Alemania, campeón mundial de básquetbol: cómo es su proyecto, quién es su cerebro, el MVP que resurgió y el ídolo que inspiró a una generación
Rompió todos los pronósticos. Sorprendió a todo el mundo. Alemania fue el mejor y, sin dejar ninguna duda, se coronó campeón del mundo por primera vez al derrotar a Serbia por 83 a 77 en la final del Mundial de básquetbol que se disputó en Filipinas, Japón e Indonesia. Terminó invicto y se midió ante rivales que eran candidatos. Pero, para que todo esto sucediera, no hubo casualidades. Tampoco suerte. Todo se sustentó en un gran trabajo de base, con un entrenador comprometido que exigió el mismo compromiso a sus dirigidos, y una fuente de inspiración con la que crecieron los jugadores de esta generación. Además, hubo una figura que resurgió en un momento clave y fue uno de los basquetbolistas más determinantes de este seleccionado que se metió en la historia grande del básquetbol mundial.
El camino de los germanos, que formaron parte del grupo E que se disputó en Okinawa, comenzó con un gran triunfo por 81 a 63 ante el local Japón. Continuó con una durísima victoria ante Australia por 85 a 82. Luego le ganó a Finlandia por 100 a 75 y de esa manera cerró la zona en primer lugar. En la segunda rueda debió cruzarse con los dos mejores seleccionados que venían del grupo F. En la misma sede venció a Georgia por 100 a 73, y luego a la Eslovenia de Luka Doncic por 100 a 71.
En los cuartos de final llegó el momento de la verdad, ante Letonia. A ese partido parecía llevárselo tranquilo, pero las cosas se complicaron sobre el final. Sin embargo, le alcanzó para ganarlo con lo justo: 81 a 79. En semifinales estaba Estados Unidos, uno de los grandes candidatos a levantar el trofeo. Frente a un equipo conformado por jugadores de la NBA, aunque no de la primera línea, Alemania dio el golpe con un triunfo por 113 a 111. La final ante Serbia fue el partido que le dio la posibilidad de levantar el trofeo Naismith. Una victoria por 83 a 77, en Manila, para ser los nuevos campeones del mundo con un récord de 8-0.
Para alcanzar este logro histórico hay que hablar de varios factores. En un país en el que el fútbol es potencia, el básquetbol se posiciona ahora en esa condición. Lejos había quedado el título del EuroBasket de Munich en 1993, y el tercer lugar en el Mundial de Indianápolis 2002. Más cerca en el tiempo, el tercer lugar en el EuroBasket 2022 que se celebró hace un año en Alemania, República Checa, Georgia e Italia, fue el campeonato que empezó a mostrar que los germanos estaban para más.
Para comenzar a entender este título, lo primero que hay que saber es que Alemania tiene un gran programa de desarrollo para sus jóvenes talentos, entre los que se observan a los hermanos Franz y Moritz Wagner, ambos jugadores de Orlando Magic, en la NBA. También Isaac Bonga, que tuvo su paso por Washington Wizards y Toronto Raptors, y Andreas Obst. Otro factor es su liga interna. La Basketball Bundesliga es una de las mejores cinco de Europa. El campeonato es sólido desde lo económico y con bastante interés local, pero en este aspecto con un apartado muy importante. El presidente de la federación alemana de básquetbol, Ingo Weiss, dijo en una conferencia de prensa el año pasado: “En nuestro país tenemos una regla: primero fútbol, segundo fútbol, tercero fútbol, cuarto fútbol… Cuando hablamos de los puestos después del 10, siempre estamos en una pequeña competición con el handball, el vóleibol y el hockey sobre hielo”.
Sin embargo, en el Mundial, este seleccionado se mostró más fuerte que todos y el máximo responsable del éxito se llama Gordon Herbert. Este entrenador canadiense firmó su contrato el 6 de septiembre de 2021 y su primera condición fue tener jugadores que se comprometan a jugar siempre en la selección. Tras el bronce en el EuroBasket 2022, la asociación amplió el contrato del coach hasta después del EuroBasket 2025. Pero, antes de esa competencia, el desafío de mantenerse como los mejores será en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La elección de Herbert no fue casual. Tiene 64 años, dirige desde 1994 y estuvo al mando de tres equipos alemanes durante varias temporadas. Sobresalió en Skyliners Frankfurt y todo ese conocimiento lo trasladó hasta su actualidad. Más allá de una discusión con Dennis Schröder durante el partido, quedó demostrado que con todos los jugadores tiene muy buena química y hay reconocimiento mutuo entre los profesionales y el propio conductor.
Los mejores momentos de la final entre Alemania y Serbia
Todo equipo campeón también tiene una figura y la de Alemania fue Dennis Schröder. Con 19,1 puntos, 2 rebotes y 6,1 asistencias de media, fue elegido el MVP (jugador más valioso) del torneo. Durante las primeras dos ruedas demostró ser el líder del seleccionado; sin embargo, en los cuartos de final frente a Letonia el base estuvo en un nivel bajísimo. Muy desacertado en los lanzamientos (4/26 de campo), hasta el punto de que los defensores rivales prácticamente no lo defendían y lo dejaban tirar al aro, algo que no dejó de intentar en ningún momento. Por sus tiros errados fue el responsable de que su equipo casi pierda un partido que tenía muy controlado. Tras el partido, el actual jugador de Toronto Raptors fue autocrítico: “Es probablemente el peor partido que he jugado en mi vida”, reconoció. Además, le agradeció a sus compañeros: “Estamos en semifinales porque el resto de mis compañeros hicieron mucho para ganarlo. Por cosas como esta estamos tan unidos y somos un equipo especial”, expresó.
El base de 29 años dejó atrás aquel desempeño, se levantó y volvió a ser el jugador que es con dos grandes actuaciones. En la semifinal ante los Estados Unidos anotó 24 puntos y repartió nueve asistencias. Contra Serbia, en la final, sumó 28 unidades y convirtió un doble clave a 21 segundos del final con el que sentenció el partido y le permitió a Alemania ser el campeón. Schröder también fue seleccionado en el quinteto ideal del torneo.
Alemania es el campeón del mundo por primera vez en su historia, en un país donde predomina el fútbol. Pero hay un ídolo del que no hay que olvidarse: Dirk Nowitzki fue el mejor jugador de básquetbol que surgió de ese país. Entre sus logros, el exjugador fue campeón de la NBA con Dallas Mavericks en 2010/11, y fue la figura de la franquicia. Se convirtió en el primer extranjero en alcanzar los 30.000 puntos y también fue incluido en el Hall of Fame de la NBA en abril de este año. Por todo esto, Nowitzki fue sin dudas un faro para todos los integrantes de este equipo. Es que, cuando arribó a la NBA en 1998, algunos de los jugadores que formaron parte del título recién nacían o eran muy chicos. Todos crecieron viéndolo en la mayor liga de básquetbol. Y se convirtió en una verdadera inspiración. Una imagen en la que estos jóvenes campeones se vieron proyectados y que les permitió soñar con llegar a ser como él algún día.