Nueva Zelanda: entre la política exterior independiente y la alianza con EEUU

Sídney (Australia), 12 oct (EFE).- El aumento de la influencia de China en el Pacífico y el refuerzo de los lazos de Australia con Estados Unidos y Reino Unido aumentan la presión sobre Nueva Zelanda para integrar el AUKUS, una alianza militar a la que se resiste a entrar por su marcada política antinuclear y sus buenas relaciones comerciales con Pekín.

El ministro de Defensa, Andrew Little, afirmó el pasado marzo que estudiaría una posible integración en el AUKUS sin comprometerse en lo que atañe al armamento nuclear y desde entonces se han reiterado las invitaciones de los aliados, una cuestión que deberá decidir el Gobierno que salga de las urnas tras las elecciones de este domingo.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, insistió el pasado julio en que "la puerta está abierta" para que Nueva Zelanda se comprometa con el AUKUS.

El AUKUS, firmado en 2021 por Washington, Londres y Canberra como respuesta a la creciente influencia de China en la región, incluye la adquisición y desarrollo de submarinos de propulsión militar por parte de Australia, un aspecto que por el momento mantiene fuera a Nueva Zelanda.

Nueva Zelanda, una nación desnuclearizada, no se plantea formar parte del llamado "primer pilar" del pacto, en el que figuran los submarinos nucleares, pero el pasado marzo no descartó formar parte del segundo pilar, que fomenta el desarrollo y la cooperación en altas tecnologías de defensa como la inteligencia artificial o la computación cuántica.

Sin embargo, las voces más críticas con la integración de Nueva Zelanda en el acuerdo alegan que eso la alejaría de las naciones del Pacífico, que podrían ver el movimiento como una forma de dar preferencia a las relaciones con la llamada angloesfera.

El Indopacífico es escenario del pulso por la influencia entre las dos grandes potencias: con disputas territoriales como las de las islas del mar de China Meridional o la crisis de Taiwán mientras Pekín incrementa su presencia en las naciones isleñas del Pacífico, con las que Nueva Zelanda siempre ha mantenido una buena relación. Refuerzo en Defensa

Mientras se decide sobre su integración en el AUKUS, el Gobierno del primer ministro, Chris Hipkins, anunció el pasado agosto su intención de reforzar sus capacidades de defensa para afrontar los "complejos" y "perturbadores" retos de seguridad en el Indopacífico, ante la expansión de China en la región.

La Declaración sobre Política y Defensa del Ministerio aludía claramente a China al indicar que "Pekín sigue invirtiendo grandes cantidades en la expansión y modernización de su Ejército, y cada vez es más capaz de enviar fuerzas militares y paramilitares por la región, incluyendo a lo largo de todo el Indopacífico". Actitud conciliadora

Aunque se mantiene en guardia ante los movimientos de China, Wellington mantiene una actitud conciliadora con Pekín, como quedó patente en la visita de Hipkins en junio, cuando el presidente chino Xi Jinping calificó a Nueva Zelanda de "amigo y socio".

Durante el viaje, ambos países firmaron acuerdos para reforzar su relación comercial, con un intercambio bilateral por valor de 26.700 millones de dólares anuales.

Un alineamiento demasiado claro con el AUKUS podría conllevar un enfriamiento de las relaciones económicas, con medidas como los aranceles impuestos por Pekín sobre productos australianos, lo que puede explicar también la cautela neozelandesa.

(c) Agencia EFE