Rousseff sanciona ley que crea cuota social y racial en universidades

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sancionó este miércoles una ley que reserva la mitad de las plazas en las universidades federales a estudiantes de escuelas públicas, y da preferencia a negros, mulatos e indígenas. (AFP/Archivo | Pedro Ladeira)

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sancionó este miércoles una ley que reserva la mitad de las plazas en las universidades e institutos federales a los estudiantes de escuelas públicas, y da preferencia a negros, mulatos e indígenas. Rousseff destacó la necesidad de democratizar el acceso a las universidades y la importancia de esta ley aprobada a inicios de mes en el Senado tras 13 años de debate. "La importancia de este proyecto (...) radica en un doble desafío: la democratización del acceso a las universidades, y hacer eso manteniendo un alto nivel de enseñanza y la meritocracia", dijo. La ley, que establece cuotas durante 10 años, obliga a reservar la mitad de las plazas en las universidades e institutos federales a alumnos que estudiaron en centros de secundaria públicos. Dentro de esa cuota, habrá una distribución de un porcentaje para negros, mulatos e indígenas, proporcional a la composición de la población en cada estado del país, y también para estudiantes con ingresos familiares inferiores a un salario mínimo y medio (unos 450 dólares mensuales). "Estamos abriendo una oportunidad para que los mejores alumnos de la red pública tengan acceso a las universidades federales", explicó el ministro de Educación, Aloizio Mercadante, y destacó la importancia de "reducir las desigualdades sociales y las asimetrías que todavía tenemos en nuestro país". El sistema pretende frenar un proceso que se reprodujo históricamente en Brasil: los hijos de los más adinerados, formados en escuelas privadas, eran los que conseguían las mejores notas y por tanto garantizan su ingreso en las universidades públicas brasileñas, que son las más prestigiosas del país. Y quedan fuera los más pobres, que estudiaron en escuelas públicas. "La universidad pública reprodujo siempre el status quo social, preocupada en asegurar el ingreso a los hijos de las élites brasileñas que accedían a las facultades públicas después de estudiar en los mejores colegios pagos", dijo a la AFP Eloi Ferreira de Araujo, presidente de la estatal Fundación Palmares, que promueve la cultura afro-brasileña. "El 51% de la población brasileña son mulatos y negros, pero eso no se traduce en igual acceso a los bienes económicos o culturales", lamentó. "Existe un mito en Brasil de que no hay racismo ni discriminación, pero es falso, y esa legislación contribuirá a reducir el abismo social", dijo a la AFP Marcelo Paixao, coordinador del Laboratorio de Análisis de Relaciones Raciales de la Universidad Federal de Rio de Janeiro. La legislación levanta polémica en el país. "Introducir el criterio racial no es bueno porque puede generar profundas injusticias. Dos hermanos hijos de la misma madre, y de padres diferentes, uno puede ser negro o mulato y otro blanco, y son personas con igual nivel social pero estarán en situaciones diferentes", afirmó recientemente el senador opositor socialdemócrata Aloysio Nunes, el único que votó contra la ley. Casi el 51% de los brasileños se reconocen mulatos (43,1%) o negros (7,6%), contra 47,7% que se declaran blancos. Los indígenas rondan el 0,4% de los 190 millones de brasileños, según datos del censo de 2010 divulgados este mes. El censo mostró que 31% de los brasileños blancos con edad entre 15 y 24 años están estudiando, más del doble que mulatos y negros, que rondan 13%. De las 59 universidades federales, 32 ya adoptan diferentes sistemas de cuotas sociales, raciales o de género, pero muchas de manera tímida y con efectos limitados. La Corte Suprema de Brasil aprobó en abril por unanimidad la adopción de cuotas raciales en las universidades. Brasil fue uno e los últimos países en abolir la esclavitud, en 1888, y se considera el segundo país con mayor población negra por detrás de Nigeria. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sancionó este miércoles una ley que reserva la mitad de las plazas en las universidades federales a estudiantes de escuelas públicas, y da preferencia a negros, mulatos e indígenas.