Allegri tuvo un día de furia en la consagración de Juventus: hizo un escándalo en la cancha y amenazó a un periodista

Massimiliano Allegri, DT de Juventus, ya se sacó el saco y la corbata y se retira furioso luego de ser expulsado en la final de la Copa Italia
Massimiliano Allegri, DT de Juventus, ya se sacó el saco y la corbata y se retira furioso luego de ser expulsado en la final de la Copa Italia - Créditos: @ISABELLA BONOTTO

Estaba claro que no era un partido más para Massimiliano Allegri. Su ciclo al frente de Juventus estaba llegando al final y necesitaba una alegría. Ganador de cinco ligas consecutivas con la Vecchia Signora en su anterior ciclo, en esta segunda etapa acumuló frustraciones. Por eso era importante ganarle a Atalanta la final de la Copa Italia, algo que sucedió gracias al 1 a 0 conseguido en el estadio Olímpico de Roma. Fue una final cerrada, pareja y caliente, en la cual el termostato del entrenador juventino fue cobrando temperatura. Hasta que explotó casi al final. Distintos fallos arbitrales lo sacaron de quicio. Y lo que pasó estuvo al borde del papelón.

Massimiliano Allegri muestra la copa de campeón delante de sus futbolistas
Massimiliano Allegri muestra la copa de campeón delante de sus futbolistas - Créditos: @Gregorio Borgia

El partido ya se terminaba. Quedaban 30 segundos de los cinco minutos adicionales que había decidido el referí, Fabio Maresca. Allegri se puso cara a cara con el cuarto árbitro, en su enésimo reclamo, y el juez principal se cansó: le mostró la tarjeta roja a la distancia. Entonces, empezó el show del entrenador. Primero, se quitó el saco y lo arrojó al césped. Luego, aplaudió y mostró el pulgar a Maresca de manera irónica. Se marchaba, pero se arrepintió y volvió a buscar al cuarto árbitro, con el que volvió a ponerse frente a frente a los gritos. Alguien lo va a buscar, lo separa, se lo lleva. Allegri se retira, pero en el camino se saca la corbata y la arroja también al piso. La camisa ya está fuera del pantalón. Está desencajado, sigue vociferando. Los suplentes, sus suplentes se ríen; alguno hasta lo aplaude, como si quisiera animarlo a más. Mira hacia la platea y grita: “Dónde está Rocchi, dónde esta Rocchi”. Se refiere a Gianluca Rocchi, el responsable de designar a los árbitros; el Beligoy del calcio.

Finalmente, Allegri se va al vestuario, el partido continúa por algunos segundos más y suena el silbato del final: Juventus se consagra campeón. Muy poco tiempo pasó para que el técnico pudiera calmarse. Volvió al campo de juego a celebrar con sus jugadores y luego de la premiación siguió con un talante volcánico. En el medio, el destrato al director deportivo del club de Turín, Cristiano Giuntoli. “Andate, andate”, le gesticula Allegri, mientras el directivo continúa impertérrito aplaudiendo a los futbolistas. Ahí hay una interna. Giuntoli y Allegri no se llevan bien, y hace rato que el nombre de Thiago Motta sobrevuela como posible reemplazante en la dirección técnica.

El destrato al director deportivo

La conferencia de prensa posterior no mostró una versión más sosegada del entrenador, que a esa altura parecía importarle poco lo que pudiera producir su comportamiento. Como si actuara sabiendo que sus días en Juventus están contados, pese a que nadie de la directiva piensa decir palabra al respecto hasta que culmine la temporada. " Como ya todo el mundo me está despidiendo, dejo un equipo fuerte “, afirmó, para aclarar inmediatamente después: “El club tiene derecho a confirmar o no un entrenador”.

Agresión a un periodista

Sin embargo, a juzgar por los dichos de un periodista, Allegri pasó los límites. “Allegri gana la copa, pero pierde la cabeza”, tituló el diario Tuttosport, cuyo director, Guido Vaciago, acusó al entrenador de haberlo agredido y amenazado. Así lo contó en su medio: Allegri, evidentemente alterado, se sometía a la última tarea mediática de su triunfal (pero evidentemente no demasiado serena) noche, la rueda de prensa, pero encontró unos minutos para mí. ‘¡Maldito director! Sí, tú, director de mierda. Escribe la verdad en tu periódico, ¡no lo que te dice la sociedad! Deja de jugar a los favoritos de la empresa’. A una primera invitación a mantener la calma y explicarme cuál era la verdad que estaba ocultando de acuerdo con sus jefes, Allegri respondió tirando de mí, empujándome y gritándome con el dedo bajo la nariz: ‘Mira, sé dónde venir a buscarte. Sé dónde esperarte. Vengo y te arranco las dos orejas. Vengo y te pego en la cara. Escribe la verdad en el periódico’ y otras amenidades del repertorio de la reyerta de bar. Mientras tanto, Gabriella Ravizzotti, de la oficina de prensa del Juventus, y un funcionario de la Lega Serie A le retuvieron y luego consiguieron arrastrarle hasta la sala de prensa. Eso es todo: lo siento por quienes esperaban algo más sangriento y lo siento por la grosería de quienes, sobre todo en público, deberían mantener otro comportamiento.

El momento de furia y la expulsión