Los Yankees de Nueva York juegan en Miami como si estuvieran en su propia casa. ¿Por qué ocurre esto?

Durante mi presencia del domingo en el loanDepot de Miami para reportar las incidencias del partido entre los Marlins y los Yankees de Nueva York, tuvimos la oportunidad de ver como gran parte de los fanáticos apoyaban al equipo visitante.

Niños, jóvenes, mujeres y viejos mostraban su complacencia con los Bombarderos del Bronx y la mayoría de ellos desfilaron con camisetas y gorras alegóricas a la famosa novena.

Esta realidad no solo fue el domingo, también ocurrió en los partidos del viernes y sábado sin importar que los Marlins estén luchando por ser uno de los equipos comodines para la postemporada.

El viernes se escucharon fuertes aplausos en cinco ocasiones: en la segunda entrada cuando Anthony Volpe conectó jonrón de dos carreras ante el abridor de Miami Jesús Luzardo, en el tercero cuando Aaron Judge la volvió a desaparecer por el bosque central y en la cuarta cuando los Yankees pisaron la goma tres veces.

También en el noveno inning cuando agregaron otras dos y en la parte baja de esta misma entrada cuando después de sacar a los tres bateadores de los Marlins un gran número de fanáticos se levantaron para celebrar la victoria de los Yankees 9-4.

El sábado ocurrió de manera esporádica debido a que el lanzador dominicano Sandy Alcántara silenció los bates de los Yankees tolerando cinco imparables, una sola carrera con diez ponches propinados en victoria 3-1 de Miami.

El domingo durante ocho episodios donde los neoyorquinos estuvieron al frente, una gran parte de la fanaticada celebró las carreras que anotaron, además de abuchear cuando un pitcher de los peces se viraba a la inicial o cuando en una ocasión el árbitro del plato amonestó a la dirección del equipo.

Todo esto sucedió hasta que en la parte baja de la novena los locales se rebelaron anotando un racimo de cinco carreras para alcanzar una sensacional victoria.

En el primer juego hubo una concurrencia de 30,978 fanáticos, el sábado asistieron 33,980 y el domingo lo hicieron 35,043.

Estas cifras representan casi el doble de los que acuden a los restantes partidos durante el resto de la temporada.

En los tres encuentros asistieron un total de 100,001 fanáticos que representó la mayor concurrencia en una serie de fin de semana en la historia de la franquicia de Miami.

Los Yankees y la afición de Miami coinciden en algo: que triste que el cubano Néstor Cortés no pueda lanzar

¿Por qué estas graderías casi llenas cuando la asistencia normal en la mayoría de los partidos de los Marlins no superan las 15,000 personas, incluyendo las entradas de los perritos?

La respuesta es sencilla: “La presencia de una franquicia que atrae multitudes’’.

Este equipo mantiene la simpatía entre un gran número de fanáticos sin interesar si lideran la tabla de posiciones o si están en el último lugar de su división.

Incluso, en estos momentos las posibilidades que tienen de avanzar a los playoffs es mínima.

Los Yankees siempre son los Yankees sin importar que no sean los mismos “Bombarderos del Bronx’’ de otras épocas memorables, y aunque no hayan ganado una Serie Mundial desde el 2009 cuando derrotaron a los Filis de Filadelfia.

A pesar de los cambios, pelotero cubano seguirá siendo vital en los planes de los Marlins

¿Qué significa hablar de los Yankees como franquicia?

Decir Yankees es abrir páginas heroicas en el deporte de las bolas y los strikes.

Es pasión. Es símbolo. Es exigencia y entrega en busca de exhibir un buen béisbol en el terreno de juego.

Es sinónimo de respeto a las más puras tradiciones de este deporte.

Hablar de los Yankees es hacerlo de la franquicia más exitosa en la historia del béisbol de Grandes Ligas con 27 títulos de Series Mundiales en 40 presentaciones, desde la primera vez que ganaron en 1923.

Suman 58 las ocasiones que han estado en la fase de postemporada.

Los Marlins cierran jornada frenética de cambios con tres movimientos que pudieran colocarlos en los playoffs

Decir Yankees es hablar de figuras inmortales que durante varias décadas convirtieron en dinastías a los equipos del Bronx como lo fueron Babe “El Bambino’’ Ruth, Lou Gehrig, Joe DiMaggio, Mickey Mantle, Yogi Berra, Bill Dickey, Phil Rizzuto, Reggie Jackson, Mariano Rivera y Derek Jeter.

Los aficionados de Miami no tienen por qué sentirse mal, pues además de ganar de manera sensacional la serie (2-1), deben reconocer que las razones históricas y culturales mencionadas fueron las que hicieron posible que los Yankees llevarán al estadio de Miami un número cercano de fanáticos simpatizantes a los sumados por el equipo local.