Alberto Núñez Feijóo con Carlos Pagni: España, Argentina y la crisis de las fuerzas tradicionales

Alberto Núñez Feijóo
Alberto Núñez Feijóo

El presidente del Partido Popular de España. (PP), Alberto Núñez Feijóo, estuvo de gira por la Argentina y fue entrevistado por Carlos Pagni, en LN+, en el programa Odisea Argentina.

Allí charlaron sobre lo que le espera a la Argentina y a España para los próximos años. Aseguró que su partido gana siempre que España “tiene problemas serios”, y abogó por avanzar con el acuerdo Unión Europea-Mercosur. Además, analizó lo que puede suceder en las elecciones generales de 2023 en la Argentina.

-¿Por qué te metiste en política?

-Porque previamente gestioné mucho tiempo cosas públicas. Me tocó hacerlo en el ámbito del partido en el que milito y en el que presido y llegué al absoluto convencimiento de que es la mejor forma política que tenemos en España, el Partido Popular (PP). Pues mira: desde los 29 hasta los 40 estuve como más de 10 años gestionando en el ámbito del Partido Popular y decidí por convicción afiliarme al Partido Popular y comprometerme.

-Pero la pregunta es previa, no por qué el Partido Popular, sino por qué la política, que es una actividad fascinante, electrizante y muy sacrificada. ¿Cuándo se te metió ese bichito en la cabeza o en el corazón?

-Pues yo creo que de joven. Por dos razones: la primera, porque vivía en un pueblo abandonado desde punto de vista político, era un pueblo dividido en cuatro fracciones de cuatro ayuntamientos, porque se juntaban varios ríos y cada zona del río cada pertenece a un ayuntamiento distinto. La segunda, porque presenciaba debates en televisión en la época de la transición española... Adolfo Suárez, Carrillo, Fraga, Felipe González, y la verdad es que aquella forma de exponer y aquella forma de hacer política me impactaron personalmente.

-Vamos a recordar, muchos lo saben, porque tu apellido es un apellido en la Argentina que se registra claramente. Cuatro veces gobernaste Galicia con mayoría absoluta, es decir, habiendo arrasado en las elecciones cuatro veces, con control del parlamento. Uno piensa que cuando a alguien le toca gobernar así, la tentación de no dialogar con nadie es fuertísima. Sin embargo, vos te caracterizás por ser un tipo de diálogo. ¿Por qué, cuando no hay necesidad?

-Yo creo que hay necesidad siempre. Siempre hay alguien que no está de acuerdo contigo y tiene una buena idea y esa idea la tienes que captar.

-¿Puede haber alguien que no esté de acuerdo con uno y que tenga una buena idea? No está tan de moda esa idea tuya.

-Pero es una realidad incuestionable. Uno no tiene siempre la verdad, ni tiene el monopolio de la brillantez. Siempre hay gente que no piensa como tú, pero puede ser brillante en algunas cosas y en otras no tanto. Nosotros hemos gobernado cuatro legislaturas con mayoría absoluta y dialogamos mucho con la gente porque si no la gente no te da mayoría absoluta. Decirle la verdad a la gente, gestionar la realidad del momento que te toca gobernar y comparecer de forma periódica para explicar decisiones a veces difíciles que tienes que adoptar al final hay un maridaje permanente con la gente y entender lo que la gente está esperando. Por la mañana, cuando te miras al espejo has de preguntarte: “Oye. ¿La gente entenderá lo que estoy haciendo? ¿Sabré explicar realmente lo que quiero hacer? ¿Estaré acompañando a la gente en sus prioridades?” Esa es la pregunta que creo que tiene que hacerse cualquier político.

Feijoo durante la entrevista con Pagni
Feijoo durante la entrevista con Pagni

-En un momento de la historia donde en tantas sociedades hay un problema de representación, a la luz de esta premisa que acabas de plantear, ¿qué es lo que falla? ¿Por qué la gente no entiende? El otro día hablaba con un político de acá, que está al lado del Presidente, y me decía “no quiero saber más sobre encuestas cuantitativas. Miro encuestas cualitativas porque quiero entender por qué no nos escuchan. No logramos conectar”. ¿Qué es lo que pasa?

-A ver, quizás desde el año 2008... y han transcurrido 15 años, o por ahí, y tenemos una crisis permanente. En 2008 vino la crisis financiera. Cuando estábamos empezando a crecer después del año 2015 y 2016 llegó el Covid. Una pandemia global, mundial y, cuando estábamos saliendo del Covid, también en Europa llegó la guerra y la invasión ilegal de Rusia hacia Ucrania. Por tanto, todas aquellas personas que tienen menos de 35 años hoy, han vivido prácticamente toda su adolescencia en una crisis. Nosotros, lógicamente, también. Eso es un factor determinante.

La crisis financiera, al menos en Europa, dio lugar a un populismo. A un populismo más de izquierda. La crisis financiera continuada también dio lugar a un populismo más de derechas. Por tanto, esto creo que se ha generalizado en muchos lugares y este es el problema fundamental. Adicionalmente de las crisis, los partidos tradicionales: el centro derecha, el Partido Popular europeo, el Partido Socialista, pues han cometido errores. Como es lógico, por desgaste materiales, mucho tiempo liderando un país, casos concretos de corrupciones en los partidos. Eso ha ido provocando un desgaste y una erosión en los partidos. Eso dio lugar a la política líquida. A la política de usar y tirar. A la política del tuit. A la política del Instagram.

La tercera cuestión, por tanto, entramos en las redes sociales. Estas cambian la vida de las personas. Es una herramienta potentísima de forma correcta o incorrecta. Para la política, las redes sociales son un instrumento que, con carácter general, yo calificaría de un instrumento nocivo. ¿Por qué? Porque la política no es un tuit, ni es tener muchos seguidores en Facebook. La política es una gestión compleja, difícil. La política no puede producir novedades a la velocidad de las redes sociales. Los grandes cambios necesitan sacrificio. O sea, que necesitan explicación, necesitan gestión, necesitan determinación y necesitan que un político se dé cuenta que su objetivo fundamental no es la popularidad que puede tener durante el tiempo que ejerce la presidencia de un país o la presidencia de una provincia. Lo importante para un político es cómo va a ser recordado cuando deja la presidencia del país o la presidencia de esa provincia. Es decir, qué ha aportado a la sociedad.

Probablemente, de ese conjunto, de esa miscelánia de redes sociales, más crisis continuadas, más populismo, más defectos de los partidos tradicionales ha dado lugar a esta política líquida y esta política de usar y tirar donde lo que importa es un titular grueso o la crispación la división. La política es lo contrario de la crispación y de la división y del titular grueso. La política es una arquitectura sociológica para cambiar y reformar constantemente a la sociedad y ser útil a la sociedad. Ser útil a los ciudadanos, pero no a los que te votan, sino a todos. Porque el objetivo de un gobierno no es gobernar para los que te votan, sino gobernar para la Nación. Incluido, por tanto, los que no te votan, ni te votarán nunca. Pues, en mi opinión, a esos también hace pensar.

-Acabas de describir el fenómeno de radicalización que hay en muchas sociedades por la izquierda y también para la derecha. En el caso de la derecha, son populismos conservador lo vemos en Brasil con Bolsonaro, se ve en Estados Unidos con Trump, en Italia ahora con Meloni, donde hay un componente que uno podría decir antiliberal. Donde las ideas del pluralismo el liberalismo etcétera. Esta concepción tuya de que el otro puede tener razón y por lo tanto tengo que tratar de entenderlo. ¿Cómo definirías al Partido Popular en ese universo? En qué se parece, en qué no se quiere parecer el Partido Popular y cuánto hay de esto dentro del Partido Popular.

-A ver, el Partido Popular nace en España con la Constitución Española después del régimen franquista aparece la transición, los pactos de la Moncloa, la Constitución, y el Partido Popular es un partido de centro derecha que nace con la Constitución española, para defenderla, para practicarla y para preservarla. Por tanto, somos un partido claramente constitucionalista. Es un partido que está orgulloso de la transición española, aunque ahora haya partidos que la estén vilipendiando y las estén erosionando. Es un partido que cree en la unidad de la nación española, aunque hay partidos en España independentistas, que están gobernando de socios parlamentarios con el gobierno actual. Es un partido, ideológicamente del centro reformista, que conforma el Partido Popular Europeo y que es el primer partido de la Unión Europea.

