ANÁLISIS-Control de Chile sobre industria del litio enfrenta desafíos técnicos y políticos

Por Fabián Andrés Cambero

SANTIAGO, 28 abr (Reuters) - Si bien el plan de Chile para controlar su industria del litio impactó al mercado, expertos estiman que es probable que la participación estatal en el metal usado para baterías de autos eléctricos tome años debido a desafíos técnicos y políticos.

El presidente Gabriel Boric dijo la semana pasada que el Estado controlará los proyectos estratégicos del metal, del que posee las mayores reservas en el mundo, en un intento por impulsar la economía.

Chile tiene reservada la propiedad del litio en su Constitución, por lo que no existen concesiones mineras y las empresas interesadas en contratos operativos deben pasar un riguroso proceso de asignaciones de cuotas.

El plan se basa en eventuales negociaciones con los productores existentes, asociaciones público-privadas con nuevas empresas, tensos diálogos con rivales políticos y la creación de una empresa nacional, lo que podría tardar en cristalizar, según analistas.

Un Congreso dividido, por ejemplo, ya ha obstruido buena parte de la agenda progresista de Boric, y el gobierno necesitaría el apoyo de la oposición para esto.

"Necesitamos que los proyectos se desarrollen lo antes posible si queremos que Chile se beneficie del boom que está viviendo este mineral", dijo Daniela Desormeaux, jefa de estudios de la consultora Vantaz y directora del Centro de Estudios del Cobre (Cesco).

La experta agregó que lo "más complejo" será crear la Empresa Nacional del Litio, porque requiere apoyo legislativo.

El ministro de Economía, Nicolás Grau, dijo a Reuters esta semana que el gobierno iniciaría negociaciones con los productores actuales este semestre para llegar a un acuerdo antes de que finalice el mandato de Boric en 2026.

Sin embargo, la cooperación de los productores de litio actuales Albemarle y SQM tendría que ser voluntaria y Albemarle dijo que seguirá trabajando como hasta ahora.

"La participación del Estado, según nos ha dicho Corfo, se va a conversar más adelante, cuando el contrato esté por expirar y por lo tanto desde aquí hasta el 2043 nuestra contraparte va a seguir siendo Corfo", dijo el jefe para Chile de Albemarle.

En tanto, SQM señaló el miércoles que esperaba iniciar el diálogo con las autoridades "próximanente".

Además, nuevos requisitos de técnicas de extracción no maduras y largos tiempos de revisión de permisos "podrían actuar como un freno en el desarrollo de proyectos de litio cuando es ampliamente considerado que el 'momento' del litio es ahora", dijo Nicholas Watson, de la consultora Teneo.

"La evolución de estas negociaciones será importante para la confianza de los inversores", agregó en su informe.

ESPERAR Y VER

Chile fue el mayor productor mundial de litio hasta que Australia lo superó en 2017. Un informe de JP Morgan señaló que la floreciente industria en Argentina, que ha tendido a incluir productores privados, podría superar a Chile en 2028.

"Por ahora, sigue siendo incierto si Chile podrá organizar su industria del litio hacia un crecimiento considerable en términos de producción y valor de la industria", dijo Johann Tan, analista de materias primas de Fitch Solutions.

Pese al liderazgo de Chile, "el esfuerzo por afirmar el control estatal sobre proyectos estratégicos" podría mejorar el papel de Australia y Argentina "que han demostrado una mayor certeza regulatoria y menos riesgos de nacionalismo de recursos", según un informe de la consultora Eurasia.

El informe señaló que Argentina tiene actualmente más proyectos de litio en trámite que cualquier otro país del mundo.

SQM y Albemarle, las únicas dos empresas que actualmente extraen litio en Chile, sostuvieron reuniones protocolares esta semana con la oficina estatal de fomento Corfo para discutir el plan.

SQM dijo que necesitará 2.000 millones de dólares para su plan de uso de tecnologías de extracción directa y reducción de la huella hídrica, mientras que Albemarle afirmó que espera abastecerse de agua desalada en próximos años para analizar la puesta en marcha de métodos de extracción directa.

El gobierno busca controlar todas las asociaciones público-privadas en el Salar de Atacama, pero cuando se le preguntó si las privadas estarán a cargo de la toma de decisiones o si el Estado tendrá la última palabra, el ministro Grau dijo que dependerá de las negociaciones.

"En el Salar de Atacama todas las respuestas a esas preguntas se van a ir dando poco a poco a medida que avancen las negociaciones", señaló.

Fuera del codiciado Atacama, el gobierno dijo que tomaría una participación mayoritaria en salares "estratégicos", pero aún falta por definir eso también.

"Todavía no existe la información suficiente pero, por supuesto, va a existir cuando los privados participen desde el proceso de exploración para que tengan claro cuál va a ser la naturaleza de su participación", acotó.

Varias empresas han iniciado exploraciones en el Salar de Maricunga, más pequeño y al sur de Atacama. Grau agregó que "es razonable dejar cierto espacio" sobre cómo funcionará cada asociación público-privada según el valor de cada proyecto.

"Tal vez Albemarle o SQM puedan negociar un pacto de accionistas que pueda funcionar", dijo Juan Carlos Guajardo, jefe de la consultora Plusmining en Santiago, pero agregó que le resulta difícil imaginar que firmas más pequeñas quieran aportar capital para proyectos en los que el Estado toma las decisiones finales.

ROL DE CODELCO

La estatal chilena Codelco, mayor productora mundial de cobre, juega un papel clave en el plan de Boric, aunque no tiene experiencia en la producción del metal blanco.

Pese a algunas preocupaciones de que el litio podría distraer a Codelco de su enfoque en el cobre, Grau dijo que "confiamos mucho en las capacidades de Codelco" y no descartó que sea el operador en futuras alianzas público-privadas.

Para Boric, lograr un plan cohesivo pronto también es importante políticamente.

"Si las negociaciones se prolongan, el ciclo electoral de 2025 comenzará a jugar un papel más importante, ya que algunos candidatos podrían ofrecer una visión diferente para el litio", destacó Eurasia en su informe.

En cuanto a nuevos proyectos en salares más pequeños, los expertos creen que tomarán mucho tiempo, debido a los escasos niveles de exploración y trámites regulatorios.

"En la experiencia que tenemos como país, un proyecto minero demora 10 años en promedio en estar operando, por lo que siendo optimistas, esto podría estar a fines de la década", dijo Desormeaux.

Además el gobierno debe convencer a las comunidades, que han tenido fuerte oposición a la industria, de las bondades de su plan para aumentar la producción.

"Parece que todo el mundo lo da por hecho pero yo no lo daría por garantizado", comentó Guajardo de Plusmining.

(Reporte de Fabián Andrés Cambero)