Acusados en caso de asesinato por encargo de Sergio Pino esperaban ‘un regalito’ del constructor, muestra llamada grabada
El día antes que Sergio Pino se suicidó en medio de una redada del FBI en su casa frente al mar a mediados de julio, un hombre que estaba haciendo algunos trabajos en el techo del urbanizador recibió una llamada telefónica de otro hombre que había pasado tiempo con él en prisión.
El techador, Fausto Villar, parecía paranoico y se preguntaba en voz alta por qué Avery Bivins no había respondido a sus llamadas unos días antes. Los dos habían sido contratados para matar a la ex esposa de Pino, según el FBI, aunque sus intentos hasta ese momento habían sido infructuosos.
Villar dijo que el acaudalado urbanizador de Miami-Dade estaba profundamente preocupado de que algunos de los miembros del grupo de asesinos a sueldo ya hubiera sido arrestados y pudieran estar cooperando con el FBI, según una grabación de audio y una transcripción judicial de la conversación telefónica de Bivins con Villar el 15 de julio. Lo que Villar no sabía era que Bivins ya estaba trabajando con el FBI y había acordado permitir que la agencia grabara la llamada telefónica.
Aunque Villar no mencionó a Pino por su nombre en la llamada que duró casi media hora, hizo alusión al urbanizador y a la grave preocupación de Pino por el posible acercamiento de los federales a él.
En la llamada grabada por el FBI, Villar presionó a Bivins para que se uniera a un encubrimiento, incluso instándolo a “borrar” sus mensajes de texto de WhatsApp y su cuenta de Instagram “hasta que se disipe el humo”, sin tener idea de que su ex compañero de prisión había sido contactado por el FBI tres días antes y ya había acordado informar sobre el techador y su jefe, Pino.
La cooperación de Bivins marcaría un punto de inflexión crítico en la investigación federal sobre el supuesto reclutamiento por parte de Pino de dos grupos diferentes para matar a su esposa, Tatiana, acechándola, embistiendo su auto y amenazándola con un arma de fuego, según los registros judiciales.
Villar dijo que Pino “piensa en lo mal que le fue todo y cómo empeoraron las cosas” cuando “estos tipos” fueron arrestados y se preocupaba por lo que podría pasar después si “agarraban” a Bivins y la investigación del FBI se convertía en un caso de “conspiración” que condujera de nuevo al desarrollador, según la grabación del FBI. Villar le dijo a Bivins que tenía que mantenerse a sí mismo y a los demás miembros de su equipo a raya para evitar que la investigación se intensificara, y le sugirió a Bivins que un asalto armado a Tatiana en su casa de Pinecrest en junio debería ser reinterpretado como un robo fallido.
“Es una conspiración... Una conspiración no es difícil de probar, ni siquiera hay que demostrarla”, dijo Villar a Bivins. “Simplemente hay que seguir adelante y demostrar que este tipo conocía a este tipo, y este tipo conocía a este tipo. Eso es todo. Ya está. Adiós”.
Villar no podría haber sido más revelador en su estado paranoico. Después de su conversación telefónica con Bivins, Villar habló con Pino unos tres minutos por WhatsApp e intercambió mensajes de texto; y a la mañana siguiente, los agentes federales estaban revisando tanto la finca de Pino en Cocoplum como la residencia de Villar en Cutler Bay.
Nueve hombres acusados
Pino, de 67 años, se suicidó con una pistola el 16 de julio antes que pudieran arrestarlo, y Villar fue detenido; era uno de los nueve hombres acusados de participar en la conspiración de asesinato a sueldo para matar a Tatiana Pino, de 55 años, quien había solicitado el divorcio en 2022.
Pino, un cubanoamericano que dirigía una de las empresas constructoras de viviendas más importantes de Florida, tenía un patrimonio de al menos $150 millones. El caso de divorcio se puso feo debido a un acuerdo prenupcial y la división de los bienes conyugales. Tatiana Pino exigía la mitad de su fortuna, según los registros judiciales.
Cuando Bivins hizo su llamada telefónica a Villar el 15 de julio, otros tres sospechosos de su grupo ya habían sido arrestados: Clementa Johnson, su primo, Vernon Green, y otro asociado, Diori Barnard. Barnard había sido arrestado por cargos de drogas y armas el 25 de junio. Johnson fue arrestado el 2 de julio en relación con la investigación del FBI sobre asesinato por encargo. Y Green, sospechoso de amenazar a la esposa de Pino con una pistola en su casa, fue arrestado el 15 de julio.
En la conversación telefónica grabada por el FBI, Villar expresó sus sospechas sobre Bivins e incluso le pidió que activara la función de video de su teléfono celular para poder verlo. Bivins hizo la llamada “controlada” desde su auto en un estacionamiento. Pero cuando terminó la llamada, Bivins parecía haberse ganado la confianza de Villar, justo cuando el FBI estaba apuntando a Villar y Pino.
“Así que al final del día, cuando todo esté dicho y hecho, estoy seguro de que habrá un pequeño regalo para mí y, por ejemplo, para ti”, le dijo Villar a Bivins. “Así que hagamos lo que tengamos que hacer... ¿Entiendes lo que digo?
“Sí, pero tienes que cuidar a tu hijo”, dijo Bivins.
‘Lo sé’, dijo Villar.
El 9 de agosto, el magistrado Jonathan Goodman le negó la libertad bajo fianza a Villar, quien fue arrestado al día siguiente de la llamada telefónica, después de que los fiscales Brian Dobbins y Abbie Waxman reprodujeran la grabación en el tribunal para argumentar que Villar debería ser detenido antes del juicio porque era un peligro para la comunidad y había obstruido la justicia al manipular a un testigo del gobierno, Bivins.
