Alcohol gratuito, un crucero en el lago y muchas selfis: así fue como los demócratas cortejaron a los influentes en la Convención Nacional Demócrata

Jeremy Jacobowitz, influente gastronómico radicado en Nueva York, graba un video en la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, el 20 de agosto de 2024. (Todd Heisler/The New York Times)
Jeremy Jacobowitz, influente gastronómico radicado en Nueva York, graba un video en la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, el 20 de agosto de 2024. (Todd Heisler/The New York Times)

CHICAGO — El mes pasado, Kristin Brey, una anfitriona de pódcast, presentadora de radio y columnista de periódico, asistió a la Convención Nacional Republicana en Milwaukee como periodista acreditada. Se instaló en un estadio de hockey frío y húmedo, tuvo que abrirse paso a empujones entre montones de reporteros para conseguir entrevistas y en pocas ocasiones logró acceder al pleno de la convención porque no había suficiente espacio.

Esta semana, Brey viajó a Chicago para la Convención Nacional Demócrata, pero con un nuevo título. Ya no fue registrada como periodista, sino como “creadora de contenido”, es decir, influente, y esto resultó ser un ascenso importante de categoría.

Brey y otros creadores pudieron conversar con Gwen Walz, la esposa del gobernador de Minnesota, Tim Walz, a bordo de un bote privado en el lago Míchigan; disfrutaron de fiestas en un bar tiki y almuerzos en la terraza; tuvieron acceso exclusivo a dos salones privados y a una suite en el penthouse del United Center donde había una abundancia de comida y alcohol gratis; y a muchos les ofrecieron entrevistas individuales con algunos de los nombres más destacados del Partido Demócrata. Algunos de los influentes recibieron vuelos y habitaciones de hotel sin costo, aunque no fue el caso de Brey.

Tres de ellos entrevistaron a la vicepresidenta Kamala Harris, quien no ha dado ninguna entrevista a ningún medio de comunicación oficial desde que se convirtió en la nominada del partido a la presidencia.

Las dos experiencias fueron “totalmente distintas”, señaló Brey el martes por la noche, mientras estaba de pie en un espacio designado para influentes en el pleno de la convención.

El trato que se les dio fue parte de una campaña minuciosa sin precedentes para llenar las redes sociales con mensajes positivos sobre Harris y Walz esta semana, cuando aceptaron las nominaciones de su partido. Los demócratas trataron a los influentes como celebridades, con la esperanza de que los obsequios y el acceso ilimitado en Chicago produjera publicaciones llamativas en Instagram, TikTok o YouTube, las fuentes principales de noticias para un grupo de votantes crucial y cada vez mayor.

Unos 200 creadores de contenido recibieron pases especiales a la convención, una credencial parecida a las que les dan a los miembros de los medios informativos, pero con beneficios adicionales (en contraste, el partido le otorgó credenciales a unos 15.000 periodistas, que pagaron por su espacio de trabajo y su alojamiento). Organizaciones progresistas sin fines de lucro y otros grupos externos cubrieron los costos de viaje de muchos de los influentes, además de garantizarles un itinerario de paneles por el día y veladas por la noche, así como muchísimos regalos patrocinados.

Los republicanos también están usando a los influentes para llegar a la gente que pasa más tiempo en línea. El mes pasado, en la convención nacional de su partido, se les dieron credenciales a más de 70 influentes, y el expresidente Donald Trump ofreció entrevistas a varias estrellas de las redes sociales.


Ambos partidos ven a los influentes como el mejor conducto a los votantes mileniales y de la generación Z. Los detractores opinan que su papel cada vez mayor difumina la línea entre el periodismo y la defensoría.

A diferencia de Brey, la mayoría de los creadores que asistieron a la convención demócrata no se consideran periodistas y no tienen un código de ética ni independencia. Su moneda de cambio es la atención, pues así es como acumulan seguidores, y muchos generan ingresos promocionando productos comerciales.

Esta semana el producto era Harris.

John Wihbey, profesor de periodismo e innovación mediática en la Universidad Northeastern, dijo que tenía sentido que el partido buscara a los influentes.


“En cierto modo, esto ya se veía venir, si consideramos la rapidez con que se mueve la cultura. Así adquieren visibilidad ante un grupo demográfico clave, cuya participación electoral es absolutamente necesaria para el partido”, señaló Wihbey. “Pero se asume que van a transmitir el mensaje que el partido quiere que comuniquen, y sería un error que los organizadores no los distingan de los periodistas”.


Los pases que se distribuyeron entre los influentes esta semana, al igual que los que se les dieron a los periodistas, identificaban a los asistentes como “productor”, “editor” o “reportero”.

Emily Soong, portavoz de la Convención Nacional Demócrata declaró: “Los demócratas valoran la prensa libre y nuestra convención refleja eso”.

