Abandono de animales tras la crisis migratoria en Cuba: ¿Qué hacer para traer a las mascotas a EEUU?

Cuando la familia de Yisnely Navarro decidió partir a Estados Unidos a través de Centroamérica, su perro Alex Jr. no volvió a ser el mismo hasta varios meses después. Dejó de comer y se encerró en la casa vacía, sin saber a dónde estaban sus dueños.

“Pensamos que se iba a morir de tristeza”, asegura Navarro. “Nos daba lástima con Alex, él era parte de la familia, y mi papá también estaba triste por él”.

Lo primero que hizo Navarro fue valorar qué opciones tenían para reunirse con su querida mascota. Se dirigió a la Clínica Veterinaria Internacional Almiquí, en La Habana, donde le comunicaron que el trámite podría demorar demasiado tiempo, como sucede desde que en 2021 los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) incluyeran a Cuba en la lista de países de alto riesgo de rabia canina.

Alex acabado de llegar a Miami con su familia
Alex acabado de llegar a Miami con su familia

En la propia clínica le recomendaron que hiciera los trámites de su mascota a través de agencias o personas que se han dedicado en los últimos tiempos al negocio de traslado de mascotas desde Cuba a Estados Unidos vía México.

Cuando Navarro tuvo en manos los $2,300 dólares que costó la travesía de Alex, lo encargó a una persona en el aeropuerto de La Habana, que luego se ocuparía de llevarlo a la Ciudad de México. Tras varios días allí, y con un pasaporte que lo identificaba como un perro mexicano, Alex fue trasladado en un vuelo a Texas, y luego a la casa de la familia en Homestead.

Alex viajó en un guacal a través de México.
Alex viajó en un guacal a través de México.

“Fue más fácil de lo que imaginé”, cuenta hoy Navarro. “Cuando lo vi estaba muy flaco, pero muy emocionado. Mi papá estaba dentro de la casa, no se imaginaba la sorpresa. Cuando salió y lo vio se tiró a llorar en el piso y Alex también. Tremenda emoción, eso no tiene palabras”.

Alex es una de las mascotas que afortunadamente se han podido reunir con sus dueños en Estados Unidos. Pero no todos los animales en Cuba han vivido la misma suerte. Durante la crisis migratoria de los últimos tiempos, que ha traspasado con creces otros éxodos como El Mariel, la crisis de los Balseros o Boca de Camarioca, en la que han cruzado la frontera más de 300,000 cubanos, muchos han dejado a sus mascotas completamente a la deriva en la isla.

‘El panorama es muy triste’

En más de una ocasión la organización sin fines de lucro Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) ha recibido mensajes provenientes de personas que planean abandonar el país para que los ayuden a dar en adopción a sus mascotas. Aunque no existen estadísticas de cuántas mascotas han sido abandonadas durante la última crisis migratoria en Cuba, los voluntarios de CEDA dan fe de la cantidad de animales desamparados por sus dueños.

“Hay familias enteras que han emigrado, casas que se han quedado vacías, y los animales se han quedado en ese lugar. Unos pocos son los que llevan consigo a sus mascotas o las incluyen dentro de este plan de emigrar”, asegura Lisandra Otero, voluntaria de CEDA.

“El panorama es muy triste. Nos escriben muchas personas para informar de perritos abandonados y la posibilidad de darlos en adopción. Otras personas nos escriben que deciden emigrar y hacerle eutanasia a sus mascotas, lo cual es muy injusto. Otros los abandonan a las puertas de los centros de trabajo”, cuenta.

Después de una batalla de parte de los animalistas cubanos, el gobierno de la isla aprobó en 2021 el Decreto-Ley 31 “De Bienestar Animal”, que tiene como objetivo “regular los principios, deberes, reglas y fines respecto al cuidado, la salud y la utilización de los animales para garantizar su bienestar”.

No obstante, Otero insiste en que esta “no es una ley penal, lo que desampara totalmente a los animales en situaciones de este tipo”.

“Lo malo de estas situaciones es que uno no puede actuar por la ley. La ley cubana es muy escasa y tiene muchas ambigüedades, y no protege tanto a los animales, no asume este tipo de situaciones. Entonces sus dueños emigran, dejan a los animales abandonados, incluso muchos los dejan sin esterilizar, por lo cual los animales se terminan reproduciendo en las calles, y volvemos a tener este ciclo sin fin de más animales callejeros y más rescates”, sostiene.

Según CEDA, el principal problema en la sociedad cubana es que a las mascotas muy pocos las incluyen en el concepto de familia. Aunque emigrar siempre resulta un proceso difícil, una vez se asume la decisión de tener una mascota sus dueños deben cerciorarse de garantizar su bienestar.

“Dentro de este proceso de emigrar, lo lógico y responsable es que el animal también sea incluido”, dice Otero.

No obstante, si por cuestiones económicas o en los casos de no tener un espacio propio cuando la persona está recién emigrada se recomienda dejar a la mascota con algún familiar o vecino, y dejar adelantados todos sus trámites para poder llevarlos consigo.

Aunque la opción más fácil para muchos es la adopción, CEDA cree que esta no es una solución, sino también una forma de abandono. Por lo cual lo más recomendable es tramitar la emigración de las mascotas.

¿Cómo llevar a las mascotas de Cuba a EEUU?

Aunque el hecho de que el animal no necesita visado ni seguro veterinario para poder viajar, sí debe cumplir con algunos requisitos en dependencia del lugar de destino.

