El último adiós: César Luis Menotti se fue rodeado de gente de fútbol y aire de selección argentina

El adiós a César Luis Menotti en el predio de Ezeiza
El adiós a César Luis Menotti en el predio de Ezeiza - Créditos: @Alejandro Guyot

¿Qué ganó Menotti?, todavía se preguntan algunos. La respuesta es muy amplia, pero a la vez se resume en las seis horas que duró su velatorio, ocurrido este martes en el predio de la AFA. Porque si ese lugar en donde sus restos fueron despedidos existe, en gran parte es gracias a que él revolucionó hace medio siglo la historia de la selección argentina.

César Mario, uno de los hijos del Flaco, decía tras el responso en la capilla del predio: “Si le tuviera que agradecer a todos los que compartieron la vida con él no me alcanzarían los 85 años que él vivió. Pero no quiero dejar de agradecerle al presidente de la AFA, Claudio Tapia, que hizo que los últimos años mi viejo los viviera en el lugar que siempre soñó y más quiso. Agradecerle al cuerpo técnico de la selección que le permitió, ya con muchos años, volver a convivir con jóvenes apasionados y volver a estar en lo que siempre amó”.

Un amplio abanico de esos muchachos de antes que ahora peinan canas son, justamente, los que fueron a darle un último adiós. A abrazar a sus hijos y agradecerle. La influencia de Menotti en ellos es inconmensurable.

Los campeones del 78 estuvieron representados por sus figuras más icónicas: Daniel Passarella, Ubaldo Fillol y Daniel Bertoni. También Roberto Saporiti, colaborador del Flaco en ese Mundial y en el siguiente (España 82), quien se mostró muy triste y entregó interesantes conceptos: “Menotti le dejó a la Argentina un legado de orden, defendió siempre a la selección, y dejó muchísimo en el fútbol argentino”.

Ubaldo Fillol, uno de los representantes del plantel argentino campeón del mundo en 1978
Ubaldo Fillol, uno de los representantes del plantel argentino campeón del mundo en 1978 - Créditos: @Fabián Marelli

El inolvidable seleccionado juvenil de 1979, esos pibes que hicieron madrugar a la Argentina con un juego extraordinario que los coronó en Japón, estuvo representado por Sergio García, Juan Simón, Abelardo Carabelli y Osvaldo Rinaldi.

Como exponentes del eterno Huracán del 73 se acercaron al predio Carlos Babington, el 10 de ese equipo que brilló en el Metropolitano, Omar Larrosa y Francisco “Fatiga” Russo. Muy golpeado por la noticia, el Lobo Jorge Carrascosa optó por guardarse para siempre los recuerdos y las enseñanzas compartidas en vida.

Algunos compartieron momentos durante sus carreras. Otros le profesaron admiración. Así dijeron presente Ricardo Bochini, el Turco Omar Asad, Mauro Navas, Norberto “Ruso” Verea, Gustavo Barros Schelotto, Jorge Higuaín, Carlos Tapia, Jorge Burruchaga, Carlos Navarro Montoya, Alberto Márcico, Néstor Fabbri y dos grandes amigos periodistas: Horacio Pagani y Guillermo Blanco, siempre cerca del Flaco.

Menotti ganó respeto, cuando con seriedad y compromiso impuso una idea revolucionaria: que la selección argentina fuera una prioridad. Cuesta creerlo, pero hasta hace medio siglo ser citado para representar al país no era algo deseado por los futbolistas. “No voy a aceptar ninguna traba para usar a los jugadores cuando lo considere necesario; la idea es jerarquizar a la selección”, dijo el 2 de octubre de 1974, cuando fue presentado como DT. Apenas tenía 36 años, pero ya quedaba en evidencia que sus convicciones eran inquebrantables.

Para comprender la magnitud de ese momento bisagra en nuestra historia, van ejemplos concretos: si Lionel Messi hubiera nacido antes de que Menotti instalara el concepto de “selección argentina prioridad número 1″, seguramente hubiera optado jugar para España, como hizo don Alfredo Di Stéfano, en 1962. Y, quizás, a Ángel Di María lo hubieran seducido para representar al seleccionado de Italia, como le pasó a su casi homónimo Atilio Demaría, en 1934.

El abrazo de Lalo Maradona con César Mario, uno de los hijos de Menotti
El abrazo de Lalo Maradona con César Mario, uno de los hijos de Menotti - Créditos: @Alejandro Guyot

La familia Maradona

Los duendes del fútbol hicieron sus travesuras. La estatua de Maradona, que está ubicada justo frente a la puerta de acceso al predio de la AFA, pareció detener por un instante su carrera eterna para hacerle una reverencia al Flaco, cuando el coche fúnebre giró en esa rotonda. La familia de Diego estuvo representada por Raúl Alfredo, Lalo, que en la actualidad forma parte de la escuela de técnicos fundada por Menotti en 2018. “Tanto mi hermano como toda la familia Maradona quiso muchísimo a César. Se nos fue un gran maestro y un referente del fútbol argentino. Son días de enorme tristeza”, dijo Lalo, antes de ingresar en el predio.

Lionel Scaloni, que había comunicado en sus redes sociales palabras muy cálidas para despedir a Menotti, también fue parte del último adiós. Lo acompañaron Walter Samuel, Pablo Aimar y Roberto Ayala, junto con el resto del cuerpo técnico actual. Vaya si disfrutó Menotti de la tan deseada tercera estrella. Así lo resumía entonces: “El secreto del seleccionado dirigido por Scaloni es que juega al fútbol y me pone feliz que respete la historia. Con autoridad es digno representante de una cultura y de una historia. La pelota sigue siendo de ellos, porque vienen de los barrios, donde pertenece la pelota. La pelota es de los barrios y de la gente. Y este equipo juega así, con esa idea. Son un grupo de amigos jugando al fútbol en el mismo equipo”.

José Néstor Pekerman, muy emocionado al llegar al predio de Ezeiza para despedir a Menotti
José Néstor Pekerman, muy emocionado al llegar al predio de Ezeiza para despedir a Menotti - Créditos: @Fabián Marelli

En el mismo lugar donde hace un año y medio comenzó la caravana popular más convocante de la historia para celebrar el mundial ganado en Qatar, esta vez, tocó despedir a uno de esos seres indispensables que no adoran los flashes, sino que prefieren predicar con el ejemplo y desde el llano. De la máxima alegría a una de las grandes tristezas en casi 18 meses.

“Se merece esto y mucho más. Fue un gigante”, decía Carlos Enrique, lateral izquierdo de Independiente y River, en el que fue dirigido por Menotti. “Se fue un grande de la historia de nuestro fútbol. Una gloria”, aportó, al borde de las lágrimas, José Pekerman.

De un enorme bajo perfil, sobre todo en los últimos años, escondido detrás de alguna nube el Flaco se habrá ruborizado al ver la cantidad de gente que lo fue a despedir a Ezeiza. Pero, a la vez, se le debe haber inflado el pecho de orgullo. Porque quienes fueron a despedirlo fueron gente como él. Gente de fútbol.

¿Qué ganó Menotti? César Luis Menotti se ganó un espacio único en el firmamento del fútbol mundial, tan celeste y blanco como su amada selección argentina.