Una estatua en honor del regicida que provocó la Primera Guerra Mundial
Una escultura de bronce homenajea en Belgrado a Gavrilo Princip
Un modesto revolver Browning fue todo lo que necesitó Gavrilo Princip –un joven nacionalista serbio de 19 años– para acabar con la vida del archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía Chotek el 28 de junio de 1914 en Sarajevo. Dos muertes que, en una macabra carambola, acabaron encendiendo la mecha de la Primera Guerra Mundial y provocaron millones de muertos.
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Por estas mismas fechas, el año pasado se cumplía el siniestro centenario de aquel suceso, y aunque el atentado y la posterior Gran Guerra a la que dio lugar fue recordado en toda Europa, ha sido ahora, hace tan sólo unos días, cuando las autoridades de Belgrado y algunas personalidades de la administración Serbia han participado en la inauguración de una obra de arte que ha venido cargada de polémica.
La pieza en cuestión es una estatua en homenaje a Gavrilo Princip, el asesino del archiduque y su esposa, que ha sido descubierta en el centro de Belgrado ante la curiosa y atenta mirada de cientos de espectadores. La escultura, de dos metros de altura y realizada en bronce por un artista local, fue descubierta ante la presencia de Tomislav Nikolic –presidente serbio– y el dirigente serbo-bosnio Milorad Dodik, dirigente de la República Srpska.
Nikolic no dudó en calificar a Princip de “héroe”, y aseguró que el joven nacionalista es todavía hoy un símbolo de las ideas de libertad, “asesino de tiranos y el portador de la idea europea de liberación frente a la esclavitud”. El presidente serbio no es el único en sostener una postura similar. Para gran parte de la población serbia, Princip fue un ferviente patriota que buscaba liberar a los eslavos de la opresión austrohúngara.
Ciertamente, el asesinato del archiduque y su esposa fue la excusa perfecta que necesitaban las potencias de la época –y en especial Austria y Alemania– para desencadenar un conflicto armado cuyos orígenes se remontaban a tiempo atrás, de tal modo que, con atentado o sin él, la Gran Guerra habría acabado iniciándose antes o después.
Sin embargo, no hay duda de que el terrible crimen cometido por Princip fue el desencadenante del conflicto, causando indirectamente millones de muertes provocadas por los cuatro largos años de guerra. Por esta razón, no es de extrañar que Princip sea visto actualmente por buena parte de la historiografía como un terrorista, y no como el héroe que presentan los líderes serbios actuales.
De hecho, Princip ya fue considerado un héroe nacional desde el final de la Primera Guerra Mundial, y sus restos enterrados en la iglesia ortodoxa de San Miguel, en Sarajevo, donde se bautizó un puente con su nombre y se colocaron placas conmemorativas en su honor. Otro tanto sucedió durante la guerra de Yugoslavia, entre 1992 y 1995, cuando fue utilizado por los nacionalistas serbios como un icono casi mítico, mientras la región de los Balcanes se desangraba de nuevo en otro de los grandes horrores bélicos del siglo XX.
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Curiosamente, en Bosnia, su región natal, la figura de Princip es recordada con división de opiniones. Mientras para unos fue efectivamente un héroe, otros coinciden en señalarle como un terrorista criminal. Ahora, con la inauguración de la estatua de bronce que le rinde homenaje en las calles de Belgrado, la polémica vuelve a estar de actualidad.
Fuente: Artdaily / ABC News