes problemas que debemos resolver, pero ha habido una verdadera mejora y finalmente tenemos la esperanza” de que el abuso y la explotación de las mujeres poco a poco estén siendo percibidos como delitos por la sociedad y las autoridades, dijo Boseff.

Para Silvia Tabusca, profesora de Derecho en la Universidad Rumano-Estadounidense en Bucarest que ha trabajado con fiscales en casos de tráfico, el gran error de Tate no fue tanto que juzgara mal el clima legal y social cambiante de Rumania, sino que incluyó a una joven estadounidense entre sus presuntas víctimas.

Sin la presión de Estados Unidos para investigar a Tate, “no estoy segura de que los fiscales rumanos lo habrían tocado”, comentó Tabusca.

La Embajada de Estados Unidos en Bucarest citó “consideraciones de privacidad” y no emitió comentarios sobre si las autoridades estadounidenses habían intervenido en nombre de una ciudadana de su país. La agencia rumana que dirige la investigación también se negó a comentar.

Los fiscales acusan a Tate de atraer mujeres a su complejo residencial y luego ponerlas a trabajar, bajo coacción, como actrices pornográficas frente a cámaras web. El abogado dijo que la residencia de Tate no tenía estudios con cámaras web y que su cliente nunca había obligado a nadie a quedarse o a trabajar allí. Los hermanos Tate, continuó, “son famosos; son ricos; son jóvenes y atractivos”, y agregó: “¿Cuál sería su interés en obligar a las mujeres a actuar como esclavas?”.

Las únicas personas que vivían en la residencia, afirmó el abogado, eran los hermanos y sus varias novias. Reconoció que algunas de las mujeres habían aparecido en videos publicados por Tate, pero dijo que lo habían hecho por voluntad propia con la esperanza de que esto les ayudara a ganar seguidores en las redes sociales. “Él nunca obtuvo dinero de las chicas”, sostuvo el abogado.

Desde su salida de la cárcel al arresto domiciliario a finales de marzo, Tate ha buscado reinventarse como filántropo. Anunció que creó un refugio para perros, reconstruyó un orfanato rumano y que “va a salvar el mundo”.

Nada convencido de su nuevo compromiso con las buenas obras, un tribunal de Bucarest añadió el viernes otro mes al arresto domiciliario de los hermanos Tate.

“Rumania no es tan corrupta como Tate pensaba y esperaba”, afirmó Mihaela Dragus, oficial de policía de la Agencia Nacional contra la Trata de Personas de Rumania.

c.2023 The New York Times Company