Yamandú Orsi, el heredero político de Mujica que promete una izquierda renovada en Uruguay

Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio, se dirige a sus seguidores después de ganar la segunda vuelta presidencial en Montevideo, Uruguay, el domingo 24 de noviembre de 2024. (AP Foto/Natacha Pisarenko)

MONTEVIDEO (AP) — Profesor de Historia, bailarín folclórico, militante, alcalde. Yamandú Orsi, heredero político del expresidente uruguayo José Mujica, ha navegado en muchos frentes a lo largo de sus 57 años.

Con la promesa de una izquierda renovada, Orsi obtuvo el domingo la victoria en la segunda vuelta presidencial frente al candidato oficialista Álvaro Delgado y en su primer discurso una vez conocido el resultado de los comicios prometió un gobierno de unidad nacional.

El aspirante del Frente Amplio recibió abiertamente el respaldo de “Pepe” Mujica, el exguerrillero que estuvo al mando de Uruguay entre 2010 y 2015 y quien participó activamente en su campaña. El exmandatario alabó a Orsi como un nuevo líder capaz de encontrar el equilibro entre las complejas dinámicas del tablero social, político y económico.

Nacido el 13 de junio de 1967 en una zona rural de la región de Canelones, la segunda más grande de Uruguay, Orsi moldeó sus ambiciones políticas en plena dictadura (1973-1985), cuando aún era adolescente.

Hijo de un plantador de viña y una costurera, desde su juventud militó en las bases del Frente Amplio de Canelones, primero en la Vertiente Artiguista y después en el Movimiento de Participación Popular. Mientras vivía en el campo aprendió a leer y a escribir gracias a su hermana mayor, su primera “maestra”.

Sus promesas de campaña se centraron en el impulso a las políticas medioambientales, la promoción y apoyo a los pequeños productores y el respaldo a las políticas de inclusión social, pilares que también sentaron las bases de su administración como intendente de Canelones, cargo que ocupó entre 2015 y 2024.

Con ellas, el discípulo de Mujica se propone ahora a devolver el poder a la izquierda tras un hiato de cinco años luego de tres mandatos presidenciales consecutivos.

Orsi guarda diversas similitudes con su padrino político, como el gusto por el campo y un estilo de vida más relajado. A lo largo de la campaña electoral fue a menudo fotografiado tomando un mate, paseando a su perro y con trajes informales. Al igual que Mujica, aseguró que no vivirá en la residencia presidencial.

Para apelar a los votantes en su intento de llegar a la presidencia, apostó por desmarcarse de los gobiernos anteriores y prometió una renovación de la izquierda aupada por el “diálogo”.

Al mismo tiempo, el exprofesor intentó tranquilizar a los ciudadanos y aseguró que no planea cambios bruscos en el país de unos 3,5 millones de habitantes, uno de los más ricos de América Latina y con posturas políticas tradicionalmente moderadas.

Aunque ha insistido en la importancia de fomentar el bienestar social, Orsi igualmente ha adoptado un tono más amigable hacia el mercado, lo que le rindió la simpatía de otros grupos fuera del espectro de la izquierda.