Yordan Álvarez derrota un malestar físico con su fuerza increíble, pero los Astros se acercan al abismo

Que Yordan Álvarez está fuera de serie, eso no lo duda nadie.

Sin estar en la mejor forma física, el cubano pegó un par de jonrones e hizo todo lo posible por ayudar a los Astros.

Sin embargo, los Rangers dieron un paso importante en sus aspiraciones de llegar al Clásico de Octubre y se marcharon a casa con dos victorias en el bolsillo.

Texas, que tiene 7-0 en estos playoffs, sobrevivió a la caldera infernal del Minute Maid Park y el lunes en la noche aseguró un triunfo 5-4 sobre los campeones de la Serie Mundial y ahora se encuentran a dos éxitos de alcanzar la tierra prometida del béisbol, por encima de pronósticos y apuestas.

Mucho se había especulado sobre la posibilidad de que Álvarez estuviera o no en la alineación para el segundo encuentro de la Serie de Campeonato de la Liga Americana, pero el antillano ocupó su puesto y se hizo sentir con su quinto y sexto cuadrangulares de la postemporada.

Con ese par de batazos se convirtió en el pelotero cubano con más vuelacercas en playoffs (12) y superó a la estrella de los Rays de Tampa Bay Randy Arozarena (11).

También es ahora el primer jugador nacido en la isla con dos partidos de dos jonrones en una misma postemporada.

Su primer bambinazo se lo conectó al abridor Nathan Eovaldi en el segundo capítulo y el siguiente lo produjo en el octavo episodio ante una slider de 89 millas por hora de su compatriota Aroldis Chapman, quien le había dominado precisamente en el choque anterior.

Pero antes del juego se vivió algo de drama cuando se comentaba sobre una potencial dolencia del tunero a causa de un malestar estomacal y dolores de cabeza que le impedían mostrarse a plena capacidad y que molestaron en parte al manager Dusty Baker, cuando le preguntaron que hacía Álvarez en la alineación.

“Como le dije a alguien ayer, como una persona responsable, un hombre de familia, tienes que trabajar, sabes”, indicó el mánager de 74 años.

“Nunca vi a mi padre en cama enfermo y estoy seguro que se enfermó. Muchas veces como hombre tienes que irte a trabajar”.

Pero la presencia de Álvarez y su palo enorme no fueron suficientes para animar por completo una ofensiva que no ha estado a la altura de las expectativas expectativas en esta serie, donde Jordan Montgomery y Eovaldi se han impuesto.

Eovaldi navegó las peligrosas aguas de la artillería de los Astros con seis entradas de tres carreras y cinco imparables, incluido el palo de vuelta entera de Álvarez, pero demostró que está hecho para esta clase de momentos, como ya lo hiciera en Boston.

Cuando se analizan las secuencias de Eovaldi habrá de notarse la inteligencia en la distribución de envíos, pues repartió casi a partes iguales el splitter, la recta de cuatro costuras, la curva y el cambio que le sirvieron para minimizar castigos y amenazas.

El exmiembro de los Marlins contó con el apoyo de un ataque donde se destacó el compatriota de Álvarez, José Adolis García, quien impulsó una de las cinco anotaciones de los texanos y de las cuatro que se produjeron en la misma primera entrada ante los envíos de Frámber Valdez.

El dominicano no ha sido ni de lejos la fuerza dominante que fuera en el montículo durante la contienda pasada y a duras penas pudo sostenerse durante 2.2 episodios en los cuales permitió cinco carreras -cuatro de ellas limpias- incluyendo un jonrón de Jonah Heim.

Houston tuvo varias oportunidades como cuando en la octava colocaron hombres en primera y segunda tras el batazo enorme de Álvarez que determinó la salida del montículo de Chapman, pero el taponero José Leclerc dominó a Chas McCormick y terminó con la amenaza.

Los Astros, que llegaron a esta Serie de Campeonato como los grandes favoritos, ahora viajan a Texas con la espalda pegada a la pared y con un reducido margen de error, para no hablar ya de cuánto necesitarán de Álvarez, José Altuve, Kyle Tucker y José Abreu en los dos encuentros siguientes.