Entre abrazos y sonrisas, pelotero cubano recibe su anillo de campeón como un recuerdo de un mágico 2022

Yuli Gurriel ya tiene su otro anillo de Serie Mundial.

Durante una pequeña ceremonia antes del inicio del segundo juego contra los Astros, el ahora primera base de los Marlins recibió la pieza de oro, plata y piedras preciosas que atestiguan su presencia en el título del 2022.

Pero quizá lo más importante fueron los abrazos que recibió de parte de José Altuve, Alex Bregman, Martín Maldonado, Justin Verlander, Yordan Álvarez y el manager Dusty Baker, quienes junto a Gurriel vivieron una contienda inolvidable que culminó con el triunfo sobre Filadelfia en la Serie Mundial.

“Yuli aporta profesionalidad, buena actitud, una conducta muy coherente’’, expresó Baker.

“Nunca le he visto tirar un casco ni un bate ni nada parecido. Eso es importante para que los jóvenes lo emulen. Cuando estaba con los Bravos, Hank Aaron me agarró por el cuello porque tiraba cascos y bates. Hank me dijo que no era culpa del bate ni del casco. Ahórrate esa emoción y piensa que vas a batear’’.

Gurriel -que firmó un contrato de cinco años por valor de $47,5 millones con los Astros en julio de 2016.- pasó a construir un legado de éxito con los Astros, al punto de ganar dos campeonatos de la Serie Mundial en siete temporadas, un título de bateo de la Liga Americana y un premio Guante de Oro en la primera base.

Aparte de las estadísticas y la habilidad en el campo, una de las cosas que más echan de menos los Astros es la profesionalidad y la actitud tranquila y constante de Gurriel, quien es considerado una especia de hermano para muchos que aún conviven en ese clubhouse.

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“Sacando lo de pelotero, su personalidad, su carisma, Yuli es un personaje’’, expresó su compatriota Álvarez, hoy convertido en uno de los mejores bateadores del béisbol. Podías ver como todo el mundo se relacionaba con él. Eso dice mucho del Yuli’’.

Cuando los Astros decidieron no volver a contratar a Gurriel en la temporada baja, este no guardó rencor y pasó página cuando los Marlins le firmaron con un contrato de Ligas Menores que entrañaba una invitación al campamento del equipo principal.

Gurriel entró en la lista del Día Inaugural como reserva del primera base Garrett Cooper, quien fue traspasado a los Padres antes de la fecha límite de cambios y ahora está haciendo lo mismo con Josh Bell, un hombre que ha demostrado su valía con el madero.

Al principio, al veterano primera base le costó adaptarse a un papel secundario por primera vez en su carrera, pero está contento con su situación actual que pasa no solo por su actuación en el terreno sino por el ejemplo del cual hablaba Baker para las nuevas generaciones.

“Es bien difícil no jugar todos los días’’, agregó Gurriel, a quien se le vio entre abrazos y sonrisas con sus antiguos compañeros de equipo.

“Primera vez que me pasa en mi carrera. No ha sido fácil, pero cada vez que salgo al terreno, lo hago con mucha más fuerza, con mucho más deseo de tratar de aprovechar el momento y ayudar al equipo. Mi granito de arena’’.