Yuli Gurriel fijó el tono de la victoria. El cubano sabe lo que significa ganar en septiembre y octubre

Antes de ir al estadio, Yuli Gurriel pasó un buen rato en la caja de bateo de su casa. Con turnos escasos y distanciados, el cubano quería asegurarse de que si su nombre era colocado en la hoja de alineación estaría en condiciones de contribuir de la mejor manera posible.

Ese tiempo extra entrenando en su residencia probó ser de oro cuando el veterano inicialista pegó un cuadrangular en la primera entrada como parte de una tórrida ofensiva de 13 imparables para vencer el sábado en la tarde 11-5 a los Bravos

“Es difícil estar fuera, uno o dos días te saca de ritmo así que imagínate una semana’’, comentó Gurriel, quien remolcó tres con su batazo. “De verdad que es bien difícil. Hoy mismo antes de venir tuve que batear en mi casa porque creo que es lo único que te mantiene en juego y me ha dado resultados’‘.

Al igual que Gurriel todos parecen estar trabajando extra porque el batazo del espirituano formó parte de un ataque que incluyó, además, palos de vuelta entera de Jake Burger, Luis Arráez y especialmente Jazz Chisholm con un Grand Slam que levantó de sus asientos a 24,329 aficionados.

Mientras afuera del parque el mundo parecía caerse a pedazos bajo un intenso aguacero, dentro del estadio la afición disfrutaba de unos peces que se resisten a cualquier indicio de rendición, ni siquiera ante los recién coronados campeones del Este en la Liga Nacional.

Pero para el manager Skip Schumaker quedaba claro quién había sido la bujía del partido desde el primer inning.

“Yuli ha tenido actuaciones ocasionales, no ha sido regular mucho y no ha enfrentado mucho pitcheo, pero siempre está listo’’, indicó el dirigente.

“Nunca se queja, siempre ayuda a los jóvenes. Su jonrón de tres carreras fue enorme para nosotros. Cuando estás en septiembre y luchando por los playoffs...mira sus números en octubre pasado, fue uno de los mejores en la Serie Mundial. Yuli sabe lo que significa ganar...tuvimos buenas actuaciones ofensivas, pero Yuli fijó el tono en mi opinión’’.

El palo de vuelta entera de Burger con un hombre en circulación fue un nocaut para Atlanta, pero el de Chisholm con las bases llenas, ambos en la octava entrada, confirmaron algo que muchos hubieran creído al inicio de la temporada: esta fue la primera serie particular que los Bravos pierden con un rival dentro de su división en todo el 2023.

Así como sucedió en la jornada anterior, esta fue una batalla de voluntades y ofensivas que se sucedieron en oleadas y donde el liderato del partido pasó de una mano a otra al punto que para el inicio de la octava entrada ambos conjuntos estaban abrazados a cinco carreras.

Esta vez fueron los Bravos los primeros en colocar sus carreras en la pizarra con tres carreras con un jonrón de dos carreras de Ozzie Albies y otro solitario de Austin Riley ante los envíos de Bryan Hoeing, quien actuaba en calidad de “inicialista’‘ en un día de bullpen.

En otros tiempos, tres anotaciones en una primera entrada habrían sido una piedra demasiado pesada de cargar para los Marlins, pero esta versión está construida de otra manera y en la misma parte de abajo comenzó la tarea de borrar la diferencia.

No solo la evaporaron si no que los peces tomaron el mando con el décimo cuadrangular de Luis Arráez en la temporada -una nueva marca personal- , un palo similar de Gurriel con dos hombres en circulación y un sencillo de Garrett Hampson, quien está jugando de manera efectiva.

Lo de Arráez es sencillamente impresionante, porque no solo se fue con otro encuentro de dos o más imparalbes sino que igualó a Hanley Ramírez como los únicos peloteros en la historia de la organización con cuatro o más vuelacercas para comenzar un partido, pero por detrás del dominicano que pegó nueve en el 2008, ocho en el 2007 y siete en el 2006.

Pero se sabía que contener a los Bravos sería muy difícil y en la quinta Michael Harris sacó una del parque, mientras que en la sexta Matt Olsen pegaba su bambinazo 52 de la temporada para imponer nuna nueva marca de la organización y, de paso, empatar el choque.

Pero luego los enormes batazos de Burger y Chisholm se encargarían de borrar cualquier ilusión de renacimiento de Atlanta, que ahora peleará por evitar que le pasen la escoba de la barrida por encima de la espalda.

Quien lo hubiera dicho.

“Todo el mundo sabe que [Atlanta] es el mejor equipo que ha jugado en toda la temporada y a los Marlins les juega superbien’’, agregó Gurriel.

“Estos dos partidos nos ponen en una situación muy importante porque estamos en una pelea bien grande con muchos equipos. Nuestro equipo se ha comportado en perfectas condiciones’’.