6 hechos que muestran la deriva autoritaria de Erdogan en Turquía

Apenas ha pasado un mes desde que un fallido golpe de Estado en Turquía puso en cuestión el Gobierno de Erdogan, pero las consecuencias no se han hecho esperar y el presidente turco se ha dedicado en estas semanas a reafirmar su mandato y a mostrar su poder con detenciones, amenazas y purgas. Este ha sido el resultado de la intentona golpista.

El presidente turco Erdogan (Reuters).

- Detenciones masivas de militares, funcionarios y jueces

Una de las primeras medidas de Erdogan como represalia por el fallido golpe fue hacer una ‘limpia’ en las Fuerzas Armadas y en las Administraciones del estado. Ya en los primeros días tras ese 15 de julio, hubo 11.000 detenidos y más de 6.000 personas fueron apartadas de su cargo, aunque en la actualidad la cifra de gente en prisión ya supera los 50.000. Tanto es así que las cárceles turcas necesitan espacio, por lo que se va a liberar a 38.000 detenidos que no tenían nada que ver con el golpe para hacer sitio a los nuevos reclusos

Pese al escaso número de implicados en la asonada, especialmente de militares de alto rango, el presidente ha organizado una purga de enormes dimensiones, recibiendo incluso críticas internacionales por instrumentalizar el golpe para eliminar a la oposición.

- Torturas sobre los detenidos

Los detenidos están sufriendo unas condiciones muy duras. Los encarcelados se enfrentan a abusos y golpes, algunos no reciben ni agua ni alimentos durante días y tampoco pueden acceder a un abogado. Es el sombrío panorama que pinta Amnistía Internacional tras entrevistarse con juristas, médicos e incluso una persona que estaba trabajando en uno de los centros en los que se producía esta violencia.

Unas acusaciones que el Gobierno turco ha rechazado, alegando que son mentira y acusando a la prestigiosa organización internacional de ser parte del movimiento que está detrás del golpe.

- Control sobre la prensa

En estas últimas semanas la actuación del Gobierno turco con la prensa ha ido desde expulsar periodistas del país hasta cerrar medios. Es evidente que se ha producido un endurecimiento y que aquellos que han sido más críticos con Erdogan han sufrido más las consecuencias.

Hace unos días fue deportada una estudiante y periodista española del país, Beatriz Yubero, por sus críticas al Gobierno tras el fallido golpe. Yubero colaboró con La Razón durante la asonada pese a carecer de la acreditación de prensa necesaria. Además, han sido clausurados al menos 130 medios de comunicación, siendo el último de ellos un diario prokurdo en el que además se ha detenido a 24 de sus empleados.

- Control total de Erdogan

Curiosamente esta deriva autoritaria del presidente le está dando muy buenos réditos, haciendo que el principal beneficiado por el fallido golpe sea él mismo. Durante días, los simpatizantes de Erdogan llenaron plazas en Estambul y Ankara defendiendo su legitimidad y su popularidad está en las cotas más altas de los últimos cuatro años.

Una encuesta del periódico Haberturk la situaba en julio en el 67,6%, 20 puntos más que en junio, justo antes del intento golpista. Gracias a las detenciones y a ese respaldo popular, prácticamente ahora Erdogan no encuentra ni la más mínima oposición interna.

Manifestación en favor de Erdogan en Turquía (Reuters).

- La posible imposición de la pena de muerte

En 2004 el presidente eliminó la pena de muerte, una exigencia que le hacía Europa para poder acceder a la Unión. Sin embargo tras el golpe, Erdogan baraja volver a restaurarla y ya ha avisado que la decisión la debe tomar el Parlamento. Lo más probable es que no dé marcha atrás, pero lo cierto es que esta medida lo que busca es presionar a los vecinos europeos para que le faciliten algunas de sus peticiones.

- Las amenazas a Europa

En el mes de marzo la Unión Europea y Turquía alcanzaron un acuerdo en el que los primeros iban a expulsar a los refugiados que llegaran a su territorio y que sería el país otomano el encargado de recibirlos. A cambio, los turcos recibían 3.000 millones de euros y la posibilidad de poder viajar a Europa sin visado, pero apenas unos meses después, Erdogan amenaza con romper este entendimiento.

El motivo es que los europeos exigen el cumplimiento de 72 condiciones como única forma de desbloquear la situación, entre las que se incluye la ley antiterrorista o los Derechos Humanos. Si Turquía las cumple, no necesitarán visado.

Otro factor importante ha sido la reunión de Erdogan con Putin en Moscú. Este acercamiento a Rusia ha servido como una medida de presión a la UE y ha reforzado la posición turca que no duda en lanzar amenazas de ruptura a sus aliados de la Unión.

Javier Taeño (@javiertaeno)