La tortuga mordedora invade la ciudad

En muchas regiones donde habita la tortuga mordedora (Chelydra serpentina), este animal provoca terror entre la gente. Especialmente en el Medio Oeste Norteamericano, donde corren muchas historias sobre ataques de estos quelonios a personas. A esa gente no les va a gustar nada el resultado de un estudio reciente, que demuestra que estos animales están migrando desde sus hábitats naturales hacia zonas urbanas.

Tampoco es una buena noticia para los ambientalistas. La razón por la que las tortugas mordedoras están cambiando de hábitat es la degradación que sufre su entorno. Especialmente a causa de los desarrollos urbanísticos y de la polución del agua.

Esta especie, como otras muchas tortugas relacionadas con ella, necesitan de un entorno acuático para sobrevivir. Ahí es donde entran en conflicto con los humanos, cuando estos se acercan a ríos, lagos y lagunas a bañarse. También necesitan de una vegetación de ribera bien desarrollada, de cobertura vegetal cercana a la zonas de agua para realizar la puesta y esconderse de depredadores.

De ahí es de donde surgen sus problemas. Las zonas de agua naturales cada vez se encuentran más contaminadas. En la zona del Medio Oeste, principalmente por las aguas residuales urbanas y por las que salen de las industrias. A pesar de los esfuerzos por depurar estas aguas, los aportes que realizan a los ríos siguen estando contaminados, impidiendo que las tortugas puedan vivir en ellas.

A esto se suma el desarrollo urbanístico. A pesar de que a día de hoy se destruye mucho menos hábitat natural para construir que hace unos años, el ritmo con el que desaparecen los ecosistemas de las tortugas es alto.

Por todos estos motivos, las tortugas han ido buscando nuevos lugares en los que asentarse. Y los han encontrado en los canales y ríos artificiales que se han ido creando desde mediados del siglo XIX a lo largo de esta zona de los EE.UU.

Al tratarse de corrientes de agua artificial, que tienen gran parte de su recorrido por zonas urbanas, están mucho más protegidas de la contaminación que los cursos naturales de agua, y la vegetación se mantiene para darle un aspecto más “estético”, más atractivo para los ciudadanos. De esta manera, suponen el hábitat perfecto para las tortugas mordedoras, así como para otras especies animales amenazadas por la desaparición de su entorno.

Un último comentario importante que hay que hacer trata sobre la fama de estos animales. A pesar del nombre, y del miedo que provoca en ciertas regiones, no es en realidad una especie agresiva. La mayoría de los ataques tienen lugar cuando se molesta al animal, que reacciona al verse acorralado.

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Fuente: Yahoo! España
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