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París, 23 dic (EFE).- Diez días después de ser nombrado primer ministro, el centrista François Bayrou anunció este lunes su Gobierno, un compendio de hombres fuertes del 'macronismo' y la derecha moderada, la misma fórmula que utilizó su antecesor, el conservador Michel Barnier, al que la oposición augura una vida igual de efímera. Ante la imposibilidad de incluir figuras de la izquierda, ha apostado por pesos pesados, como dos ex primer ministros, un hecho inédito en la historia reciente del país. Élisabeth Borne será la número dos del Gobierno y al frente de la cartera de Educación, a pesar de que esta experimentada 'macronista' salió quemada de la aprobación de la polémica reforma de las pensiones de 2023. Y la irrupción de Manuel Valls, al que situó en el tercer puesto del ránking, como ministro de Ultramar, una de las pocas sorpresas del equipo que supone la vuelta de este político hispanofrancés que fue primer ministro con François Hollande. Es "una personalidad que no teme el riesgo" y "un poco kamikace", destacó Bayrou en una entrevista en el canal BFMTV, donde desligó esa elección de cualquier guiño a la izquierda, ya que él mismo admitió que Valls se encuentra en "conflicto" con el progresismo francés desde su decisión de apoyar en 2017 a Emmanuel Macron en las presidenciales. El que fuera también concejal del Ayuntamiento de Barcelona estará al frente de la relación con territorios como Nueva Caledonia, que a mediados de este año vivió una grave crisis social y política, y de la reconstrucción de Mayotte tras el paso del ciclón Chido hace poco más de una semana. Sobre la complicada situación en ese último departamento ultramarino, Bayrou explicó que confía en que no se cumplan las previsiones más "alarmistas" que hablaban de miles de muertos y que los fallecidos finales se cuenten solo por decenas. Objetivo de déficit del 5 % o "un poco más" La fundamental cartera de Economía fue asignada a Éric Lombard, empresario y hasta ahora director general de la Caisse des Dépôts, una institución financiera pública dedicada a actividades de interés general para el Estado y otras entidades territoriales francesas. A él corresponderá, sobre todo, la difícil tarea de elaborar unos nuevos presupuestos de austeridad para 2025, con la meta de bajar el elevado déficit francés (previsto en el 6,1 % del Producto Interior Bruto para este año), lo que fue el escollo que precipitó la caída del Ejecutivo de Barnier. Durante la entrevista posterior al anuncio del Gobierno, Bayrou detalló que se plantea encontrar un "equilibrio" alrededor del 5 % o "un poco más" y avanzó también que va a plantear hasta el verano negociaciones con el resto de grupos políticos para abordar cambios en la polémica reforma de pensiones de 2023. Respecto al resto de Ministerios, otro nombre que regresa es el extitular de Interior, Gérarld Darmanin, peso pesado del ala más conservadora del macronismo, para hacerse cargo del Ministerio de Justicia. Sin sorpresas, Bayrou mantuvo en su cargo al ministro de Interior del Gobierno precedente, Bruno Retailleau, una figura destacada de Los Republicanos (conservadores) y cercano a la ultraderecha en temas como la inmigración. También se mantuvieron en su puesto varios políticos conservadores, la ministra de Cultura, Rachida Dati; el de Defensa, Sébastien Lecornu; la de Trabajo, Catherine Vautrin; y la de Agricultura, Annie Genevard, además del centrista Jean-Noël Barrot en Exteriores y la 'macronista' Agnès Pannier-Runacher en Ecología. Y entre las carteras que sí cambian de manos figura la de Deportes, que pasará a estar liderada por Marie Barsacq, quien se ocupaba de gestionar el legado de París 2024. También se incorpora al derechista corso Laurent Marcangeli, que se hará cargo de la Función Pública. Otro movimiento interpretado como un guiño a la izquierda es la incorporación de François Rebsamen, también exministro de Hollande distanciado de la actual dirección socialista, para encargarse de la cartera de Política Territorial y Descentralización. Augurios de "fracaso" Con estas cartas la estabilidad del Ejecutivo de Bayrou suena a priori igual de complicada que la de Barnier, incluso aunque logre superar su primera prueba de fuego, que será su discurso de política general el próximo 14 de enero. Aunque el primer ministro aseguró que no se someterá a una moción de confianza, la izquierda promete presentar enseguida una de censura. El anuncio de los ministros a priori no mejoró las perspectivas ya que inmediatamente la oposición le auguró una pronta caída, incluida la extrema derecha, que será crucial para su supervivencia. "Afortunadamente, el ridículo no mata. Desgraciadamente, los franceses no se libran: François Bayrou montó una coalición del fracaso. En 2025, más que nunca, la RN (siglas en francés de Agrupación Nacional) estará ahí para defender y proteger a nuestros compatriotas, mientras esperamos el relevo", manifestó en X Jordan Bardella, número dos de Marine Le Pen. "Este Gobierno solo tiene un futuro: la moción censura. Con la caída de Bayrou, el rey Macron quedará desnudo. Su salida es inevitable", dijo también en X Mathilde Panot, jefa de diputados de la izquierdista La Francia Insumisa. Nerea González (c) Agencia EFE