“Por primera vez en 20 años surgían grietas en mi relación con AMLO”: Monreal narra cuándo estuvo cerca de romper con Morena

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Ricardo Monreal sabe que no es el aspirante favorito en la carrera por la candidatura presidencial de Morena, pero defiende sus aspiraciones y sostiene que tiene una ventana para competir. También afirma que sigue con el movimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador, a pesar de que en dos ocasiones estuvo cerca de romper con él: la primera en 2017 y la segunda en 2021.

“Por primera vez en 20 años de amistad y acompañamiento surgían grietas en mi relación con Andrés. Llegué a pensar que estas serían irreparables y que Morena ya no era mi partido, a pesar de ser resultado de mi propio esfuerzo”, dice el senador con licencia en su nuevo libro, Una oportunidad real.

Monreal se refiere así a los últimos meses de 2017, cuando Morena otorgó a Claudia Sheinbaum su candidatura a la Jefatura de Gobierno de la CDMX y él sintió “una traición”. Sin embargo, al final dialogó con López Obrador, participó en su campaña y en 2018 tomó un asiento en el Senado.

En medio de la gira que ha emprendido para recorrer todo el país en 70 días, con el propósito de sumar simpatías rumbo a las encuestas de Morena y conseguir la candidatura para 2024, el senador con licencia insiste en su libro en que no existe piso parejo en la contienda interna.

Afirma que se ha insertado en una competencia contra los otros aspirantes de su partido, Adán Augusto López, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, que arrancaron su autopromoción 18 meses atrás. 

“Siempre he hecho política sin recursos económicos, pero no sin el tiempo necesario. Es la primera vez que me movilizaré sin tiempo y sin dinero, es decir, otra vez a contracorriente. No hay piso parejo, y por más que lucho, el sistema da ventaja solo a algunas personas predefinidas. A pesar de ser incluido en la lista de aspirantes, ha sido sin medidas o procedimientos para compensar los meses de promoción que ya han tenido las otras personas de la contienda”, expone. 

En su libro, Monreal acusa que Morena continúa con la aplicación de procesos hechos a modo, con la intención de retener el poder por otro sexenio más. 

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Recuerda que López Obrador no lo incluyó en el listado de “corcholatas” que anunció en septiembre de 2021, con lo que sintió una “grave exclusión”, similar a lo ocurrido en el periodo 1997-1998, cuando el entonces presidente Ernesto Zedillo le negó la posibilidad de ser candidato del PRI a gobernador de Zacatecas, por lo que renunció a dicho partido para unirse al PRD, entonces liderado por López Obrador. 

Acerca de la actual contienda, señala: “Yo competiré y veo una luz al final del túnel de que eventualmente podrá haber apertura a una competencia democrática”.

El morenista fue gobernador de Zacatecas de 1998 a 2004. Ha sido diputado federal en tres periodos distintos, de 1988 a 1991, luego de 1997 a 1998 y más tarde de 2012 a 2015. También ha sido senador en dos periodos, de 1991 a 1997, y posteriormente de 2018 a la fecha. Asimismo, fue jefe delegacional de Cuauhtémoc, de 2015 a 2017. 

La primera “grieta” con AMLO

En 2017, como jefe delegacional de Cuauhtémoc, Monreal afirma que construyó una relación de comunicación con el gobierno federal del priista Enrique Peña Nieto, así como con la administración de la CDMX encabezada por Miguel Ángel Mancera, que llegó por la alianza PRD-PT-MC. 

El zacatecano intentó acercarse con el entonces secretario de Hacienda, José Antonio Meade —quien más tarde se convirtió en el candidato del PRI a la presidencia—, con la intención de obtener recursos del Fondo de Capitalidad, lo que fue mal visto en las delegaciones morenistas y también por López Obrador, y lo condujo a su primer distanciamiento con el ahora mandatario. 

En 2017, Monreal perdió la candidatura de Morena frente a Claudia Sheinbaum, a pesar de que afirma que lideraba en las encuestas. 

