"Amenaza existencial": La sombra de Moscú se cierne sobre la ampliación de la UE
La evaluación anual de los progresos realizados por los países candidatos para convertirse en miembros de la UE, hecha pública por Bruselas el miércoles, muestra que ninguno de los aspirantes ha hecho grandes progresos a pesar de la renovada urgencia por ampliar el bloque europeo hacia el Este tras la invasión rusa de Ucrania.
Diez Estados están a la espera de ingresar en la Unión Europea, nueve de los cuales han sido reconocidos como candidatos oficiales. La invasión de Ucrania por Rusia ha dado un nuevo impulso al proceso de integrarlos en el bloque europeo para evitar la llamada "zona gris" en su flanco oriental.
"El tenso contexto geopolítico hace más imperioso que nunca que completemos la reunificación de nuestro continente, bajo los mismos valores de democracia y Estado de derecho", declaró el miércoles en un comunicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Pero las recientes elecciones en dos de esos países, Georgia y Moldavia, han puesto de manifiesto un tira y afloja entre Moscú y Bruselas a la hora de incorporar a los Estados candidatos a sus esferas de influencia.
Georgia da un paso más hacia el Kremlin
En Georgia, el partido gobernante Sueño Georgiano, considerado por muchos cercano al Kremlin, se afianzó en el poder tras las elecciones parlamentarias del fin de semana. La UE ha pedido que se investiguen rápidamente las denuncias generalizadas de irregularidades electorales.
La candidatura de Tiflis a la UE ya se ha congelado debido a lo que el bloque considera un deslizamiento democrático del Gobierno dirigido por Sueño Georgiano, que recientemente aprobó dos polémicos proyectos de ley inspirados en la legislación represiva de Moscú y contrarios a los valores de la UE.
El bloque ha pedido al Gobierno de Tiflis que derogue las leyes para volver a encarrilar su candidatura de adhesión a la UE. El miércoles, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ofreció una "vía de reanudación del camino hacia la Unión Europea", pero sólo si los dirigentes georgianos muestran "una voluntad política clara".
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Advirtió severamente de que "simplemente no se pueden mantener los lazos con Rusia o intentar hacer negocios como siempre y esperar que su país forme parte de la Unión Europea", en un claro guiño al Ejecutivo de Tiflis.
Para Tinatin Akhvlediani, investigador del grupo de expertos CEPS, el "doble mensaje" del primer ministro georgiano, Irakli Kobakhidze, que afirma estar comprometido con la adhesión a la UE a pesar de que muchos consideran que gravita hacia Moscú, perjudicará inevitablemente las ambiciones de Georgia en la UE.
"La integración europea de Georgia está congelada y no va a progresar mientras el actual partido en el poder no cambie de táctica y retire toda la legislación antidemocrática, y devuelva también al pueblo sus elecciones justas", declaró a 'Euronews'. Las encuestas estiman que alrededor del 80% de los georgianos apoyan la adhesión a la UE.
Lucha contra la guerra híbrida rusa
A principios de mes,** Moldavia votó a favor de consagrar en su Constitución el objetivo de la adhesión a la UE, pero sólo por un estrechísimo margen del 50,38%. Chisináu calcula que Rusia gastó hasta 100 millones de euros en total para socavar el proceso electoral, entre otras cosas mediante campañas coordinadas de desinformación destinadas a desviar o suprimir el voto.
Moldavia ha seguido "haciendo frente a los retos sin precedentes derivados de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania y a la intensificación de las acciones híbridas de Rusia y sus representantes para desestabilizar el país", señala el informe de la Comisión.
Pero también advierte al Gobierno de Chisináu contra las medidas de mano dura para contrarrestar la guerra híbrida de Rusia. "Las autoridades (moldavas) se han esforzado por lograr un enfoque equilibrado entre las medidas para contrarrestar la injerencia maligna y el respeto del Estado de derecho y los derechos fundamentales, en consonancia con las normas internacionales", señala Bruselas.
El domingo se celebrará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en la que Maia Sandu, presidenta proeuropea, se enfrentará a Aleksandr Stoianoglo, del Partido Socialista, tradicionalmente prorruso.
Una victoria de Sandu se considera fundamental para mantener al país en la senda de la adhesión a la UE, en un camino en el que la población parece más polarizada que en Georgia, con encuestas que sitúan el apoyo de los moldavos a la adhesión a la UE en torno al 60%.
"Es un país en primera línea", declaró a 'Euronews' Amanda Paul, responsable del Programa Europa en el Mundo del European Policy Centre. "Han sido el destinatario de la acción maligna rusa durante muchos, muchos años".
"Sin duda debería pisarse el acelerador para avanzar en los aspectos fundamentales y abrir estos capítulos y empezar a hacer el trabajo", añadió, refiriéndose a los próximos pasos en la candidatura de adhesión de Moldavia.
El coqueteo ruso de Serbia
En los Balcanes Occidentales, la influencia de Rusia también está obstaculizando las candidaturas.
Serbia, cuyo presidente Aleksandar Vucic se ha negado sistemáticamente a imponer sanciones a Rusia y quiere mantener cálidas relaciones con el Kremlin, fue amonestada de nuevo el miércoles por su negativa a alinearse con las políticas exteriores de la UE, uno de los requisitos previos para ingresar en la UE.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, canceló la semana pasada las conversaciones con el primer ministro serbio, Milos Vucevic, después de que éste se reuniera con un ministro ruso.
"(Serbia) ha mantenido relaciones de alto nivel con la Federación Rusa y ha intensificado sus relaciones con China, lo que plantea interrogantes sobre la dirección estratégica de Serbia", reza la valoración de Bruselas.
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Vucic firmó recientemente un acuerdo de libre comercio con Pekín, por el que se anulan los aranceles sobre casi el 95% de las exportaciones del país a China en los próximos cinco a diez años.
Pero Rusia también tiene cierto reflejo en Hungría, Estado miembro de la UE, con el primer ministro Viktor Orbán manteniendo lazos con Putin y apartándose de la línea de política exterior de la UE.
Presionado el miércoles sobre si Orbán había obstaculizado la respuesta de la UE a las denuncias de irregularidades en Georgia visitando al primer ministro georgiano a pesar de las acusaciones de fraude electoral, Borrell dijo: "Los observadores no han declarado que las elecciones sean libres y justas".
"No han dicho lo contrario, pero no han dicho que sean libres y justas", añadió. "Hagan su propio juicio, el mío es ciertamente diferente del (del) primer ministro de Hungría".