Gaza reporta la mayor cantidad de muertes en un día por bombardeos de Israel

Por Nidal al-Mughrabi y Ari Rabinovitch

GAZA/JERUSALÉN, 24 oct (Reuters) -Más de 700 palestinos murieron por los ataques aéreos israelíes durante la noche, informó el martes el Ministerio de Sanidad de Gaza, la cifra más alta de fallecidos en 24 horas desde que Israel inició un sitio y una campaña de bombardeos hace dos semana para aplastar a los militantes de Hamás en el enclave.

Las agencias de Naciones Unidas suplicaron "de rodillas" el martes que se permita la entrada sin trabas de ayuda de emergencia en Gaza, afirmando que se necesitan entregas más de 20 veces superiores a las actuales para apoyar a la población.

El Ministerio de Sanidad Palestino publicó en redes sociales que al menos 5.791 palestinos habían muerto en los ataques contra el enclave gobernado por Hamás desde el 7 de octubre, entre ellos 2.360 niños. Unos 704 fallecieron sólo en las últimas 24 horas.

Reuters no pudo verificar de forma independiente las cifras del Ministerio.

Israel dijo que había matado a docenas de combatientes de Hamás en los ataques nocturnos contra el enclave asediado, pero afirmó que su guerra para destruir al grupo islamista llevaría tiempo.

Mientras las agencias de ayuda advertían de que se estaba produciendo una catástrofe humanitaria en Gaza, el presidente francés, Emmanuel Macron, visitó Israel para ofrecerle apoyo.

Macron dijo al primer ministro Benjamin Netanyahu que Francia estaba "hombro con hombro" con Israel en su guerra contra Hamás, al tiempo que afirmó que no debe luchar "sin reglas".

Netanyahu dijo que Israel trataría de proteger a los civiles mientras busca garantizar que "ya no vivirán bajo la tiranía de Hamás".

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, abogó el martes por la protección de los civiles y expresó su preocupación por las "claras violaciones del derecho internacional humanitario" en Gaza.

La Organización Mundial de la Salud, en el último de los llamamientos cada vez más desesperados de la ONU, pidió "un alto el fuego humanitario inmediato" para permitir el suministro seguro de alimentos, medicinas y combustible.

Sin embargo, parecía haber pocas perspectivas de un alto el fuego a corto plazo en el capítulo más sangriento del conflicto palestino-israelí desde hace décadas, con un sufrimiento civil cada vez mayor.

Los médicos de Gaza dicen que los pacientes que llegan a los hospitales muestran síntomas de enfermedades causadas por el hacinamiento y la falta de salubridad, después de que más de 1,4 millones de personas huyeron de sus hogares para refugiarse temporalmente bajo los bombardeos más intensos de la historia de Israel.

Tras la muerte de su hija en un ataque aéreo en el sur de Gaza, Abdallah Tabash se negaba a dejarla marchar, sosteniendo su cuerpo en brazos. La sangre manchó su cara y su pelo mientras la gente le suplicaba que la entregara para poder enterrarla.

"Es mi niña, quiero verla todo lo que pueda", dijo el conmocionado padre en la ciudad de Jan Yunis.

Los bombardeos se desencadenaron en respuesta a un ataque de Hamás contra el sur de Israel el 7 de octubre, en el que los militantes mataron a más de 1.400 personas -la mayoría civiles- en un solo día.

Hamás liberó el lunes a dos mujeres israelíes que se encontraban entre los más de 200 rehenes capturados durante el asalto. Fueron la tercera y la cuarta rehenes liberadas.

Yocheved Lifshitz, de 85 años, dijo que fue golpeada por los militantes mientras estaba secuestrada y que tenía dificultades para respirar. "He vivido un infierno", dijo.

HOSPITALES SE QUEDAN SIN COMBUSTIBLE

Todos los hospitales afirman que se están quedando sin combustible para alimentar sus generadores eléctricos, lo que les deja cada vez más incapacitados para tratar a heridos y enfermos. Más de 40 centros médicos han interrumpido sus operaciones, según un portavoz del Ministerio de Sanidad.

El ejército israelí reafirmó que no permitiría la entrada de combustible para impedir que Hamás lo utilizara.

Amplias zonas de Gaza han sido arrasadas por las bombas israelíes, con edificios reducidos a montones de escombros y metal retorcido, lo que ha obligado a más de un millón de personas a buscar refugio en otros lugares del territorio. Los alimentos, el agua potable, los medicamentos y el combustible se están agotando rápidamente.

Los residentes dijeron que varias personas murieron o resultaron heridas cuando un misil israelí alcanzó una gasolinera en Jan Yunis, donde las personas que huyeron de la parte oriental de la ciudad estaban reunidas para cargar sus dispositivos y llenar bidones de agua.

"Los bombardearon mientras dormían", dijo Abdallah Abu Al-Atta, que vive junto a la gasolinera.

Más de 40 centros médicos interrumpieron sus operaciones tras quedarse sin combustible o sufrir daños por los bombardeos israelíes, según el portavoz del Ministerio de Salud.

NO HAY LUZ VERDE

Los Gobiernos extranjeros han expresado su preocupación por que el conflicto pueda incendiar todo Oriente Medio. Ya se han producido enfrentamientos en Cisjordania, ocupada por Israel, y en la frontera con el Líbano.

El temor a una escalada regional se ha centrado en la red de representantes de Irán en Siria, Irak y Yemen. Cualquier conflagración más amplia plantea riesgos para los intereses de Estados Unidos y para la seguridad en una región crucial para el suministro energético mundial.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo el martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Washington no busca un conflicto con Irán, pero advirtió de que actuaría con rapidez y decisión si Teherán o sus aliados atacan al personal estadounidense en cualquier lugar.

Funcionarios estadounidenses dijeron a Reuters que el ejército está tomando nuevas medidas para proteger a sus tropas en Oriente Medio a medida que aumenta la preocupación por los ataques de grupos respaldados por Irán, y está dejando abierta la posibilidad de evacuaciones de familias de militares si es necesario.

(Reporte de Nidal al-Mughrabi en Gaza y Ari Rabinovitch en Jerusalén; Reporte adicional de Matt Spetalnick, Steve Holland, Rami Ayyub y Humeyra Pamuk en Washington; Dan Williams y Emily Rose en Jerusalén; Moaz Abd-Alaziz en El Cairo; escrito por Michael Perry y Angus MacSwan; Editado en español por Javier López de Lérida)