La 'emperatriz' minera pierde 5.300 millones, pero sigue siendo la más rica

Gina Rinehart, 'emperatriz' de la industria minera australiana y acérrima opositora a cualquier impuesto, ha visto caer su fortuna en el último año en 5.300 millones de euros, pero sigue siendo, de lejos, la persona más rica de Australia. Gina Rinehart, de 59 años y heredera de las minas Hancock, encabeza la lista de las 200 personas más ricas de Australia que establece la Business Review Weekly (BRW), publicada este miércoles. Con una fortuna personal estimada de 22.020 millones de dólares australianos (unos 16.600 millones de euros), Rinehart ocupa por tercer año consecutivo el primer puesto. Pero también es la que más dinero ha perdido, ya que hace un año tenía 29.170 millones de dólares australianos. No obstante, es la mujer más rica del mundo, por delante de la estadounidense Christie Walton, viuda de uno de los hijos del fundador de los supermercados Wal-Mart. El desplome de su fortuna se debe a la caída de los precios del mineral de hierro. Rinehart se opone con todas sus fuerzas a las tasas al carbono y a las mineras que ha impuesto el actual Gobierno laborista australiano. Otros millonarios de la industria minera también han visto encoger sus fortunas, entre ellos Ivan Glasenberg, presidente de GlencoreXstrata, que ha pasado de la segunda a la quinta plaza, con 5.610 millones de dólares australianos. Según la BRW, las cinco caídas más fuertes en esta clasificación las han protagonizado los millonarios del sector minero. Franck Lowy, de 82 años, magnate de los centros comerciales Westfield, es el número dos de la lista, subiendo así un lugar con respecto al pasado año, con una fortuna estimada de 6.870 millones de AUD. Su nombre figura en la lista de las 200 personas más ricas de Australia ininterrumpidamente desde hace 30 años. De las 200 personas más ricas, 14 son mujeres. Gina Rinehart habla durante un acto público el 9 de junio del año 2010 en Perth (Australia). La 'emperatriz' de la industria minera australiana, acérrima opositora a cualquier impuesto, ha visto caer su fortuna en el último año en 5.300 millones de euros, pero sigue siendo, de lejos, la persona más rica de Australia.