El Partido Popular es aquel partido que consigue un voto de un pescador y de un ejecutivo de un banco. Que consigue el voto de un catedrático de facultad y del bedel de la facultad. El Partido Popular es un partido que tiene como objetivo la reforma y la gestión de las cosas. La gestión concreta de las cosas. Por tanto, en mi opinión, el Partido Popular es aquel que tiene como objetivo político la mejora continua. La mejora continua de las libertades, de los derechos, de las obligaciones. La mejora continua de la economía, la mejora continua de la capacidad de emprendimiento de un país, la mejora de la educación, de la sanidad. Es un partido inconformista. Un partido reformista en el que intentamos que la demagogia no forme parte de nuestros principios y de nuestros valores. Se da una circunstancia. Después del mandato de Felipe González, que entramos en una profunda crisis -y los últimos años fueron años para olvidar-, en el año ‘96 era el presidente Aznar cuando España tenía muchos problemas: devaluación de la peseta, inflación máxima. No íbamos a entrar en la Unión Europea, porque no cumplíamos los parámetros de déficit, de control de deuda, etcétera. Cuando volvemos, otra vez, a una crisis financiera negada por el gobierno socialista de Zapatero, gana al presidente Rajoy y pasa de un déficit público del 3% a la creación de tres millones de puestos de trabajo. Se equilibran las cuentas. En definitiva, cada vez que España tiene problemas, problemas serios, gana el PP. Por tanto, los españoles no ven como el partido la reforma, como el partido de la gestión. Porque si no no ganaríamos en los momentos más difíciles.

-Cualquiera que siga la política española con cierta atención ve que es muy muy previsible que te toque ser presidente del gobierno español en la próxima legislatura. Digamos, cuando se llame elecciones, que ganes. Probablemente te toque gobernar desde esta plataforma que acabas de describir, que es heredar un gobierno con mucho desbarajuste económico, como le tocó Aznar y como le tocó a Rajoy. En un contexto, del que después me gustaría hablar aparte que es el contexto de la crisis energética, la crisis de inflación que es muy particular en Europa y en España. ¿Cómo te preparás para comunicarle, para decirle la verdad a la gente? Para explicar que vas a tener que pedir sacrificios. No me imagino otro escenario. Lamento darte esta noticia.

-Ayer fue domingo. Si ayer se hubiesen celebrado elecciones en España, este convencido con el Partido Popular ganaría las sensaciones. Pero como decías, hasta noviembre del próximo año, todo parece indicar que no va a haber elecciones generales. Es verdad que en mayo del próximo año hay elecciones en todos los municipios españoles y en la mitad de las comunidades autónomas va a ser un buen indicador que ocurre en esas elecciones. Cuando ganamos la primera mayoría absoluta en Galicia en el año 2009 estábamos en una profunda crisis económica, aunque el gobierno central del socialismo negaba la existencia de la crisis y hablaba de “desaceleración económica” aunque había un enorme parón económico, que se llevó por delante todas las cajas de ahorro españolas y que se llevó por delante 9 puntos de déficit público y varios millones de puestos de trabajo.

Yo he gestionado los momentos de dificultad. Nunca he tenido suerte. Nunca que gestionado en momentos de bonanza económica. Es verdad que, en los 13 años en mandato, un par de esos años las cosas iban razonablemente bien. Pero me tocó gestionar la crisis financiera, trabajar con un 20% menos de presupuesto anual que mis antecesores y cuando esto empezaba a funcionar me tocó el Covit. Gestionar el covid y convertir a Galicia en la comunidad con menos mortalidad por 100.000 habitantes de las comunidades peninsulares de España. Ahora me toca hacer oposición en un momento en el que España tiene mucho gasto público, mucho impuesto, mucho déficit y, por tanto, mucha deuda. A los españoles le tenemos que decir la verdad. Si tengo la responsabilidad de ser presidente, lo primero que haré es decirle la verdad. Pero no le diré la verdad en un discurso inaugural. Yo le diré la verdad cada trimestre. Tenemos esta situación y vamos a hacer esto para paliar esta situación.

Tenemos aquí un problema de sostenibilidad de las pensiones. En el año 2050 se incrementan en un 44% el número de pensionistas por el boom de la natalidad de los años 50-60 y 70 y tendremos que acreditar la sostenibilidad de las pensiones tomando las decisiones oportunas. Tenemos un problema del doble de paro de la Unión Europea. Por tanto, el objetivo fundamental es bajar ese paro. Porque tenemos puestos de trabajo en demanda y, sin embargo, con tres millones de parados no casa con la oferta. Tenemos un problema territorial en nuestro país, que el independentismo, hoy por hoy, es un movimiento fuerte en Cataluña, sobre todo, y además son socios de gobierno del partido socialista.

Vamos a contarle la verdad a la gente. Sobre todo, lo importante es cuando acabes tu mandato, si has sido útil a tu país. No el tiempo que duró tu mandato. Sino: ha sido útil a tu país, ha mejorado tu país, has controlado las cuentas, has ordenado el sector público, has conseguido que tu país sea un país con más credibilidad en el exterior, es la hacienda pública española una hacienda pública solvente, has pagado lo que debes, has gastado no más de lo que tienes, la mejora de la educación se ha concretado, tenemos un sistema educativo que se basa en el esfuerzo y que se basa en la autoridad del profesor. Todas estas preguntas me las hago porque lo que estamos preparando son las respuestas.

