David Hemler, el desertor estadounidense que reaparece 28 años después

Thomas Hemler daba a su hermano David por muerto, ya que no lo había visto en 28 años, desde que desertara del ejército de Estados Unidos y desapareciera virtualmente del mapa. De ahí su sorpresa cuando David le llamó el otro día y le aclaró que, lejos de estar muerto, había estado viviendo en Suecia bajo un nombre falso, se había sacado una carrera, casado y tenido tres hijos.

Este militar de la aviación estadounidense tenía 21 años en 1984, cuando el gobierno de Ronald Reagan se enzarzó en una de las etapas más tensas de la Guerra Fría. Había sido destinado a una base militar en Alemania, pero llevaba ya una época coqueteando con los ideales de una iglesia pacifista. Así que simplemente decidió irse de ahí: hizo autostop hacia Dinamarca y de ahí llegó a Suecia. "Mi intención era quedarme allí hasta que me sintiera un poco mejor", cuenta ahora David. "Suponía que sería una semana o algo así".

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No sería tan simple. Si David veía en su huida un descanso en aras de la paz espiritual, las leyes de Estados Unidos lo contemplaron como una de las peores traiciones a la patria que puede cometer un militar: la deserción. A su vuelta le esperarían juicios, seguramente la cárcel y quién sabe qué más. De hecho, se convirtió en el octavo fugitivo más buscado de las Fuerzas Aéreas. Siguió en Suecia, bajo la asunción de que la policía militar o incluso la Interpol terminarían por detenerle.

Pero como ese momento nunca llegaba, David se fue acomodando en Suecia. Se inventó un nombre juntando los apellidos de dos amigos y se registró como un ciudadano de un país desconocido. Según los documentos había nacido en Zürich. Con esos documentos, encontró trabajo en una hamburguesería y otro cuidando a ancianos. "Fue raro, pero al poco me acabé creyendo mi extraña historia", confiesa. Luego se licenció en una universidad y formó una familia. Les costó creerle cuando les confesó la verdad, pero no se enfadaron con él.

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Ahora que tiene 49 años, David ha decidido enfrentarse a la verdad. Su tercera hija ya tiene tres años y ya puede ir a la guardería, así que si le detienen por desertor su mujer podrá seguir trbaajando. Con esto en mente, llamó a su hermano hace unas semanas y luego le contó su historia a un periódico sueco. Había consultado sus posibilidades legales con una abogada llamada Emma Persson, que es optimista: "No creo que pierda su permiso de residencia permanente en Suecia", ha dicho. Tampoco cree que sea extraditado a Estados Unidos.

David no descarta tener que pasar un tiempo en la cárcel, pero es igualmente optimista: "Espero que las autoridades competentes se den cuenta de que ya he pagado bastante por mis acciones. Llevo 28 años viviendo una mentira".



Fuente: Yahoo! España
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