La selectiva dieta del tiburón blanco

Cuando se trata de conservar especies, hay muchos factores a tener en cuenta. Uno de los más importantes es conocer sus costumbres, especialmente de qué se alimentan. Y muchas veces al estudiar estos factores con detenimiento surgen sorpresas. Esto es lo que ha pasado con el tiburón blanco (Carcharodon carcharias), tal y como se explica en un artículo recién publicado.

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Hasta que ha aparecido este trabajo, se pensaba que los tiburones blancos cambiaban de dieta al llegar a la edad adulta. Cuando son jóvenes se alimentan principalmente de peces, cada vez de mayor tamaño. Cuando alcanzan la madurez, pasan a buscar una fuente de alimento más nutritiva. Y la encuentran en mamíferos marinos, como focas y leones marinos.

Bien, pues según este nuevo artículo esto es más o menos así. Los juveniles se alimentan de peces y los adultos de focas y leones marinos. Pero cada individuo tiene sus preferencias y su propia dieta. Cada uno de estos animales consume distintas cantidades de focas, leones y peces de distintas especies, más basándose en sus gustos que en la disponibilidad.

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Esto puede parecer poco importante, pero tiene dos significados muy claros. Por una parte, añade una nueva complicación a la hora de conservar la especie. Si todos los animales explotasen los mismos recursos, resultaría mucho más sencillo diseñar los programas de conservación.

Y por otra parte, demuestra una gran individualidad de cada uno de los animales. Según los autores, se puede observar una especialización en las presas que eligen. La pregunta que surge es si este factor tiene una implicación más amplia. Si existen castas, o algún tipo de organización social dentro de las poblaciones, o simplemente se trata de que algunos individuos sean más hábiles.

Para llevar a cabo este estudio, los investigadores han utilizado una técnica muy interesante. No es realmente novedosa, pero mejora con mucho los resultados de la metodología tradicional. Se trata del estudio de isótopos estables. Dicho de una manera sencilla "somos lo que comemos", nuestros tejidos tienen una composición que depende de la que tienen nuestros alimentos.

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Algunos elementos químicos tienen varias formas ligeramente distintas, llamadas isótopos. Estas variaciones pueden ser estables, que permanecen iguales a lo largo del tiempo, o inestables, que producen radiación. Dos de los elementos principales en todos los compuestos orgánicos tiene isótopos que son estables, en concreto el Carbono, con doce o trece neutrones, y el oxígeno con 16, 17 o 18 neutrones. Estudiando la proporción de cada uno de los isótopos estables de estos elementos se puede determinar cuál es la fuente de alimentación de cualquier organismo.

Gracias a este método los autores del trabajo fueron capaces de calcular la proporción que cada individuo había consumido de cada una de las presas. Al realizar el estudio sobre las vértebras, que están formadas por un tejido de muy larga duración, se pudo hacer un estudio que abarcase toda la vida del animal.

Fuente: Yahoo! España
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