Ángel Di María recibió la suspensión más dura de su carrera, pero más le duele no ser llamado a la selección

La carrera de Ángel Di María era poco menos que impecable en materia disciplinaria en los más de 12 años que lleva en Europa. Solo cuatro expulsiones, todas menores, la última en mayo de 2017, que le costó la que era la sanción más dura en su trayectoria: dos partidos. Ahora le cayó la suspensión más fuerte, con los cuatro encuentros con que lo castigó la Liga de Francia al encontrarlo responsable de un escupitajo durante el incendiario clásico disputado entre Paris Saint Germain y Olympique, el domingo 13 de este mes, con el triunfo por 1-0 del equipo de Marsella.

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En ese encuentro hubo cinco expulsados, pero Fideo no vio la tarjeta roja. La Comisión de Disciplina de la Liga actuó de oficio a partir de las imágenes televisivas y de los reclamos de Álvaro González, el defensor de Marsella que lo acusó en pleno cotejo de haber salivado hacia donde estaba él. El video demuestra que Di María lanza la escupida, pero no en dirección al rival. La falta adquiere mayor gravedad por la normativa que exige evitar la emisión de fluidos por el riesgo de contagio del virus Covid-19. De todas maneras, el rosarino evitó una sanción de hasta 10 partidos por no tener antecedentes disciplinarios. Los expulsados durante los 90 minutos habían sido Neymar, que acusó a Álvaro de racismo, Leandro Paredes y Darío Benedetto, protagonistas de un cruce en la mitad de la cancha que derivó en un tumulto con tarjetas rojas para Kurzawa y Amaví.

Pocas horas después de conocer la suspensión, Di María admitió haber "cometido un error" en declaraciones a radio Continental. "Me equivoqué, fue algo que me salió porque cuando paso cerca de él (Álvaro) me dice algo que no me gusta. El partido estaba muy caliente, había muchos nervios. Me confundí, no tendría que haberlo hecho. Hay que aceptarlo. En el descargo que hice por Zoom les quedó claro que yo no lo escupo al cuerpo. Por eso no me dieron entre siete y diez partidos. La saqué barata. Lo que pasa es que por la pandemia hay mucha sensibilidad con ese tipo de cosas", expresó Fideo.

Se lamentó porque la inhabilitación lo sacará de las canchas "cuando estaba pasando por un muy buen momento". Su ausencia se extenderá por la pausa que tendrán los clubes por las fechas FIFA para los seleccionados durante una semana de octubre. Recién podrá reaparecer el 31 de octubre, en la visita a Nantes. "Justo se alarga todo por la fecha FIFA. Se hace más difícil", agregó el media-punta.

No le encuentra explicación a su ausencia en la selección argentina

La decepción que a Di María le causa la suspensión es algo menor en comparación con el malestar que le despierta no haber sido convocado por Lionel Scaloni para el comienzo de las eliminatorias, ante Ecuador (8 de octubre) y Bolivia (13). El entrenador dejó de citarlo desde hace más de un año, en la Copa América de Brasil, donde Di María llegó a los 102 partidos con la Argentina.

"No le encuentro explicación. Es difícil asumirlo. No tengo palabras. Para mí, la selección es lo único, lo máximo. Para eso me rompo el o... en el club. Es difícil no ser convocado con el momento futbolístico que estoy pasando. No me dieron ninguna explicación, no sé qué decir. Supongo que considerarán que habrá mejores jugadores en mi puesto. Llevó más de un año en un gran nivel sin ser citado. La seguiré peleando, como lo hice siempre. Trabajaré para demostrar que puedo estar", fue el descargo de Di María.

No acepta como justificativo la teoría de la renovación que lleva adelante Scaloni: "Si hay recambio, tampoco tendrían que estar Leo (Messi) o el Kun (Agüero). Tengo 32 años y en cada partido demuestro que pareciera que tengo menos edad. Demuestro que puedo estar en el nivel de Neymar y Mbappé. Cada gol y cada gran partido que hago lo pienso como algo que me hará volver a la selección. Amo a la selección, deseo con toda mi alma volver a vestir esa camiseta. Cada vez que se da una lista y no estoy, tengo que ocultarle a mis esposa e hijas la amargura que me da".

Di María aseguró que no sabe si podrá mantener este nivel hasta el Mundial 2022, pero se siente útil para ayudar en las eliminatorias: "No me canso de decirlo. Trabajaré para estar en la próxima convocatoria. Los partidos de ahora los veré desde acá, apoyando, porque tengo varios amigos en el plantel".

Amigo de Messi, reconoció que lo tentó para que fuera a Paris Saint Germain cuando había enviado el burofax para irse de Barcelona: "En ese momento le mandé una captura de pantalla que mostraba cómo jugaría PSG con él. Se rio, pero todo quedó ahí. Creo que hizo bien en quedarse. Él le dio mucho a Barcelona y no merecía irse mal, lo entiendo perfectamente".

Sobre la final de la Champions League perdida frente a Bayern Munich, dijo que no le gustó ser reemplazado a 10 minutos del final: "En el momento no entendí el cambio de Tuchel. Por mi lado se estaban generando las mejores situaciones. En el vestuario no le dije nada, pero a los pocos días me explicó que con la entrada de Choupo-Moting intentaba buscar el empate en algún centro. Igual no puedo cuestionarlo a Tuchel porque me respaldó desde que llegó al club. Me bancó siempre. Me dijo que me quería dirigir desde que yo jugaba en Benfica".

Comentó que tras la derrota, Nasser Al-Khelaïfi, presidente de PSG y delegado del emir de Qatar que es dueño del club, fue al vestuario para darles un reconocimiento: "Nos dijo que para él habíamos ganado porque habíamos dado todo por la camiseta. Que vio un compromiso y una actitud que años atrás no había. La verdad es que se formó un grupo humano muy bueno y la idea del jeque es mantenerlo".

Di María dijo que su corazón sigue siendo azul y amarillo, los colores de Rosario Central, donde le gustaría retirarse, aunque lo ahuyentan otras cuestiones: "La Argentina está en una situación complicadísima, en lo social y la seguridad. Yo no quiero que mis hijas vivan lo que vemos por televisión y lo que nos cuentan amigos míos y de mi esposa en los grupos de Whatsapp. La mayoría de ellos se quiere ir del país".