Un acuerdo entre Grecia y Macedonia del Norte permite salvar obras de arte únicas

En las montañas sobre el lago Prespa, en Macedonia del Norte, se atisba la iglesia de San Jorge, construida en el siglo XII. Sus frescos, que han desafiado las inclemencias meteorológicas durante siglos, constituyen un legado importante del patrimonio cultural europeo.

Análisis científicos los consideran las primeras huellas del Renacimiento en este tipo de arte.

"De acuerdo con algunos científicos aquí podemos ver los primeros signos del periodo prerrenacentista, que apreciamos en la expresión de los santos y también en sus vestimentas", explica Olivera Makrievska, del Instituto para la Protección de Monumentos -Museo de Bitola.

Colores obtenidos con sustancias naturales

Para proteger estas obras, los ministerios de Cultura de Macedonia del Norte y Grecia firmaron un acuerdo que incluía al Centro Europeo de Monumentos Bizantinos. El gran reto de los restauradores de ambos países es conservar estas pinturas y sus colores obtenidos con sustancias naturales.

"La pintura proviene sobre todo de minerales de las piedras, de vegetales y en algunos casos de animales", explica Babis Apostolidis, del Centro Europeo de Monumentos Bizantinos. "La pintura venía en polvo, un polvo fino. Lo mezclaban con cal en agua. Los pintores lo aplicaban en moretero fresco antes de que se secara".

"Desde que Macedonia del Norte y Grecia firmaron el acuerdo de Prespa en 2017, las relaciones bilaterales han ganado intensidad. Un resultado de ello es este proyecto conjunto para la preservación del rico patrimonio de la región del lago Prespa, cuyas aguas están en la frontera enter los dos países", comenta el periodista de Euronews Borjan Jonanovski.