Waxman dijo que Villar “aceptó un contrato para matar a una mujer que nunca había conocido” y luego “tomó medidas” para reclutar a Bivins para reunir un equipo para el trabajo de asesinato, “todo en un esfuerzo por matarla”.
Durante la audiencia, el abogado de Villar, Saam Zangeneh, dijo que su cliente es un hombre casado y padre de dos hijos que ha estado tratando de reconstruir su vida después de la prisión, argumentando que no representa un peligro para nadie. Zangeneh dijo que la persona “peligrosa” era el “cerebro” del plan de asesinato a sueldo, Pino.
“El cómplice no acusado, que todos conocemos, es Sergio Pino”, dijo Zangeneh. “Es un hombre increíblemente peligroso e increíblemente poderoso... [Pero] Sergio Pino ya no está con nosotros”.
Goodman no se dejó convencer. El juez citó las declaraciones de Villar sobre “hacerse el sordo” y “cero treinta y dos” cuando ordenó que permaneciera detenido antes del juicio.
Goodman también señaló que Villar le dijo a su ex compañero de prisión que destruyera las pruebas electrónicas y de las redes sociales: “borra, borra, borra” y “borra Instagram”, entre otras instrucciones, según su orden de detención. Además de su “intención de obstruir la justicia”, Villar, conocido con el apodo de “Cuba”, tiene “vínculos con varios países del mundo”, lo que lo convierte en un riesgo de fuga, concluyó Goodman.
El jueves, el abogado de Villar, Zangeneh, dijo que si bien Bivins está cooperando con los fiscales para ayudarse a sí mismo, cree que la grabación del FBI de su conversación muestra las verdaderas intenciones de Villar.
“Una de las conclusiones de la grabación es que mi cliente y Bivins parecían interesados principalmente en tratar de obtener más dinero de Sergio Pino y realmente no tenían intención de dañar a su esposa”, dijo Zangeneh.
Un gran avance en el caso
El avance en la investigación del FBI ocurrió el 12 de julio, cuando los agentes se pusieron en contacto con Bivins y le dijeron que tenían una orden de allanamiento federal para su teléfono móvil y otras pruebas y que querían hablar con él.
El abogado de Bivins le aconsejó que lo hiciera. Los agentes del FBI se enteraron que Bivins conocía a Villar de su tiempo juntos en prisión hace unos 10 años.
Villar, de 42 años, había pasado seis años en prisión estatal por cargos relacionados con robo a mano armada. Bivins, de 36 años, cumplió 12 años en una prisión estatal por cargos relacionados con tráfico de drogas, robo e intento de asesinato.
Villar se puso en contacto con Bivins en el otoño de 2023 para hablar de un “hombre rico [Pino] que lo contrató para matar a su esposa”, según las denuncias penales y declaraciones juradas del FBI. Villar “reclutó a Bivins para reunir un grupo para el trabajo”, que incluía ponerse en contacto con el amigo de Bivins, Johnson, para ejecutar el asesinato de la esposa de Pino, dicen los documentos. Johnson luego trajo a su primo, Green, el pistolero que supuestamente agredió a Tatiana fuera de su casa.
Bivins aceptó el acuerdo, según los documentos del FBI, y él y Villar se reunieron varias veces. Según Villar, la esposa de Pino “quería la mitad de los bienes de Pino y no aceptó los $20 millones que le ofrecían” en su caso de divorcio, según los documentos del FBI.
“Pino estaba dispuesto a pagar $150,000 para completar el contrato de asesinato y habría otros $150,000 si el contrato se llevaba a cabo sin ser detectado”, según los documentos. “Villar también proporcionó dos pagos en efectivo de $30,000 y $45,000 por adelantado durante dos reuniones separadas” con Bivins.
Villar también proporcionó jeringas e inyecciones para usar en el complot contra la esposa de Pino, según los documentos de acusación y una acusación formal sustitutiva presentada por la Fiscalía federal.
“El coconspirador 1 [Sergio Pino] proporcionó al segundo equipo un incentivo financiero para garantizar que el crimen no fuera rastreado hasta él”, según la acusación, que no nombra a Pino como acusado debido a su muerte. “El coconspirador 1 sugirió que el segundo equipo debería matar a la víctima 1 [Tatiana Pino] inyectándole una sustancia líquida proporcionada para hacer que su muerte pareciera un ataque cardíaco”.
No hay más detalles sobre el supuesto plan de inyección en la acusación, aunque una fuente familiarizada con el plan dijo que fue abandonado a favor de intentar dispararle a Tatiana afuera de su casa mientras lo hacía parecer parte de un robo a mano armada.
La acusación formal también afirma que Sergio Pino reclutó a un hombre que había trabajado en su yate para reunir a la primera tripulación en el plan inicial de asesinato por encargo del desarrollador en 2022, alegando que la primera tripulación planeaba envenenar a Tatiana con cianuro y arsénico, además de fentanilo. El FBI había hecho previamente una declaración general sobre el uso planificado de “otras drogas” para hacerle daño.
En una conferencia de prensa celebrada el 17 de julio, el fiscal federal Markenzy Lapointe dijo que el primer equipo “en realidad consiguió fentanilo para ayudar a Pino en el intento de matar a su esposa”. Pero no está claro si el primer equipo realmente intentó envenenarla antes que abandonaran ese plan.