-Aparece ahora la crisis energética como consecuencia del ataque de Rusia a Ucrania. Un problema de inflación que se va haciendo cada vez más acentuado. Nosotros estamos muy acostumbrados a la inflación. Tenemos mensualmente la inflación que ustedes tienen en un año. Pero ustedes están perdidos en medio de esa inflación. Supongamos que esa crisis ucraniana, esa guerra en Ucrania continúa, daría la impresión de que va a ser largo esto. ¿Cómo te manejase en ese contexto y qué efecto puede tener ese contexto para la política europea en general? ¿Hasta donde la sociedad va a aguantar o tolerar el nivel de sacrificio que se les impone por esa circunstancias?

-Primero tenemos que convencer a los ciudadanos de que la democracia liberal no es cuestionable, ni negociable. Tenemos que convencer que tenemos el mejor régimen político posible. Por tanto, no podemos aceptar que Rusia rompa el Derecho Internacional e invada a un país soberano. Por tanto, no podemos caer en el relativismo de que ‘oye pues esto nos crea muchos problemas vamos a dejar pues que Vladimir Putin se salga con la suya’ porque ahora le toca Ucrania y pasado le tocará otro y después al otro y así. Si usted habla con un polaco comprenderá que la invasión y la ocupación rusa de su nación es algo que debemos de proteger.

-Eso compite contra la cuenta de gas

-Sin duda. Nosotros cometimos errores. España menos porque está más alejada del conflicto. Pero la gran locomotora económica de Europa, que es Alemania, comete un error estratégico que es abandonar su autonomía energética y vivir del gas y de los hidrocarburos rusos. Europa en este momento está aprendiendo que la autonomía energética es una autonomía que genera la capacidad para mantener la autonomía política de la Unión Europea. Tanto hemos aprendido y estamos aprendiendo de ese conflicto.

Pero no podemos pensar, por un instante, de que es negociable la soberanía de un país porque si no rompemos nuestros principios y, a partir de ahí, se convierte en la selva. Lo segundo, como es natural, Europa que es el lugar de mayores libertades y de mayor bienestar del mundo. Es el lugar donde la persona nace y hasta el momento en el que fallece tiene prácticamente todos los adelantos sanitarios. Un lugar desde que una persona nace hasta que se gradúa en una universidad tiene una acceso casi gratuito a todo el sistema educativo, o un lugar donde una persona coge su coche toma su coche conduce y se va a cualquier ciudad europea sin bajar según la autovía.

Por tanto, ese espacio de libertad ese espacio de modernidad y ese espacio de bienestar lo tenemos que preservar y ahora nos toca pasarlo entre comillas con algunas dificultades. También tenemos que ajustar nuestra transición energética. No podemos en una guerra pensar que vamos a seguir con el calendario de la transición energética sin que se toque. Tendremos que ampliar un poco los combustibles fósiles para conseguir esas emisiones cero en el momento en el que podamos hacerlo. Esta es la tarea.

-Esto te obliga a pensar respecto de la energía nuclear este nuevo contexto

-Yo lo he dicho y, desde la oposición no es fácil, yo digo lo que pienso cuando viene bien a mi país aunque esto no sea muy popular. yo he dicho que las centrales nucleares deben de ampliar su vida útil porque mientras no consigamos energía termosolar, energía eléctrica hidráulica y energía eólica marina y eólica terrestre, lo suficiente junto con el hidrógeno verde de los próximos años, no podemos desenchufar la energía que funciona . No puedes desenchufar una energía que funciona antes de enchufar la energía que lo sustituya.

Creo que Europa ha cometido el error de desenchufar cosas que estaban funcionando sin tener la alternativa y cuando se corta el gas, o cuando este gas encarece y cuando se cortan los hidrocarburos, o los hidrocarburos se encarecen, automáticamente tenemos un problema energético importante. Esto contribuye a la inflación, al incremento de precios, y a la desaceleración económica.

-Hablabas recién de España y de lo que fue la transición española que, para América Latina y para la Argentina específicamente, fue una especie de modelo de ingreso a la democracia. Después hubo todo una larga onda de expansión de España económica que nosotros la vivimos muy de cerca por las inversiones españolas. Había una presencia muy muy intensa de España y de los líderes españoles en la región. Eso parece haberse aletargado. ¿Cuál es la relación óptima, a tu juicio, entre España y América Latina? Hasta donde la vocación Europea de España no la puede hacer vivir de espaldas a lo que fue una comunidad de idioma, de cultura, de historia. ¿Cómo te pensás en ese sentido? ¿Qué te gustaría hacer si fueras presidente del gobierno?

