A 5 meses de crimen en Cerocahui, sigue el grito de justicia

CHIHUAHUA, Chih., noviembre 20 (EL UNIVERSAL).- Hoy se cumplen cinco meses del crimen de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, además del guía de turistas Pedro Palma y el joven Paul Osvaldo, en la región de Cerocahui, municipio de Urique, Chihuahua.

A cinco meses, la exigencia de justicia por los habitantes de la región y la comunidad religiosa no cesan, ya que temen que conforme pasen los días, el caso sea olvidado como otros más que han ocurrido en la Sierra Tarahumara.

Hasta el pasado 10 de noviembre, el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja, informó en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, que se habían detenido hasta ese día a 31 personas relacionadas con el principal sospechoso del crimen de los sacerdotes, José Noriel Portillo Gil alias "El Chueco".

La última detención fue la de Fernando F. C, alias El Cuervo, quien fue detenido en coordinación con autoridades federales y estatales en Chihuahua en la región de Témoris.

Este último, fue vinculado a proceso por ser el probable responsable de la desaparición del activista, Cruz Soto Caraveo, quien fue localizado sin vida en el municipio de Guazapares en el año 2019.

En este mismo operativo donde fue detenido El Cuervo, se buscaba detener a El Chueco, de quien hasta inicios de mes se tenía información por parte de la Fiscalía de distrito zona Occidente en Chihuahua, de que tenía presencia en el municipio de Guazapares, principalmente en la región de Témoris.

Al pasar el tiempo y no ser detenido el principal sospechoso del crimen, el Obispo de la diócesis Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, destacó que sigue el grito y el reclamo de justicia por sus muertos.

"Sigue el grito y el clamor frente a la impunidad"

"A cinco meses del asesinato de nuestros hermanos, sigue el grito y el clamor de los muertos, y el silencio y la indiferencia de los vivos, frente a la impunidad que se vuelve gobierno al seguir reclamando justicia", expresó el sacerdote en un manifiesto enviado a EL UNIVERSAL.

En el mensaje, resaltó que todos, es decir, iglesia, sociedad y gobierno, deben de cambiar y crear una "revolución de corazón", para lograr que casos como este no queden impunes y no vuelvan a repetirse.

"Queremos exhortar a una "revolución del corazón", una conversión de aquellos vicios que a lo largo del tiempo se han ido formando en el caminar de la historia de nuestro pueblo. Efectivamente, ¡todos tenemos que cambiar! Iglesia, Gobierno y Sociedad civil. Levantar las armas de la fe para una auténtica reconciliación. No olvidar que todos somos hermanos y habitamos una casa común, donde tenemos los mismos derechos y obligaciones".

Resaltó que es importante trabajar por un país donde verdaderamente reine la verdad y la justicia.

"Que nos lleven a la verdadera paz y al amor. ¡Queremos y necesitamos otra Nación! Un México donde todos hagamos el bien dando rumbo y sentido a una vida digna, desde los derechos naturales y las garantías constitucionales que todos tenemos por el hecho de ser ciudadanos; derechos que nos ha legado la "Revolución de tantos corazones", resalta el sacerdote.

En la comunidad de Cerocahui el clamor sigue siendo el mismo que se tiene desde que ocurrió el crimen el pasado 20 de junio, de justicia, de mayor presencia policial de los tres niveles de gobierno y de no abandono.