“El esfuerzo por lograr relaciones de colaboración con los gobiernos local y federal generó escepticismo respecto a mis intenciones. Esto se reflejó de la manera más contundente cuando se realizó la encuesta por parte de Morena el 19 y 20 de agosto de 2017. Estaba seguro de que triunfaría, pero fue Claudia Sheinbaum, quien resultó la favorita de Andrés y ganadora de la encuesta, en la que de repente me encontré en el tercer lugar”, señala. 

“Lo viví como una traición”, escribe en su libro.

Asegura que, pese a que buscó un encuentro con López Obrador, este no lo atendió. Por ello, había tomado la decisión de renunciar a la delegación Cuauhtémoc y retirarse de Morena, cuando el sismo del 17 de septiembre de 2017 cimbró a la CDMX y se dedicó a atender la emergencia.

“Me llamaba la atención que Andrés en ningún momento se hubiera comunicado conmigo tras la selección de Claudia como candidata a jefa de gobierno de la ciudad. No existía antecedente de que el contacto entre Andrés y yo se hubiera roto de esa forma”, detalla.

Ahí entendió que no era percibido como fundador de Morena, pero tampoco como parte de su futuro. Con asombro y decepción, consideró continuar su camino político con los partidos opositores, que no le eran desconocidos. 

“Estaba iniciando una serie de encuentros (con la oposición) cuando llegó la propuesta de Andrés para reunirnos, lo que ya había dejado de esperar. Fueron horas de conversación profunda y sincera. Entre reclamos mutuos, fuimos aclarando situaciones, malentendidos y decepciones. Andrés estaba determinado a lograr que no me fuera de Morena, y yo a tener la certeza de que no volvería a encontrarme en la periferia de un partido que habíamos construido juntos”, relata. 

Luego de ese encuentro, Monreal se unió a la campaña de López Obrador en 2018.

El segundo distanciamiento

Monreal comparte el recuerdo con dolor. Afirma que por años se le tachó de traidor por mantener diálogo con la oposición en el Senado, lo que empeoró en 2021.

En junio de ese año, Morena y sus aliados PT y PVEM perdieron varias alcaldías de la CDMX, derrota atribuida a Monreal. 

“Lo que me parece preocupante es que los señalamientos sobre mí como chivo expiatorio significan que los malos resultados de la elección no dieron pie a reflexión interna o evaluación alguna”, dice.

Monreal en mañanera de AMLO
Monreal en mañanera de AMLO.

Ante el distanciamiento, poco tiempo después de las elecciones, en una conferencia de prensa en Villahermosa, Tabasco, López Obrador adelantó la sucesión presidencial y se describió como “destapador de corcholatas”, en referencia a la práctica del viejo PRI de elegir candidatos por “dedazo”. Desde su tierra natal, mencionó a Ebrard, Sheinbaum y López, y excluyó a Monreal.

Con el peso de la acusación en su espalda, Monreal pasó de compartir el desayuno con López Obrador en Palacio Nacional cada lunes durante la primera parte de su periodo como senador, de 2019 a 2021, a ser nuevamente excluido y perder comunicación directa con el presidente. 

El distanciamiento con López Obrador —dice— socavó su liderazgo en el Senado. Empezó a ser percibido como un político sin respaldo y se especulaba sobre su salida de Morena, principalmente cuando criticó reformas enviadas por el presidente, como el llamado “plan B”.

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Cerró 2022 excluido de las reuniones del presidente con los senadores morenistas. Pero repentinamente, el 14 de enero pasado, apareció en la lista de Morena como aspirante presidencial. 

Sin embargo, el primer encuentro con López Obrador sucedería hasta tres meses después, tras dos años sin comunicación, la tarde del 28 de abril en Palacio Nacional, previo a la consumación de la “noche negra”, en la que la bancada de Morena en el Senado, sin los partidos de oposición, sesionó desde una sede alterna, en la antigua casona de Xicoténcatl, y junto con sus aliados políticos aprobó 19 iniciativas vía fast track, haciendo uso de la mayoría parlamentaria con la que cuentan. 

Ahora, con el aval de López Obrador, Monreal está en una nueva contienda interna, en la que otra vez sabe que va “a contracorriente”.