Abren la capilla ardiente de Víctor Manuel de Saboya y la familia "pide respeto"

Roma, 9 feb (EFE).- La capilla ardiente con los restos de Víctor Manuel de Saboya, hijo de Humberto II, el último rey de Italia, que falleció el pasado sábado en Ginebra a los 86 años, fue abierta en la capilla de San Huberto, en la Reggia di Venaria, en Turín, noroeste de Italia, y la familia pidió "respetar su dolor".

El féretro descansa en el suelo, delante del altar cubierto por un estandarte con el escudo real, y con dos grandes composiciones de flores una de su hijo Emanuele Filiberto y su esposa Clotilde y las nietas Vittoria y Luisa, y la otra de su viuda, Marina Doria.

Sentados junto al féretro se encuentran Emanuele Filiberto, y su primo Serge de Yugoslavia, con su hermana Elena y su marido Stanislas Fougeron.

La Casa Saboya informó de que una de las últimas voluntades de Víctor Manuel de Saboya era ser enterrado en la basílica de Superga, en la colina de Turín, un santuario diseñado por Filippo Juvarra, por encargo de Victor Amadeo II, y terminado en 1731.

Por tanto, el féretro después será trasladado a la basílica de Superga, donde será enterrado esta sábado.

"Superga es la cripta de la Casa de Saboya, construida por la familia Saboya. ¿Dónde más debería descansar mi padre? La polémica contra él es un deporte nacional. Yo digo que vale, pero al menos respétenos en estos días difíciles para nuestra familia", declaró Emanuele Filiberto en una entrevista en el diario turines de "La Stampa".

Aseguró que su abuela, la reina Maria Josè, cuenta, "era una antifascista convencida, y respecto a las declaraciones de su padre sobre el tema, en las que justificó el fascismo, aseguró: 'Mi padre siempre ha sido muy tímido y se le malinterpretaba con facilidad. Se equivocó al decir lo que dijo. Pero luego hizo lo correcto. Y te aseguro que estaba firmemente convencido".

Nacido en 1937 en Nápoles de Humberto II y su esposa María José, hija del rey Alberto I de Bélgica, Víctor Manuel ya era a los nueve años heredero a la corona italiana, después de que su abuelo Víctor Manuel III abdicara tras haber apoyado al dictador fascista Benito Mussolini y su padre asumiera el trono.

Un honor que duró sin embargo poco más de un mes, ya que su padre, apodado "el rey de mayo", asumió el cargo el 9 de mayo de 1946 y se vio obligado a abandonarlo el 12 de junio, después de que los italianos optaran en referéndum por declarar la República.

Exiliados primero a Portugal, finalmente los miembros de la familia real italiana se establecieron en Ginebra, ciudad donde Víctor Manuel pasaría casi 60 años de exilio.

Hasta que en 2002, Italia cambió su Constitución donde se establecía que los antiguos soberanos y sus descendientes varones no podían entrar en territorio italiano y a finales de año, acompañado de su esposa y de su único hijo Manuel Filiberto, pudieron volver al país.

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