En 2024, el continente europeo dio un giro a la derecha

En 2024, Europa dio claramente un giro a la derecha. Las elecciones europeas, así como los sondeos en Francia, Portugal, Bélgica y Austria, han visto cómo el panorama político se desplazaba este año hacia la derecha y la extrema derecha. Esta dinámica tiene raíces comunes.

"En general, asistimos a una popularización del electorado de derecha radical, y esta popularización se explica por el descontento expresado por un cierto número de ciudadanos de estas categorías que sienten que se les ha abandonado demasiado a su suerte", explica a 'Euronews' Pascal Delwit, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Libre de Bruselas (ULB). Estos votantes también consideran que "los flujos migratorios son ahora demasiado grandes" y "también contribuyen a mantener los salarios demasiado bajos", añade Pascal Delwit.

Para el profesor, no se trata de un fenómeno coyuntural, sino de una corriente política que se viene observando desde principios de siglo. "Se trata de un movimiento que en realidad lleva produciéndose desde hace casi veinte años y que tiende -siempre habrá excepciones, pero tiende al alza y tiende a acentuarse cada vez más, con partidos de derecha más radicales en el Gobierno o partidos de derecha más radicales que apoyan a determinados ejecutivos", añade Pascal Delwit.

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Instituciones europeas

El Partido Popular Europeo (PPE), de centro-derecha, logró un gran avance en las elecciones europeas de junio de 2024, al obtener 188 de los 720 escaños del Parlamento Europeo. Le siguieron los socialdemócratas (S&D) y el grupo de extrema derecha Patriotas por Europa, que obtuvieron 136 y 84 escaños respectivamente.

El espectro político se ha desplazado hacia la derecha y la extrema derecha: la mayoría de los eurodiputados se sitúan ahora a la derecha del hemiciclo, dentro del PPE, el Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), los Patriotas por Europa y la Europa de las Naciones Soberanas.

El "cordón sanitario" que impedía gobernar a la extrema derecha se ha roto por completo. A falta de una mayoría política única en el Parlamento Europeo, el PPE puede ahora jugar a varias bandas, aliándose con los socialdemócratas, los liberales y los partidos de la derecha radical. El Ejecutivo europeo, que entró en funciones el 1 de diciembre, también se inclina hacia la derecha, con 12 de los 27 Comisarios europeos -incluida su presidenta, Ursula Von der Leyen- oficialmente afiliados al PPE.

Victorias electorales

Además de las elecciones europeas, la derecha y la extrema derecha ganaron varias elecciones nacionales. En Austria, Herbert Kickl (FPÖ) quedó primero en las elecciones parlamentarias de septiembre con el 29% de los votos, el mejor resultado de la extrema derecha en este país alpino desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

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En Bélgica, el partido conservador flamenco N-VA quedó primero en las elecciones parlamentarias de junio, seguido del partido flamenco de extrema derecha Vlaams Belang. Seis meses después, las negociaciones aún no han desembocado en la formación de un gobierno federal.

El Parlamento portugués también ha virado a la derecha. La oposición de centro-derecha liderada por Luis Montenegro, de la Alianza Democrática, ganó las elecciones parlamentarias de marzo.

En Francia, Agrupación Nacional -en francés, Rassemblement National (RN)- ganó las elecciones europeas con más del 31% de los votos. El partido de extrema derecha también se impuso en la primera vuelta de las elecciones legislativas anticipadas, con más del 29% de los votos. Sin embargo, el Frente Republicano, que combinaba los votos del bloque de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) y los centristas, impidió finalmente que el RN llegara al poder en la segunda vuelta gracias a la retirada de muchos candidatos en tercer lugar.

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Declive de la izquierda

Por otra parte, la izquierda ha perdido terreno en Europa. Sigue en el poder en Dinamarca, España, Lituania, Malta, Rumanía, Eslovenia y Eslovaquia.

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En Rumanía, la izquierda ganó las elecciones parlamentarias a pesar del avance de la extrema derecha. Además, el Tribunal Constitucional anuló las elecciones presidenciales por sospechas de injerencia rusa en apoyo del candidato nacionalista Călin Georgescu.

Todas las miradas se centran ahora en Alemania, donde el colapso de la coalición del canciller alemán Olaf Scholz (socialdemócrata) llevará a la celebración de elecciones anticipadas a finales de febrero. Las elecciones podrían servir de toque de atención para el año 2025.

La victoria de Donald Trump en Estados Unidos se inscribe en la misma dinámica, aunque haya diferencias a ambos lados del Atlántico para explicar esta tendencia.