-Yo creo que los presidentes: González. Aznar, lo hicieron mejor que en la actualidad. Creo que esa relación con América Latina debe ser una relación que hemos de retomar. Es verdad que al presidente Rajoy le tocó la crisis financiera y le tocó ordenar España y tenía las dos manos ocupadas para que no se cayese la pared y eso a veces te impide hacer otras cosas. Pero para un presidente español un presidente gobierno español, tiene que tener claro dos cosas: que la política exterior de su país, no solamente se debe al ámbito de la Unión Europea y al mediterráneo. Por tanto al Maghreb, a la zona del norte de África. Sino que ha de ser el puente permanente entre la Unión Europea y América Latina. Esa es nuestra vocación histórica, cultural, lingüística.

Cuando las empresas españolas invierten en América Latina, la pregunta es: ¿Usted qué prefiere, que invierta las empresas chinas? ¿Prefiero usted que inviertan las empresas de orígenes asiáticos o prefiere usted que invierta una empresa que tiene unos trabajadores y unos ejecutivos que piensan como usted que tiene los mismos valores que usted que se expresan en la misma lengua que tienen las mismas raíces culturales y que tienen una visión y una concepción del mundo muy similar a la suya? Creo que es bueno para Argentina, para España y para América Latina en su totalidad, esa permanente entrada de la Unión Europea a través de España

Mercosur es una oportunidad histórica para Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay y para la Unión Europea. Son 750 millones de personas. Es el 25% del PBI mundial y 31 países. Posponer el acuerdo de Mercosur es malo.

-¿Eso se lo estás diciendo a los del Mercosur o también a Francia?

-España tiene que liderar esa discusión europea. Es evidente que los agricultores franceses tienen reticencias. Conocemos la rentingencias de los agricultores franceses en la política agraria común. También las tenemos dentro de los 27. Esto no es un tema que hay un problema con Brasil o con Argentina. Nosotros también tenemos problemas. Tenemos problemas en la agricultura, en la ganadería, en la pesca, pero hemos de ponernos de acuerdo. Pero al final, tener un mercado de 750 millones de personas que supone el 25% del PBI mundial, eso es una un proyecto que no podemos en ningún caso posponer. Llevamos 20 años con esto y no hemos sido capaces de desbloquearlo. Hemos traído a esta a este primera gira, como presidente del partido y jefe de la oposición, al presidente del Partido Popular Europeo. ¿Por qué? Porque es alemán y es el presidente del grupo parlamentario más importante del Parlamento Europeo, el del Partido Popular Europeo y, además, es el presidente de todo el partido. Pensábamos que era bueno que vinierais a Argentina esta mañana, luego a Chile y posteriormente acabamos en Ecuador para que el presidente del Partido Polular Europeo empiece ya a tener un contacto directo con América Latina a través de España. Eso es, un poco, un síntoma de lo que queremos hacer desde el gobierno de España en el caso de obtener la mayoría en las elecciones.

-Última pregunta. ¿Qué impresión te llevas de la política Argentina a partir de los diálogos que tuviste, que fueron en poco tiempo, en estas últimas horas?

-Bueno yo creo que lo primero que tiene que hacer un dirigente político de otro país es ser muy cauteloso y muy respetuoso con las decisiones del gobierno democrático de otro país. Por tanto, mi respeto absoluto relación a este asunto.

Lo que sí he percibido es que, con las personas con las que hablé las reuniones que he tenido, me están trasladando que así no se puede seguir. Que Argentina, de una vez por todas manda a parar las malas prácticas e inicia un proceso de modernización de la economía, pero de verdad. Un proceso de competitividad de la economía, pero de verdad.

Con la oportunidad histórica que supone que, prácticamente, todo lo que tiene Argentina lo necesita en este momento Europa como consecuencia de la guerra, de la crisis energética, del incremento de los precios.

Hay una oportunidad histórica de incrementar las exportaciones argentinas. De mejorar la competitividad de sus sectores productivos, de atraer inversión y dar seguridad y estabilidad a los inversores que crean riqueza en Argentina y después se distribuye.

Estamos en un momento histórico. Probablemente, las elecciones que tienen ustedes junto con nosotros en el año 23 van a ser determinantes para los próximos 30 años en Argentina.

La entrevista completa