Hace 80 años, los nazis asesinaron al teólogo Dietrich Bonhoeffer
En la mañana del 9 de abril de 1945, a Dietrich Bonhoeffer lo sacaron de su celda en el campo de concentración de Flossenbürg, en Baviera, para ser ejecutado. Apenas unas horas antes, el pastor protestante había estado orando con sus compañeros de prisión.
Su última frase registrada fue: "Este es el final; para mí, el comienzo de la vida". Fue ahorcado justo un mes antes del colapso definitivo de la dictadura nacionalsocialista en la Segunda Guerra Mundial.
Venerado, pero también utilizado
Bonhoeffer se opuso al régimen de Adolf Hitler no con armas, sino con palabras, hechos y una fe firme: de predicador se convirtió en conspirador.
Su obra y persona son veneradas, interpretadas y apropiadas en todo el mundo por teólogos liberales, activistas de derechos humanos, demócratas, activistas de izquierda, conservadores, pero también por ultraderechistas, teóricos de la conspiración y partidarios nacionalistas cristianos del presidente estadounidense, Donald Trump.
Pero ¿por qué lo invocan grupos tan diferentes? ¿Qué defendía realmente Bonhoeffer con su pensamiento y su mensaje?
Dietrich Bonhoeffer nació en Breslau en 1906, hijo de una familia rica e intelectual. Decidió estudiar teología. En EE. UU., en 1930/31, se familiarizó con el movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos y se dio cuenta de que la fe no era sólo una convicción personal, sino que también consistía en oponerse activamente a las injusticias.
"Bonhoeffer estaba convencido de que los cristianos compartimos la responsabilidad no solo sobre nosotros mismos, sino también sobre los demás y el mundo, (…) especialmente hacia los más débiles”, explica a DW el profesor Florian Höhne, primer presidente de la sección alemana de la Sociedad Internacional Bonhoeffer (IBG).
De teólogo a luchador de la resistencia
De regreso en Alemania, Bonhoeffer observó cómo la Iglesia se adaptaba al Estado nazi, pastores y clérigos juraban lealtad a Hitler. Bonhoeffer se unió a la "Iglesia Confesante", un movimiento de oposición de los cristianos protestantes. Fue fundada en 1934 como reacción a los esfuerzos de los nazis para controlar la Iglesia protestante,
Con el tiempo se convirtió en parte de una conspiración contra Hitler. A partir de 1939, trabajó para la agencia de contraespionaje del Ejército alemán y, en secreto, fue intermediario de la resistencia.
Planes para derrocar a Hitler y esperanza de paz
Bonhoeffer asumió dos papeles en la resistencia: "Utilizó sus contactos con iglesias cristianas y comunidades religiosas en el extranjero para intercambiar información y que los aliados conocieran los planes golpistas. Y negociar opciones para el período posterior, para recibir una señal de los aliados de que aprobaban esos planes golpistas y no simplemente continuarían la guerra después, que estaban dispuestos a negociar la paz”, explica Höhne. Su segunda tarea era "actuar como pastor de sus conspiradores y asesorarlos en conflictos de conciencia".
Pero las conexiones de Bonhoeffer con la resistencia fueron descubiertas y la Gestapo lo arrestó el 5 de abril de 1943. Estuvo dos años en prisión, sin juicio regular, hasta su ejecución. Allí escribió textos teológicos y sociopolíticos.
Un patrimonio con múltiples facetas
Después de la guerra, Bonhoeffer se convirtió en un ícono, modelo de fe, de no darse por vencido, de actuar. Muchos de sus libros se convirtieron en éxito de ventas internacionales, e incluso se filmó una película sobre su vida.
Pero mientras los teólogos liberales, los demócratas y los activistas de derechos humanos lo celebran como un luchador por la justicia social y la responsabilidad cristiana, los círculos conservadores de ultraderecha y los nacionalistas cristianos, sobre todo, en Estados Unidos, lo veneran como un pionero contra un Estado supuestamente extralimitado. Los nacionalistas cristianos ven a su nación como elegida por Dios y quieren imponer políticamente su visión muy conservadora de los valores cristianos.
Sobre todo, para los partidarios de Trump, Bonhoeffer es un símbolo de rebelión contra el llamado Estado profundo: la idea de que existe una estructura de poder secreta detrás de un gobierno oficial, que controla la política y la sociedad. Algunos establecen paralelismos entre su lucha contra Hitler y su propia oposición al aborto, los derechos LGBTQ o las regulaciones de vacunación.
Descendientes se resisten a la apropiación de Bonhoeffer
Teólogos de EE.UU. y Alemania, descendientes de Bonhoeffer y la Sociedad Internacional Bonhoeffer (IBG) se oponen firmemente a esta apropiación. En una carta abierta de octubre de 2024, el IBG denunció que la vida y la obra de Bonhoeffer estaban siendo utilizadas cada vez más, especialmente por los nacionalistas cristianos, para legitimar la violencia política.
"Bonhoeffer era un pacifista cristiano, que sólo consideraba la posibilidad de la violencia tras una lucha intensa. Pero su pensamiento estaba marcado por la búsqueda de la paz y la cuestión de qué une a los cristianos más allá de las fronteras nacionales”, subrayó Höhne.
Höhne considera que la influencia de Bonhoeffer tiene sus raíces en su fascinante biografía, que inspira más allá de las fronteras políticas, teológicas e ideológicas, sobre todo, porque defendió sus convicciones con su vida.
(rmr/ms)