5 'señales’ que pueden llevarte de la amistad a la infidelidad
No importa lo bien que estés con pareja, hay personas que pueden hacer peligrar tu relación
Cuando se tiene pareja no se deja de tener amigos ni amigas. De hecho, lo más sano para la relación es cada uno mantenga su propia parcela privada y no deje de salir ni relacionarse con el resto de su entorno. Pero ¡ojo! la línea entre la amistad y la infidelidad es más fina de lo que piensas.
Así lo cuenta Daniel Kruger en ‘Men’s Health’. Este profesor de la Universidad de Michigan ha identificado los cinco signos que te dirán si tú (o tu pareja) estáis a punto de engañaros.
Piensa en esa persona relativamente cercana como un amigo, el colega del máster, esa chica ‘tan maja’ con la que haces spinning o tu compañero de trabajo, si reconoces alguna de estas conductas mucho cuidado con lo que haces.
1. Exceso de confianza. Compartir tus vivencias personales con los amigos es algo normal y muy saludable. Pero una cosa es contar cosas superficiales y otra desvelar tus intimidades. No estoy diciendo que no puedas contar tus problemas, al contrario, hacerlo te ayuda a liberar el estrés emocional pero entrar en detalles no es bueno.
Según Kruger, confesar ciertas cosas de nuestra vida persona a una persona del sexo opuesto podría llavarte a cometer una ‘infidelidad informativa’.
“Este tipo de “confesiones orales pueden interpretarse fácilmente como un signo de unión emocional, que para las mujeres puede resultar una mayor amenaza que una conexión sexual”, asegura el experto.
Cuidado con eso de llevarse muy bien con alguien, el roce hace el cariño. (Foto: Getty Images)
2. Monitorización constante. Si sueles entrar varias veces al día en sus perfiles sociales para ver qué ha hecho el finde o cómo le ha ido esta semana en el trabajo puede que la cosa se te esté empezando a ir de las manos. Si encima sueles poner comentarios e interactuar el peligro es inminente.
Es más, si lo haces desde tu móvil para tener más privacidad y asegurarte de que tu pareja no esté merodeando detrás de la pantalla, puede que la amistad esté empezando a convertirse en obsesión.
Estás pendiente de lo que hace a todas horas, incluso en momentos de intimidad. (Foto: Getty Images)
3. Le invitas a su bebida favorita. Este punto es un claro indicativo de que no le tratas como al resto de tus amigos. Si os vais de marcha en grupo y en vez de pagar una ronda para todos, le invitas a una copa sólo a él o ella, estás haciendo una diferenciación muy clara. Este gesto deja claro que tu interés por esa persona va más allá de la amistad.
Lo mismo ocurre si cuando vas a por un café para ti le llevas otro a él (sabes perfectamente cómo lo toma); también sabes cual es su comida favorita, esa peli con la que llora que ve a todas horas, su color preferido, etc.
Ciertos gestos ‘de cariño’ pueden dar lugar a confusión. (Foto: Getty Images)
“Puede interpretarse como un gesto generoso y agradable, pero también como que estás intentando ligar con alguien, especialmente si vas a por una bebida sólo para esa persona en lugar de una ronda para todos”, comenta Kruger.
4. Le llevas a lugares ‘prohibidos’. Has quedado con ella en vuestro restaurante favorito o habéis paseado por ese rincón tan especial donde os besasteis por primera vez.
Es feo y de mal gusto, pero lo haces. ¿Por qué? Ese terreno está vedado; pero tampoco estás actuando bien si le llevas a otros lugares con un significado especial para ti.
¿Hacéis planes especiales, y a solas? (Foto: iStock)
Si le has mostrado los sitios donde pasaste tu infancia y le has desvelado cosas de tu adolescencia, que muy pocos conocen, estás creando una atmósfera íntimos y exclusiva que pueden crearos una gran confusión y derivar en malentendidos.
“Esos lugares están fuera de los límites, no cruces la línea”, sentencia Kruger.
5. ¿Te has cortado el pelo? Estar al quite de todo lo que hace y dice puede parecer normal porque los amigos se escuchan y se apoyan. Vale, pero si te interesas por cada paso que da de un modo casi ‘inquisitorio’ y te fijas tanto en su aspecto hasta el punto de notar el más mínimo, la cosa cambia.
Es decir, si solo se ha cortado las puntas y lo notas, o si te conoces tu guardarropa y sabes cuándo estrena algo y encima alabas lo bien que le queda, ¡estás jugando con fuego!
Es un claro indicativo de que estás ‘obsesionando’ (en el buen sentido) con esa persona. Quizás deberías revisar tus sentimientos y ponerle freno antes de que sea demasiado tarde.
“Percibir cualquier cambio sutil en la apariencia de una persona del otro sexo implica que le estamos prestando una atención especial”, concluye el experto.
En resumen, debes ser amiga de tus amigos y amigo de tus amigas pero ¡con límites! El exceso de confianza y la intimidad emocional, tanto por tu parte como por la suya, pueden hacer temblar los cimientos de tu relación.
Pero sin duda, la mejor prueba de todas esta: ¿tienes más confianza y te compenetras mejor con un amigo/a que con tu pareja? ¡Ponle remedio ya!