¿Por qué los bilingües son más listos?

El humano bilingüe es un privilegiado, y no lo digo simplemente por la ventaja más obvia, tiene posibilidades de entablar conversación con un grupo mucho más amplio de interlocutores, sino por otros "premios" cerebrales que obtiene gracias al hecho de contar con dos sistemas de comunicación cohabitando en su cabeza.

Hubo un tiempo en que los educadores consideraban que el bilingüismo suponía una interferencia cognitiva, que minaba el desarrollo intelectual y académico de los niños. Afortunadamente ese tiempo pasó.

Efectivamente esa interferencia existe, ya que en un cerebro donde cohabitan dos lenguas distintas hay situaciones en las que un sistema obstruye al otro. No obstante, esta interferencia no es en realidad un obstáculo, sino una bendición disfrazada de problema, ya que fuerza al cerebro a resolver conflictos internos y da a la mente unos "deberes" que fortalecen sus músculos cognitivos.

Trabajos realizados en 2004 por los psicólogos Ellen Bialystok y Michelle Martin-Rhee, con niños de preescolar, mostraron que los niños bilingües eran más rápidos ordenando objetos por forma y color, cuando la simbología se complicaba en juegos de rompecabezas.

La evidencia en éste y otros trabajos sugiere que la experiencia bilingüística mejora la "función ejecutiva" cerebral, un sistema de comandos que dirigen los procesos de la atención que empleamos para planificar, resolver problemas y realizar otros procesos mentales.

Según el artículo del New York Times en el que me baso, y en el que se cita el trabajo de Albert Costa, investigador de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, la diferencia clave entre las personas bilingües y las que solo hablan un idioma, es que los primeros muestran una capacidad mayor para percibir cambios en su entorno. Los bilingües deben cambiar de idioma muy a menudo (pueden hablar uno con su madre y otro con su padre) y eso hace que necesiten estar atentos a los cambios a su alrededor, tal y como nos sucede a nosotros cuando conducimos un coche.

De hecho, el artículo concluye hablando de un experimento realizado en 2009 en Trieste con bebés de 7 meses expuestos a dos idiomas (italiano y alemán) y su comparación con bebés criados en un solo idioma. A tan tierna edad, los primeros se anticipaban mucho antes a los cambios.

Así pues, los efectos positivos del bilingüismo comienzan a notarse a una edad muy temprana, pero es que además, según ha quedado patente en un estudio reciente realizado en California con 44 personas adultas (muchos de ellos bilingües en inglés y español) también tiene ventajas cuando envejecen.

En dicho experimento, los investigadores descubrieron que los que dominaban ambos idiomas eran más resistentes a la demencia y a otros síntomas de la enfermedad del Alzheimer. Cuanto más alto era el nivel de bilingüismo, más tardaban los síntomas en aparecer.

Así que ya sabéis, nunca es tarde para ponerse a estudiar un nuevo idioma. Tu cerebro te lo agradecerá.

Leído en el New York Times.