Análisis de dientes confirma que el megalodón era de sangre caliente

Por Will Dunham

WASHINGTON, 27 jun (Reuters) - El megalodón, un enorme tiburón que fue el azote de los antiguos océanos y es una estrella en las salas de cine modernas, recibe su nombre por su "gran diente", y por una buena razón. Sus dientes aserrados, de hasta 18 centímetros de largo, podían desgarrar cualquier presa en las profundidades marinas.

El análisis de la composición mineral de su tejido esmaltado confirma que el megalodón era de sangre caliente, un rasgo que los científicos sospechan que contribuyó tanto a su tremendo éxito como a su caída final.

Los investigadores estiman que el megalodón, que alcanzaba al menos 15 metros de longitud y posiblemente hasta 20, tenía una temperatura corporal media de unos 27 grados Celsius y podía mantenerla unos 7 grados por encima de la del agua marina circundante.

Esto puede haber hecho del megalodón un depredador más dinámico, un nadador fuerte capaz de digerir los alimentos de una manera energéticamente eficiente y, lo que es más importante, tolerar aguas más frías, lo que le permitió ampliar su área de distribución a casi todo el mundo.

La mayoría de los peces son de sangre fría, es decir, ectotérmicos, y su temperatura corporal coincide con la del agua que los rodea. Pero unos pocos son de sangre caliente (endotérmicos) y generan su propio calor corporal. Algunos ejemplos son los tiburones, entre ellos el más grande de la actualidad, el tiburón blanco.

"Las únicas especies vivas comparables en la actualidad, tanto por su dieta como por su temperatura corporal, son el gran tiburón blanco y, en menor medida, el marrajo. Sin embargo, como muestra nuestro estudio, el megalodón era bastante más cálido que estos dos depredadores modernos, lo que lo hace único", dijo el geoquímico y paleoclimatólogo Michael Griffiths, de la Universidad William Paterson de Nueva Jersey, autor principal de la investigación publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

El megalodón, quizá el mayor tiburón de todos los tiempos, apareció hace unos 23 millones de años y desapareció hace unos 3,6 millones de años en medio de un descenso de la temperatura de los océanos y del nivel del mar.

"El hecho de que la especie se extinguiera sugiere la probable vulnerabilidad -o el costo- de ser de sangre caliente, ya que requiere una ingesta constante de alimentos para mantener un metabolismo elevado", afirmó el paleobiólogo y coautor del estudio Kenshu Shimada, de la Universidad DePaul de Chicago.

"Es muy posible que se produjera un cambio en el ecosistema marino debido al enfriamiento climático que hizo descender el nivel del mar, lo que alteró los hábitats y las poblaciones de los tipos de alimentos de los que dependía el megalodón, como los mamíferos marinos, posiblemente escasearan, provocando la extinción del megalodón", añadió.

Los científicos ya sospechaban que el megalodón era de sangre caliente, pero el estudio aporta la primera prueba empírica. Los investigadores analizaron las características geoquímicas de sus dientes fósiles para determinar la temperatura a la que se formaron los minerales del tejido similar al esmalte, un indicador de la temperatura corporal.

(Editado en español por Carlos Serrano)