Adiós Skip Schumaker, bienvenido otro invierno lleno de preguntas para los Marlins

Skip Schumaker no va a volver a dirigir los Marlins. Esto es algo que se veía venir y que desde el clubhouse al palco de prensa del loanDepot park era algo esperado, como si fuera una resignación a lo inevitable, desde que él mismo renunciara a una opción para continuar al mando del equipo durante una temporada más.

Desde que la ex gerente general Kim Ng renunciara a su puesto, después de haber llevado a los peces a los playoffs en el 2023 y llegara Peter Bendix como presidente de operaciones de béisbol, algo quedó fracturado aunque no del todo aclarado entre el dirigente y el club, por más que se disfrace tas declaraciones corporativas.

La esperanza de la postemporada dio paso a una contienda para el olvido en este 2024 que comenzó bajo el signo de impactantes lesiones y prosiguió con una profunda renovación que Bendix ha ejecutado con mano fría, pensando en ese nuevo futuro que vuelve a ser un enigma.

Si la noticia de que Schumaker había rechazado la opción envió una onda expansiva sobre su continuidad después de octubre, el traspaso tempranero de Luis Arráez cayó como una bomba de profundidad que disipó cualquier esperanza de competir en lo adelante.

Según reporta Jeff Passan, de ESPN, Schumaker comentó con varios peloteros que no regresaría a ocupar su puesto en el mando, antes de viajar al sur de California para reunirse con su familia. Emocionado, casi al borde de las lágrimas, el piloto agradeció a los peloteros, sus coaches y a la organización con la cual debutó como manager.

Por encima de todo y pase lo que pase, el nombre de Schumaker será asociado con Miami. Así como sucedió con Joe Girardi, otro que ganó el premio de Manager del Año en la Liga Nacional solo para ver cómo era despedido días después de haber completado el calendario por el entonces dueño Jeffrey Loria. Pero esa es una vieja historia.

Y ahora volvemos a lo mismo. A la incertidumbre de lo que pueda suceder con los peloteros se suma la búsqueda de un nuevo dirigente. Schumaker había logrado una empatía muy cercana con sus jugadores y maniobró le mejor que pudo entre las marejadas de peloteros que iban y venían, subían y bajaban, como un carrusell interminable.

Joven pero recto, apasionado pero firme, Schumaker es el tipo de material humano que habría servido en la posición por un buen tiempo, otorgándole una continuidad necesaria y una mano estable a cualquier proceso emprendido por los Marlins. Ya no más.

Se abre otro compás de espera para los peces, mientras que Schumaker mirará a otras opciones o tal vez se tome un tiempo de descanso. En cualquier caso, no faltarán candidatos para dirigir Miami ni escasearán opciones de volver a dirigir a alguien que se ha ganado el respeto de la industria del béisbol.

A Schumaker se le agradece y desea lo mejor -Cincinnati y Medias Blancas estarán en busca de un nuevo manager, por ejemplo- en lo que decida hacer, mientras quedamos aquí para contemplar este escenario que se repite en otro invierno lleno de dudas.