Osteoporosis: no es solo un problema de los adultos

Mayo en los Estados Unidos es el Mes Nacional de Concientización y Prevención de la Osteoporosis, una enfermedad que típicamente afecta a los adultos, en especial a las mujeres después de la menopausia. Este problema de los huesos, que los vuelve frágiles y susceptibles a quebrarse, es raro en niños y adolescentes, pero eso no significa que estén exentos de riesgo. Te contamos lo que necesitas saber al respecto.

Dos tipos de osteoporosis juvenil

En los más pequeños, esta enfermedad suele tener dos variantes: o es provocada por una condición médica subyacente (o la medicación que se toma para tratarla), o no tiene explicación, detalla el sitio del Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel de EEUU (NIAMS, por sus siglas en inglés).

En el primer caso, la osteoporosis conocida como “secundaria”, podría ser un “efecto colateral” de artritis reumatoidea juvenil, diabetes, osteogénesis imperfecta, hipertiroidismo, síndrome de Cushing, anorexia nerviosa o enfermedad renal, entre otros trastornos.

El segundo tipo, la osteoporosis “idiopática”, sin explicación, suele ocurrir justo al comienzo de la pubertad (alrededor de los 7 años). La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, la enfermedad desaparecería sola y los niños recuperarían la salud de sus huesos, como destaca la institución mencionada.

Otras veces, el hecho de que la osteoporosis aparezca temprano en la vida puede atribuirse a los genes: quizás en tu familia haya antecedentes del trastorno. Más allá de qué la cause, la osteoporosis juvenil puede ser grave, porque sucede justo en la etapa en la que se desarrollan los huesos, señala el NIAMS.

Signos y síntomas de problema

De acuerdo con el portal de salud WebMD, algunos indicios de la osteoporosis juvenil serían:

-       Dolor en la parte baja de la espalda, las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies

-       Dificultad para caminar

-       Fracturas en piernas, tobillos o pies

Qué puedes hacer hoy

Los niños acumulan masa ósea a medida que crecen. A los 30, esta comienza a declinar, lentamente. Cuanta mayor densidad hayan alcanzado para ese entonces, menor será su riesgo de sufrir osteoporosis en el futuro, destaca el NIAMS. Por esto, la prevención es clave.

“Nunca eres demasiado joven para cuidar de tus huesos”, resalta el sitio de la Fundación Nacional de Osteoporosis de EEUU (NOF, por sus siglas en inglés). Para que tus hijos desarrollen un esqueleto denso y fuerte, el momento es ahora. Las claves, enumeradas por el portal antes mencionado, son:

-       Una dieta equilibrada, que aporte suficiente calcio y vitamina D.

-       Ejercicio físico

-       No fumar, ni beber alcohol

Recuerda consultar a un experto en salud ante cualquier síntoma posible de osteoporosis juvenil, y antes de implementar cambios en la alimentación o el ejercicio físico de tus niños.