¿El más alto siempre gana? La estatura puede determinar las elecciones presidenciales | Opinión

A medida que nos acercamos a las elecciones de 2024, expertos, especialistas, historiadores, y jefes de campañas discutirán sobre quién será el próximo presidente de los Estados Unidos.

Analizarán los patrones de votación, las ideas políticas, y el carisma -o falta de este– de los distintos candidatos.

Sin embargo, habrá un factor significativo que no bordarán: ¿cuál candidato es el más alto?

Una investigación sobre la estatura y la presidencia

Nuestra investigación preliminar sobre la estatura y la presidencia en la era de la televisión, sugiere que los candidatos que midan menos de seis pies pierden el tiempo si se postulan.

Si ser alto es positivo, ¿ser más alto es mejor?

Nuestra investigación revela que el candidato de mayor estatura de los partidos principales (para nuestros propósitos, el Republicano y el Demócrata) ha ganado el 70% de las elecciones.

Un dato que llama la atención: cuando la diferencia de altura es dos o más pulgadas, el porcentaje ganador aumenta a 82%. Sin descartar el amplio e incesante análisis que acompañará la próxima campaña presidencial, sostenemos que la estatura de los candidatos, un aspecto a menudo ignorado en los estudios de los resultados electorales, es un indicador tan confiable como la mayoría utilizados en los análisis aque serán presentado por los “expertos”.

En las 17 elecciones presidenciales que han tenido lugar desde 1956, en sólo cinco ocasiones (29%) prevaleció el candidato de menor estatura.

La hipótesis que desarrollamos en este trabajo es la correlación entre la estatura de los candidatos presidenciales y sus probabilidades de ser elegidos: Si hay dos candidatos presidenciales, el que fuera, digamos, dos pulgadas más alto ¿será siempre el ganador?

Tengamos en cuenta que en teoría otorgamos a los presidentes en el poder al menos una pulgada adicional, ya que nuestros datos muestran que los titulares tienen más posibilidades de permanecer en La Casa Blanca.

A la luz de lo sucedido en las elecciones de 2020, también proponemos que por cada gran revés que enfrente el titular, como un juicio político, una recesión o una pandemia, se pueden deducir dos pulgadas de la estatura del candidato.

Kennedy contra Nixon

Muchos detalles influyen o presagian el éxito de un candidato, pero desde los albores de los debates televisados en la campaña de Nixon vs. Kennedy de 1960, la estatura se ha convertido en un factor innegable. Ese año ocurrió algo sin precedentes. Las encuestas tras el famoso primer debate entre Richard M. Nixon y John F. Kennedy (ninguno de los dos era presidente en esos momentos), encontraron que los que escucharon por

radio el debate opinaron que Nixon había predominado, mientras que los que lo observaron por televisión favorecieron a John F. Kennedy. En la pantalla, Kennedy, apenas cuatro años más joven, parecía saludable, confiado, y mostró una sonrisa cálida y reconfortante. Se veía apuesto e impresionante con sus 6’1”. Mostraba, además, una excelente postura.

Con seis pies de estatura, Richard Nixon era casi tan alto, pero parecía más bajo porque estaba hundido en su silla y exhibía mala postura en el podio. Los televidentes lo notaron.

Según investigadores del Groningen Institute for Evolutionary Life Sciences, “la estatura está el acionada con la posición social de los individuos en cuanto a liderazgo, logros profesionales, educación e ingresos”.

Los estudios de dicho instituto también concluyeron que una estatura superior es un elemento favorable en cuanto a la autoridad, específicamente en situaciones donde dicha autoridad recae en uno de dos individuos.

La estatura sin duda favorecerá al más alto de los dos candidatos presidenciales, ya que contribuye a la impresión de que es más inteligente y posee mayor autoridad y confianza en sí mismo.

En el estudio de Eric Lindqvist publicado por MIT Press, se afirma que “Un aumento de altura de 10 cm (3,9”) se asocia con 5,8% más de salario” y que los hombres altos “tienen mayores probabilidades de alcanzar puestos como gerentes”. (Cabe señalar que ninguna mujer fue sometida a esta prueba). Investigadores de la Universidad de Potsdam descubrieron que la estatura está asociada con la posición e influencia social que se alcanza.

En el curso de nuestra investigación, descubrimos últimas 17 elecciones presidenciales. el 82% de los candidatos ganadores han medido entre 6’ y 6’3”, con una diferencia de altura entre los mayores y los menores de seis pulgadas.

Cuando se representan los datos gráficamente, vemos que la mayoría de los candidatos medían aproximadamente 6 ‘de altura (5 casos), con 3 candidatos electos de 6’1”, 6’2” y 6’3”.

Solo dos veces fueron electos candidatos presidenciales que medían menos de 6’, y sólo un candidato tenía una altura (redondeada) de 6’4”. Esto apoya nuestra hipótesis inicial. ¡Los candidatos más altos prevalecen en el 71% de los casos! En todas estas elecciones, el candidato ganador contaba con una estatura de 5’10” a 6’, o más.

Las elecciones de presidentes anteriores, como James Madison – que llegaba solo a 5’4” – hubieran sido casi imposibles en el panorama nacional moderno donde la apariencia tiene mucho mayor peso sobre la opinión pública.

De acuerdo con este planteamiento, incluso las elecciones donde prevalecieron candidatos de menor estatura pueden explicarse como atípicas. La primera de estas excepciones fue que Nixon derrotara a George McGovern en 1972.

Nixon contaba poco menos de 6’ mientras McGovern medía 6’1”; sin embargo, considerando las pulgadasdicionales que otorgamos a los titulares, sus estaturas se considerarían iguales. La excepción más notable sería la victoria de Jimmy Carter en 1976, de 5’9” de estatura contra el titular Gerald Ford, de 6’. Sin embargo, las circunstancias que rodearon esta elección fueron singulares, ya que Ford fue el único titular en la historia que no había sido elegido presidente

ni vicepresidente. Ascendió al segundo cargo más alto del país tras la renuncia del vicepresidente Spiro Agnew, y se convirtió en presidente de los Estados Unidos después de la de Nixon. Podemos argumentar que evidentemente Ford no contó con ninguna ventaja como titular.

Bush contra Gore

En 2000, George W. Bush medía casi 6 pies, mientras que su oponente, Al Gore, medía 6 pies 1 pulgada. Sin embargo, fue una carrera muy reñida que terminó en el histórico recuento de La Florida, y Bush fue

declarado ganador por un margen estrecho y disputado. Se trata de un ejemplo poco representativo para utilizarlo en contra de la teoría sobre la importancia de la estatura.

En lo que puede ser la excepción más significativa hasta el momento, en 2004 George W. Bush también derrotó a John Kerry, de 6’4” de estatura. Estas elecciones se llevaron a cabo en circunstancias igualmente extraordinarias, ya que los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 todavía pesaban mucho sobre el estado de ánimo de la nación y pueden haber influido en los votantes para que se apegaran al titular (aunque controvertido), especialmente en “tiempos de guerra”. En todo caso, fue otra elección reñida.

El ejemplo más reciente de una excepción lo encontramos en las elecciones de 2020. Donald Trump, el titular, medía 6’3”, mientras que Joe Biden medía 6’. Dado que Donald Trump era presidente, proyectamos su altura en 6’4”.

Sin embargo, Trump ya había enfrentado el primero de sus dos juicios políticos y presidió una pandemia devastadora, lo que efectivamente generó rebajarle 4 pulgadas. En este caso, ambos candidatos habrían “medido” 6 pies de altura, eliminando así por completo la supuesta ventaja de estatura de Trump.

Es cierto que cada ciclo electoral trae consigo circunstancias distintas; sin embargo, en las 17 elecciones realizadas entre 1956 y 2020, el candidato más alto ganó el 65% de las veces. Aún más significativo, los

candidatos que contaban con 2 pulgadas o más de estatura perdieron sólo 3 de esas 17 elecciones, ¡un porcentaje de victorias del 82%!

Utilizandola distribución binomial, la probabilidad de este resultado sería del 19,2%. En 2024, la estatura puede servir como un enfoque sistemático y no partidista para pronosticar posibles resultados electorales; por lo tanto, si se postulan los mismos candidatos de los partidos que en 2020, Biden podría tener la ventaja de una pulgada adicional como titular.

Debido a sus dos juicios políticos, acusaciones recientes y posibles condenas, puede esperarse que Trump pierda aún más pulgadas. Por lo tanto, con la altura de Trump ajustada por sus juicios políticos y otros factores controvertidos, el presidente Biden tendría en teoría una estatura de 6’1”, mientras que la de Trump sería sólo 5’11”.

En caso de que otro candidato gane la nominación de un partido importante, por supuesto que la estatura seguiría siendo un factor que considerar, cada vez más influyente en el futuro.

Nuestra conclusión

Seamos claros. La estatura de los candidatos no es un indicador infalible a la hora de pronosticar con precisión el resultado de las elecciones presidenciales, pero ha tenido una correlación históricamente fuerte y no debe subestimarse cuando pensemos en 2024, 2028 y más allá.

El pronóstico ha acertado de 71% a 82% de las veces si la ventaja de estatura de un candidato es de 2” o más.

Este artículo explora una peculiaridad que nos parece persuasiva, pero también es una advertencia sobre la posibilidad de tomar una decisión subconsciente al votar por el candidato más alto, dado que la estatura no es lo que determina las calificaciones, la eficacia o la integridad de un presidente de los Estados Unidos.

Instamos a los votantes a mirar el panorama más amplio y decidir quién sería el mejor líder para nuestra nación.

Modesto A. Maidique es el expresidente de Florida International University. Vivian Caballero es una estudiante asistente que se graduó en 2023 summa cum laude.