Feijóo empuja a los vecinos de A Mariña a elegir entre votar o la salud

El presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijoo, no quiere que el brote por coronavirus afecte al calendario electoral de Galicia.
El presidente de la Xunta, Alberto Nuñez Feijoo, no quiere que el brote por coronavirus afecte al calendario electoral de Galicia. (Photo by Beatriz Ciscar/Europa Press via Getty Images)

Los principales alcaldes de A Mariña (Lugo) quieren suspender la jornada electoral de este domingo 12 de julio tras contabilizarse 121 contagios por Covid-19 y haber casi setecientas (685) personas confinadas por haber estado en contacto con infectados. El conjunto de la oposición en el Parlamento gallego se inclina por lo mismo denunciando la falta de "condiciones necesarias" en una decisión que comparten tanto BNG como Marea Galeguista, el PSdeG, Vox, Cs y Galicia en Común dudando de si el PP “prima la estrategia electoral sobre la salud”. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, pide a la Xunta que tenga "cuidado". Y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, derivó las responsabilidades al Gobierno regional aunque mostró su “preocupación”. Pero el encargado de tomar la decisión, el presidente de la Xunta, y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo (PP), se ha negado en rotundo confirmando que los comicios regionales se celebrarán en toda Galicia sin excepción.

¿Por qué Feijóo obliga a los vecinos de Mariña a elegir entre votar o la salud a tenor del brote descontrolado de Covid-19 registrado en la zona? La respuesta está en la participación. A pesar de que la práctica totalidad de las encuestas le otorgan una holgada victoria, las cuentas del PP en Galicia solo saldrán si se mantiene un nivel de participación alto. De lo contrario, peligra la mayoría absoluta y el presidente gallego estaría obligado a pactar. Un verbo que no ha conjugado en los 11 años que lleva en el poder.

Y todo porque en A Mariña se concentra el 20% del censo provincial de Lugo. O si lo prefieren, si allí no se vota, habría 14 escaños sin adjudicar. Y el efecto contagio podría hacer que muchos otros electores de las zonas vecinas se quedaran en casa.

Según los cálculos de los gurús demoscópicos, el PP mantendrá su hegemonía siempre que la participación se mantenga por encima del 52%. Una cifra que hasta esta semana nadie ponía en duda al haber estimaciones de porcentajes superiores al 56%. ¿Pero qué ocurriría si se decretara un mini estado de alarma en la zona afectada? La respuesta está clara. Por eso Feijóo no ha querido cerrar la zona a cal y canto y mandar un mensaje de alerta. Al contrario, primero se intentó negar la existencia del brote. Y cuando este se descontroló y no pudo ser disimulado, se optó por clausurar la comarca durante cinco días. De lunes a viernes.

Sí, está leyendo correctamente, 5 días y no 14 que es lo que han durado las fases del plan de desescalada o el mismísimo cierre de Lleida ante un brote similar. ¿Qué ocurre? ¿Que en Galicia el virus se incuba tres veces más rápido? Nada de eso. Cinco días era el tiempo justo para simular un cierre sanitario exprés que garantizara la libertad de movimientos en la jornada de reflexión, primero, y en la de votación, después.

La medida no ha gustado a los vecinos de Castilla y León, cuyo vicepresidente, Francisco Igea (Cs), ha censurado que Feijóo esté poniendo “la vieja política por encima de la seguridad de los ciudadanos” y apeló al conjunto de autoridades a trabajar para “romper la cadena de transmisión del virus”.

A pesar de ello, Feijóo se ha salido con la suya y la Junta Electoral ha avalado su plan de choque. Veremos si la evolución del virus en las próximas 48 horas no le quita la razón a Feijóo y se mantiene bajo control. De no ser así, el PP gallego no solo verá peligrar su liderazgo en el bastión gallego, sino que será juzgado por haber antepuesto los intereses políticos a los sanitarios.

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