Es necesario que los perros tengan más de seis meses, un microchip implantado que puede adquirirse en el Registro Cubano de Mascotas, y que estén vacunados contra la rabia por algún veterinario certificado.

El perro debe poseer un certificado de vacunación legalizado en el Instituto de Medicina Veterinaria del Vedado, en La Habana.

Debe contar con un certificado antirrábico expedido en EEUU, por lo que se tiene que solicitar un permiso de importación por anticipado a los CDC.

Es una opción que el perro tenga un certificado de anticuerpos contra la rabia expedido por un laboratorio autorizado. Para extraer la muestra de sangre, el animal puede ser llevado a la Clínica de Carlos III, de La Habana, por un costo de entre 400 y 500 pesos cubanos.

La muestra debe ser trasladada por cualquier voluntario o persona que vaya a viajar al país donde esté el laboratorio elegido que puede emitir certificados de este tipo, muchos cubanos recomiendan que sea España, donde el trámite cuesta unos 100 euros. Los laboratorios expiden los resultados entre cinco a 10 días hábiles.

Viajar con animales de Cuba a Estados Unidos

En el momento de viajar, el animal debe ir en su guacal o jaula, y los dueños deben cerciorarse de que lleguen a EEUU por aeropuertos permitidos, donde se les hará una revisión.

Los aeropuertos autorizados son: Anchorage, Atlanta, Boston, Chicago, Dallas, Detroit, Honolulu, Houston, Los Angeles, Miami, Minneapolis, New York, Newark, Philadelphia, San Francisco, San Juan, Seattle y Washington DC.

Los pasajes de animales que pueden viajar directo desde Cuba a EEUU tienen costos entre los $100 y $150 dólares.

No obstante, algunas personas se han visto con trabas a la hora de hacer alguno de estos trámites, y han acudido a otras alternativas. Cuando Amanda Cabrera y su pareja decidieron abandonar el país, lo primero que hicieron fue averiguar cómo podían tener consigo en Miami a su perro Bruno, de seis años, y a su gato Maykel, de dos años.

Según Cabrera, en el caso de Bruno le comunicaron en la Clínica Veterinaria Internacional Almiquí que no había vacuna antirrábica.

“Llegamos con el perro a hacer las cosas por la vía normal, y nos explicaron que el perro estaba en la lista de países que propagan la rabia”, cuenta. “Ahí me dijeron que la opción más rápida y viable era la de México”.

Karyleidis Salas, agente de venta en las agencias de viajes Merely Tours y Caribbean Tour, ha vendido pasajes a personas que envían sus perros desde Cuba a Ciudad de México o Cancún con familiares o conocidos por un precio de entre $350 y $500 dólares, según el destino.

Salas solo se dedica a vender pasajes si una persona la contacta, pero tiene entendido que cuando esos perros luego siguen su camino a Estados Unidos, nunca se reportan como perros que vienen de Cuba, sino de México.

En redes sociales existen muchos anuncios de agencias que ofrecen servicios de traslado de mascotas como la llamada Traslados Pet Cadena Miranda o Happy Tails Travel que han hecho posible la reunificación de muchos perros con sus dueños. Aunque el Nuevo Herald se puso en contacto con ambas agencias, no contestaron las solicitudes de entrevista.

Cabrera en estos momentos no cuenta con unos $3,000 dólares que según ella le cobran las agencias por el trámite, y dejó a sus mascotas con su hermana y una amiga.

“La idea es poder traerlos cuando tengamos una renta solos”, asegura. “Nosotros no renunciamos a vivir sin ellos”.

Los gatos, un proceso mucho más viable

Beatriz Batista recibió hace unos meses en el aeropuerto de San Diego, California, a su gata Nala, en un viaje desde La Habana con escala en Miami. Antes de irse definitivamente de Cuba, había dejado a su madre Betty a cargo de los 17 perros y 12 gatos que ambas tienen y que han recogido abandonados en las calles.

Ambas son rostros importantes del activismo a favor de los derechos de los animales en Cuba en los últimos tiempos, en contra del maltrato animal y a favor de una ley que los proteja.

Betty y una de sus mascotas en Cuba
Betty y una de sus mascotas en Cuba

Según Betty, hacer que Nala se reuniera con su hija en Estados Unidos no fue nada difícil, ya que los gatos no necesitan hacer las pruebas de serología que exigen a los perros.

“El trámite no es complicado ni es costoso, lo que pasa es que demora”, asegura Betty.

Como en el caso de los perros, los gatos para ser trasladados necesitan ser mayores de seis meses, estar vacunados contra la rabia, tener puesto el microchip y un certificado de vacunación.

“Me sentí muy feliz de recibirla”, cuenta Beatriz. “Para mí mis perros y mis gatos son mis hijos, mis bebés. Estaba emocionada. Me quedo con el pesar de no poder tratarlos a todos, pero en algún momento quisiera traerlos cuando esté más estable financieramente”.

Beatriz y su gatita Nala reunidas en California
Beatriz y su gatita Nala reunidas en California

Beatriz insiste en que hay soluciones para que las personas no dejen abandonadas a sus mascotas cuando emigran.

“Para mí las mascotas son un miembro más de la familia. Yo me fui del país, pero dejé a mis mascotas con mi mamá. De hecho, mi mamá no se ha ido de Cuba porque se quedó al cuidado de las mascotas, nunca los vamos a dejar atrás y si algún día ella viene, pues viene con todos. La familia y los hijos no se abandonan”.

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