Antes de llegar a Chicago, los creadores con credenciales recibieron listas por correo electrónico de delegados demócratas disponibles para entrevistas y, cada noche, se les daba tiempo a los influentes en la “alfombra azul” dentro del United Center, donde políticos como el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, y Stacey Abrams, excandidata a gobernadora de Georgia, posaron para tomarse selfis.

El martes, Carlos Eduardo Espina, que tiene más de 10 millones de seguidores en TikTok y publica en español, grabó una conversación con Harris en la que le pidió que explicara por qué los latinos debían votar por ella. La noche siguiente, Espina habló sobre la inmigración desde el escenario principal de la convención. Según su equipo de campaña, esta semana la vicepresidenta habló frente a las cámaras de otros dos influentes.

El lunes, más de 150 de esos creadores abordaron la embarcación conocida como Spirit of Chicago, anclada en el muelle Navy Pier. Gwen Walz socializó y posó para selfis antes de enviarlos a todos a un convivio de tres horas titulado “Fiesta en el yate de creadores por Kamala”. La campaña de Harris pagó el evento, que no estuvo abierto a la prensa. Entre los invitados estuvo Meena Harris, la sobrina de la vicepresidenta.

Deja Foxx, influente y defensora del derecho al aborto, llegó a la fiesta vestida de pies a cabeza con la marca Prada, enviada a Chicago por su agencia, Ford Models. Suma unos 200.000 seguidores entre TikTok y Facebook.

“¡Qué emoción!”, exclamó Foxx mientras subía por la rampa de desembarco.

La campaña de Harris declaró que no les pagó a los influentes directamente para que crearan contenido. Pero otros grupos demócratas sí pagan por publicaciones y, por lo general, proporcionan ciertos temas de conversación u otros lineamientos. Los pagos pueden ir desde 50 dólares y, en algunos casos, hasta las decenas de miles de dólares, dependiendo del alcance del creador.

Nicholas Kitchel, director de asociaciones digitales en The Hub Project, una organización progresista sin fines de lucro, comentó que el grupo financia algunas campañas que les pagan a influentes a cambio de contenido. Kitchel indicó que pagarles a los creadores era parte de una estrategia destinada a la “democratización de los medios”. Afirmó que su grupo no les pide a los influentes que revelen su patrocinio.

Una persona baila en la fiesta Hotties for Harris, en la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, el 20 de agosto de 2024. (Todd Heisler/The New York Times)
Una persona baila en la fiesta Hotties for Harris, en la Convención Nacional Demócrata, en Chicago, el 20 de agosto de 2024. (Todd Heisler/The New York Times)

Con más de 32 millones de seguidores en TikTok, 16 millones en YouTube y otros 3 millones en Instagram, Merrick Hanna no solo fue uno de los creadores más populares en la convención, sino que también es uno de los influentes más conocidos del mundo. Sin embargo, como apenas tiene 19 años, era demasiado joven para ir a los eventos nocturnos que se organizaron para los creadores esta semana.

Hanna, quien concursó en “America’s Got Talent”, dijo que le sorprendió recibir la invitación para ir a Chicago porque su contenido, que consiste casi por completo en videos de él bailando, no tiene ninguna carga política.

Horas antes de que el primer orador tomara el podio el martes por la noche, Hanna y su padre, Shawn, que viajó con él, estaban merodeando por el segundo piso del United Center, filmando una serie de pasos de baile que planeaban editar en una sola publicación.

El padre de Hanna comentó que tenían la esperanza de usar su presencia en la convención para motivar a la gente a votar, pero no querían “verse muy políticos” promoviendo a un candidato o a un partido en particular por miedo a perder seguidores con opiniones distintas.

Aun así, reflexionó que “sería genial hacer una transmisión en directo con AOC”, usando las iniciales de la representante demócrata de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez.

En el otro extremo del espectro, en cuanto a influencia, estaba Abbie McAdams, que se graduó hace poco de la universidad en Colorado y dirige una organización sin fines de lucro que aboga por un mayor acceso a los productos menstruales. McAdams mencionó que quedó impactada cuando recibió una credencial de creadora ya que tiene muy pocos seguidores en línea.

“Por alguna razón, decidieron permitirle a una chica de 21 años con tan solo 200 seguidores en TikTok ir a la Convención Nacional Demócrata”, explicó McAdams en una publicación en línea el fin de semana pasado. “Literalmente, voy a estar en el mismo espacio de la prensa con acceso a personas como Kamala Harris, Tim Walz” y otros miembros del partido.

McAdams mencionó en una entrevista que pagó su propio boleto a Chicago y trató de aprovechar lo más que pudo su tiempo ahí, corriendo de un evento a otro y publicando casi en tiempo real sobre todo lo que observaba. Aunque no tuvo oportunidad de entrevistar a la nominada demócrata a la presidencia, afirmó que tuvo algunos momentos emocionantes cuando conoció a otros influentes.

“Poder conocer a Deja Foxx en persona y conversar con ella fue muy especial”, relató McAdams.

c.2024 The New York Times Company