Yevgeny Prigozhin, el jefe de los mercenarios de Putin que podría ser peor que él
"No le dan miedo los trabajos sucios". Esta frase, que la abogada opositora rusa Liubov Sóbol le dijo al New York Times, es una descripción casi perfecta de Yevgeny Prigozhin, uno de las personas más cercanas a Vladímir Putin y, sin duda, una de las figuras más influyentes del régimen.
Pero si es fácil definir su posición, no lo es tanto señalar cuáles son sus actividades: chef, líder de un grupo de mercenarios, responsable de los servicios de limpieza de los establecimientos militares, financiador de un medio de comunicación, capitán de un ejército de bots. Y un largo etcétera. En total, se le contabilizan al menos una treintena de negocios con el Estado, lo que le ha valido para convertirse en una de las grandes fortunas del país. Aunque seguramente haya muchos otros desconocidos.
Un hombre, en definitiva, que empezó vendiendo perritos calientes y hoy en día tiene una mansión, un yate de 35 metros y un avión privado. Y no, no se trata de una de esas historias ejemplares de superación, sino que su éxito ha ido de la mano de Putin.
Ambos proviene de San Petersburgo y su amistad se remonta a hace dos décadas, cuando Prigozhin poseía algunos de los restaurantes más exclusivos de la ciudad. En uno de ellos, Isla Nueva, fue el presidente ruso en 2001 junto al presidente francés Chirac.
Pero antes de llegar a ese momento, el que iba a ganarse el sobrenombre de "el chef de Putin" tuvo una juventud de lo más polémica, hasta el punto de pisar la cárcel. En 1979, a los 18 años, fue detenido por robo y en 1981 le procesaron por una reincidencia afeada por asociación ilícita, fraude y reclutamiento de menores con fines prostitución. Fue condenado a 12 años de prisión, de los que cumplió nueve.
Cuando salió, primero montó un negocio de puestos de perritos calientes, después controló parte del negocio de una cadena de supermercados. Y de ahí llegó el salto a los restaurantes exclusivos.
Sin embargo, la ambición de Prigozhin no se iba a quedar ahí y gracias a sus vínculos con Putin pudo iniciar negocios de distinta índole, siempre al servicio del Kremlin, prestando una ayuda inestimable, pero también muy lucrativa.
Una de sus actividades más sonadas ha sido la de liderar al grupo de mercenarios Wagner para combatir en Rusia y Ucrania. De hecho, aunque él mismo ha negado su participación económica, lo cierto es que recientemente se hizo viral un vídeo en el que se le veía reclutando a presos.
También ha estado relacionado con las injerencias rusas en las elecciones estadounidenses de 2016, que ganó Donald Trump. Prigozhin habría estado detrás de ese ejército de trolls que se encargaron de difundir desinformación. Tanto es así que el chef aparece en numerosas ocasiones en el informe especial del fiscal estadounidense Robert Mueller, que investigó sobre la trama.
La Interpol llegó a convertirle en una de las personas más buscadas, aunque finalmente su posible procesamiento fue revocado.
El hombre para todo de Putin
Estos son solo dos ejemplos del valiosísimo trabajo que hace para Putin. Y es que, tal y como señalan los opositores, el Kremlin encarga a empresas privadas unas actividades que podrían ser denunciadas en los organismos internacionales y evita problemas. Y el chef, a cambio, se lleva una auténtica fortuna por sus servicios. Un acuerdo en el que ambos ganan y mucho.
Desde hace años, los líderes opositores denuncian esta sociedad. Calculan que entre 2013 y 2018, Prigozhin se benefició de contratos gubernamentales por valor de más de 3.000 millones de euros, incluyendo tareas tan diversas como servicios de limpieza, de reparaciones o de alimentación.
Negocio a negocio, su fortuna se estimaba en el 2020 en unos 200 millones de euros. Y es que si algo ha caracterizado la vida de este hombre es su disponibilidad para ir adelante con cualquier tipo de negocio, sea este de la naturaleza que sea y sin ningún tipo de escrúpulo. Y así lo sigue haciendo.
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