Muere el prófugo narcotraficante colombiano "Megateo" en un bombardeo

BOGOTÁ (Reuters) - Un narcotraficante colombiano por el que Estados Unidos ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de dólares murió en un bombardeo de las Fuerzas Armadas en una zona selvática del noreste del país, cerca de la frontera con Venezuela, informó el viernes el Gobierno. La muerte de Víctor Ramón Navarro, alias "Megateo", puso fin a una larga persecución y es el mayor golpe contra el narcotráfico en la historia reciente y el éxito más destacado desde la caída del máximo jefe de la guerrilla de las FARC, Alfonso Cano, en noviembre de 2011. "Información reciente de inteligencia de las Fuerzas Armadas confirma que Megateo fue abatido. Gran golpe, Felicitaciones, los criminales o sometidos a la justicia o terminan bajo tierra", dijo el presidente Juan Manuel Santos en su cuenta en Twitter. Navarro, de 39 años, se presentaba como el máximo comandante de una facción del Ejército Popular de Liberación (EPL), un antiguo grupo guerrillero izquierdista que se desmovilizó en la década de 1990 después de firmar un acuerdo de paz con el Gobierno, pero según las autoridades era una fachada de una poderosa organización del narcotráfico. El bombardeo en el que falleció Navarro ocurrió en una zona cercana al municipio de Acarí, en el departamento de Norte de Santander. El Departamento de Estado estadounidense, que lo incluyó en una lista de los más buscados, lo acusaba de controlar extensos cultivos de hoja de coca y laboratorios que producían grandes cantidades de cocaína que se exportaba a Norteamérica y Europa. Navarro, quien paso de ser un humilde campesino a un presunto capo de las drogas, también estaba acusado de dirigir una red de lavado que movía millones de dólares y que utilizaba su influencia para pagar sobornos a funcionarios judiciales y a policías corruptos que escoltaban sus cargamentos de cocaína y lo alertaban de operaciones en su contra. Colombia es considerada uno de los principales productores mundiales de cocaína con más de 400 toneladas métricas anuales, pese a los esfuerzos del Gobierno para combatir ese delito en el que también están involucrados cárteles de la droga, la guerrilla izquierdista y bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha.