'El agua está color jugo de naranja': temor en El Salvador por el regreso de la minería metálica
El Congreso de El Salvador aprobó esta semana una ley que levantaría la prohibición de extraer metales que pesa sobre el país desde hace siete años. Aunque la ley impulsada por el presidente Nayib Bukele impediría la minería en las reservas naturales y las cuencas hidrográficas sensibles, los ecologistas y la Iglesia Católica se oponen a la reanudación extractiva alegando posibles daños a los ecosistemas.
La nueva ley que permite la minería metálica en El Salvador despierta a los fantasmas del pasado, cuando esta actividad era permitida y tuvo consecuencias nefastas para el medioambiente.
Por ejemplo, se deplora la contaminación del río San Sebastián, en el centro del país.
“Está color naranja como jugo de naranja y la gente considera que no ya no se puede usar”, asegura a RFI Ricardo Navarro, presidente de la ONG Cesta, amigos de la tierra de El Salvador.
“Nos tomó más de 12 años hasta que en el año 2017 logramos que El Salvador fuera un país donde se prohibiera la minería metálica. Fue un gran logro porque hemos tenido aquí experiencias de altos niveles de contaminación de agua y desplazamiento de personas”, detalla.
Navarro explica que las poblaciones no tienen suficiente agua potable a causa de la deforestación “a pesar de que llueve bastante”. “Entonces venir a contaminar los ríos nos pareció una desgracia”.
"Del Lempa depende más de un millón de personas"
Una encuesta publicada por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas sugiere que la mayoría de los salvadoreños considera que la minería no es apropiada para su país.