Boiko Borisov, favorito a un cuarto mandato pese a acusaciones de corrupción

Sofía, 2 abr (EFE).- El populista conservador Boiko Borisov, primer ministro de Bulgaria que parecía a punto de dimitir hace menos de un año, cuando el país se vio sacudido por una masiva ola de protestas ciudadanas, aspira ahora a un cuarto mandato en el poder y todo apunta a que lo logrará el domingo.

Las encuestas coinciden en vaticinar que su gobernante partido Ciudadanos para el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) ganará las elecciones legislativas del domingo con algo más del 28 % de los votos y hasta ocho puntos por delante de su principal rival, el opositor Partido Socialista Búlgaro (BSP).

Apodado "Batman", este político de 61 años, un ex bombero, karateca, guardaespaldas, policía y alcalde de Sofía, cuida atentamente su doble imagen de "hombre de acción" y "hombre del pueblo".

Capaz de hablar de forma clara, nunca tuvo reparos en emplear el lenguaje de la calle, en ocasiones abiertamente grosero y machista.

De sí mismo dice ser honesto, comunicativo y trabajador. Domina la escena política desde 2009. Ningún otro mandatario logró mantenerse tanto tiempo en la jefatura del Gobierno.

RIVAL DEL PRESIDENTE

Aunque parezca una contradicción, "Batman" sigue gozando de un gran apoyo de la población aunque el 64 % dice no confiar en él, y hasta sus críticos reconocen su carisma.

Eso sí, en materia de confianza es superado por el presidente del país, Rumen Radev, un independiente que llegó a la jefatura del Estado apoyado por los socialistas y que el pasado verano se unió a los manifestantes al exigir el cese de Borisov.

Pero el primer ministro salió ileso de todos los escándalos de supuesta corrupción, incluido el de junio de 2020, cuando varios medios publicaron una foto suya donde aparecía semidesnudo durmiendo en la cama de su residencia con una pistola, rodeado de billetes y lingotes de oro.

Borisov reconoció la autenticidad de las fotografías y, al mismo tiempo, rechazó que fuera cierto lo que mostraban. Acusó a sus rivales políticos, con Radev a la cabeza, de haberle espiado y contribuido a crear una situación comprometedora a través de "una hermosa dama que me había visitado y que actuó como una Mata Hari".

ESPECTÁCULO CON PROMESAS

Se presenta ante los electores como el político que, desde la caída del comunismo en 1989, más ha impulsado el desarollo de la infraestructura, la economía y las finanzas del país, el más pobre de la Unión Europea (UE).

Como ejemplo, destaca que el salario mínimo ha aumentado de 230 a 325 euros en los últimos cuatro años. Y promete que hasta 2025 conseguirá elevar el producto interior bruto (PIB) de la nación hasta 100.000 millones de euros, desde los 61.370 millones actuales.

En su estilo de presentarse como un "hombre de acción", le gusta aparecer conduciendo él mismo un todoterreno mientras se dirige a visitar una empresa o fábrica en compañía de otros ministros o altos cargos. Todo es filmado con su teléfono móvil por un asistente y transmitido en vivo a través de Facebook.

ESQUIVO DE LA PRENSA

Para evitar preguntas incómodas, esquiva a los periodistas, a quienes acusa de no ser objetivos.

Salpicado por escándalos de corrupción en su entorno, arrastra dos dimisiones como primer ministro, la primera en 2013, tras una ola de protestas callejeras contra la difícil situación social, y la segunda en 2016, cuando su candidata perdió las elecciones presidenciales.

Pero resultó electo por tercera vez en 2017 y esta vez consiguió concluir su mandato completo, a pesar de las intensas protestas multitudinarias de ciudadanos indignados, que durante meses, durante el verano pasado, pidieron su dimisión por considerar que estaba sirviendo a los intereses de la mafia y los grandes oligarcas.

GUARDAESPALDA DE FORMACIÓN

Nacido en un suburbio capitalino, tras la llegada de la democracia Borisov abrió su propia empresa de seguridad, y dice que su trabajo como guardaespaldas del exdictador comunista Todor Zhivkov y, más tarde, del primer ministro Simeón de Sajonia-Coburgo, fueron sus "dos universidades".

Entró en la política de la mano de Simeón, que en 2001 lo nombró secretario general del Ministerio del Interior, cargo que le permitió ganar popularidad, con un papel de hombre duro contra el crimen y defensor del ciudadano de a pie.

En 2006, cuando era alcalde de Sofía, fundó su propio partido, el GERB, y tres años más tarde se convirtió en primer ministro.

Borisov es divorciado. Tiene una hija y dos nietos.

(c) Agencia EFE