ANÁLISIS-Pandemia también agrava desigualdades en Europa en materia de natalidad

FILE PHOTO: Spread of the coronavirus disease (COVID-19) in Lisbon

Por Catarina Demony y Gavin Jones

LISBOA/ROMA, 1 dic (Reuters) - "Es hora de convertirse en madre", fue la notificación que cientos de portuguesas recibieron en sus teléfonos móviles el mes pasado.

El mensaje, enviado por un hospital privado de Lisboa que intentaba captar clientes para su unidad de maternidad, causó indignación en las redes sociales, y algunas mujeres argumentaron que tener un bebé en medio de una pandemia y una recesión era el peor momento posible.

Las pruebas sugieren que el coronavirus está disuadiendo a los futuros padres de concebir en la mayor parte de Europa, pero especialmente en los países del sur —de Italia a Grecia— donde las redes de seguridad son más débiles y la tasa de natalidad ya estaba en fuerte descenso.

En el año 2000, hubo 120.000 nacimientos en Portugal. El año pasado hubo 86.600, lo que supone una caída del 39%. La tendencia descendente suele acentuarse después de profundas recesiones como la actual provocada por la pandemia de COVID-19.

Además de los desafíos emocionales a los que ahora se enfrentan las parejas que quieren tener hijos, a largo plazo también habrá desafíos económicos para unos países que tienen ante sí años de lucha para salir del atolladero.

Menos nacimientos significan menos trabajadores y más ancianos. A la larga, esto supondrá un lastre para la producción económica y tensionará los sistemas públicos de pensiones y los estados de bienestar, ampliando la brecha entre los países ricos del norte de Europa y los pobres del sur.

"Se ven historias en los medios de comunicación y en otras partes sobre personas que aprovechan al máximo el confinamiento para concebir bebés, pero eso es lo contrario de un comportamiento racional", dice Vanessa Cunha, especialista en temas de fertilidad, género y familia en el Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa.

"La pandemia tendrá un gran impacto negativo".

Irene Pontarelli, una terapeuta de rehabilitación psiquiátrica de 35 años, había planeado tener su primer hijo este año después de siete años de matrimonio.

Tras dos años trabajando en Ferrara, una ciudad del norte de Italia, a 550 kilómetros de su marido Tony, finalmente encontró un empleo en su ciudad natal de Isernia, en el sur, y parecía el momento perfecto para formar una familia.

Entonces llegó el coronavirus. No pudo ver nada a Tony en entre marzo y julio debido al confinamiento y asegura que ahora está demasiado estresada como para tener un hijo.

"Nuestros hospitales están a punto de colapsar, especialmente en el sur. Me veo en una sala de maternidad, sola, en un sistema de salud que no funciona bien. No lo percibo como el momento adecuado para traer un nuevo bebé al mundo", afirmó.

DIVISIÓN NORTE-SUR

Maria Vicario, presidenta de la Orden Nacional de Matronas de Italia, prevé que la crisis tenga un "claro impacto" en los nacimientos de 2021. "Las mujeres en Italia tienen hijos cuando se sienten seguras desde el punto de vista laboral, económico y sanitario. Todo eso se ha visto perturbado por la pandemia".

En la región del Lazio, alrededor de Roma, se han triplicado los partos con fetos muertos este año porque las mujeres embarazadas tienen miedo de ir al hospital a hacerse los chequeos, añadió.

En el otro extremo del continente, en Suecia, país con un generoso y eficiente estado de bienestar, Eva Nordlund, presidenta de la Asociación Sueca de Matronas, dijo que parecía estar ocurriendo lo contrario. "Hay centros de atención al embarazo que tienen problemas con las inscripciones debido a tantos nuevos embarazos".

En Alemania, la mayor economía de Europa, la tasa de fertilidad antes de la pandemia estaba alrededor de la media de la UE de 1,5 nacimientos por mujer. Francia, Suecia y Dinamarca lideran el bloque con tasas superiores a 1,7 y en el otro extremo, Italia y España están por debajo de 1,3.

Un estudio de los cinco países más grandes de Europa durante la primera ola del coronavirus en marzo y abril, mostró que más de dos tercios de las personas menores de 34 años planeaban aparcar o posponer sus planes de tener un bebé debido a la pandemia.

Los encuestados eran mucho más propensos a cancelar sus planes de tener una familia en Italia y España que en Reino Unido, Francia y Alemania, según la investigación dirigida por la Universidad Católica de Milán.

Rui Pires, sociólogo del Instituto Universitario de Lisboa, apuntó que los factores clave detrás de la caída de las tasas de natalidad eran la desigualdad de género y la falta de apoyo estatal a la crianza de los niños. En ambas zonas, el sur de Europa está más atrasado que el norte, dijo, añadiendo que "las desigualdades se han hecho más evidentes debido a la pandemia".

BAJO EL YUGO DE LA RECESIÓN

Italia y España, más que los demás países del estudio, siguen sufriendo las consecuencias de la doble recesión provocada por las crisis financiera y de la deuda entre 2008 y 2012.

Al igual que en Portugal y Grecia, los jóvenes en edad de procrear fueron los más afectados por las recesiones. Miles de ellos se fueron a trabajar al extranjero y los que se quedaron luchan contra las escasas perspectivas de ingresos, el elevado desempleo y la falta de servicios de guardería.

"Italia es un país moribundo desde el punto de vista demográfico", afirma Alessandro Rosina, profesor de demografía de la Universidad Católica y uno de los coordinadores del estudio. "La situación ya era desesperada y ahora la pandemia amenaza con acabar cualquier esperanza residual de salvación".

Los nacimientos anuales en Italia han disminuido de forma constante desde los 800.000 que había hasta mediados de la década de 1970 a 420.000 en 2019, la cifra más baja desde la unificación del país en 1861.

Gian Carlo Blangiardo, jefe del organismo oficial de estadísticas ISTAT, declaró al Parlamento la semana pasada que la emergencia del coronavirus y las dificultades económicas que ha traído consigo acelerarían esta tendencia, previendo 408.000 nacimientos este año y sólo 393.000 en 2021.

Blangiardo precisó que los nacimientos podrían incluso bajar de los 400.000 este año por una "caída sustancial en diciembre", nueve meses después de que se adoptara el confinamiento de Italia en marzo.

En España, que tiene la segunda tasa de fertilidad más baja de Europa después de la pequeña Malta, los nacimientos ya estaban bajando rápidamente antes del coronavirus, registrando una caída del 16% entre 2014 y 2019.

"Es bastante seguro apostar por que habrá menos nacimientos el año que viene, posiblemente una caída más pronunciada de lo que hubiera sido sin COVID, y la tendencia probablemente se mantendrá en los años siguientes", dijo Alejandro Macarrón, demógrafo de la Universidad San Pablo CEU de Madrid.

(Información adicional de Helena Soderpalm en Estocolmo, Inti Landauro en Madrid, Emma Thomasson y Michael Nienaber en Berlín; escrito por Gavin Jones; traducido por Jose Elías Rodríguez)