¿Y si la energía oscura no fuese real?
La mayoría de los cosmólogos están de acuerdo en que el universo se expande a un ritmo que no es constante, ya que de hecho, a medida que envejece, la expansión parece acelerarse. Para que esto ocurra, el sistema debe de contar con una energía extra que añada su fuerza al total de la ecuación. ¡Y no hablamos de “pecata minuta”! Si hay que cuadrar los números para que encajen con lo observado en el universo, necesitamos más de un 70% de esa energía extra, a la que los cosmólogos han dado en llamar “energía oscura”.
Esta es la corriente mayoritaria entre los físicos desde finales de la década de los 90, o al menos lo era hasta ahora, ya que un reciente estudio publicado por tres astrónomos de la Universidad de Oxford en Scientific Reports pone en duda esta suposición. Y es que el trío de físicos afirma que los datos de aquel histórico trabajo tienen imperfecciones o están basados en observaciones que asumían previamente que la energía coscura ya era una constante universal. Si están en lo cierto, los cosmólgos tendrán que retroceder y reevaluar su conocimiento sobre el cosmos y el modo en que este funciona.
El trabajo sobre supernovas de J.T. Nielsen, A. Guffanti y S. Sarkar, descubrió que los datos de su estudio daban apoyo a la corriente anterior a la de la aparición de la hipótesis de la expansión acelerada del universo, ya que cuadra más con una aceleración a velocidad constante, lo que haría innecesario el aditamento de la energía oscura.
Tanto el estudio de los físicos de Oxford, como el que dio lugar a finales de los 90 a la aparición de la hipótesis de la energía oscura se basan en el estudio de un tipo especial de supernova llamado Ia. Para los astrónomos, estas supernovas son una especie de “faros estándar” en los que apoyarse a la hora de medir el tamaño del universo. Las supernovas Ia se dan cuando una estrella enana blanca se destruye, lo cual produce un brillo y una atenuación lumínica especialmente predecible. Gracias a esta especial luminosidad , los científicos pueden determinar de un modo más exacto la distancia que existe hasta una de estas “balizas” estelares.
En el estudio de los 90 que dio lugar a la hipótesis de la expansión acelerada, los investigadores descubrieron que estas explosiones eran más tenues de lo esperado, por que que concluyeron que el universo debía estar expandiéndose más rápidamente de lo esperado. Sin embargo, el trío de físicos de Oxford advierte ahora que los autores de aquel estudio no tuvieron acceso a la nueva batería de datos observacionales sobre supernovas Ia con las que se cuenta ahora. Por tanto, piden que se reevalue aquel trabajo incrementando la muestra inicial de supernovas estudiadas.
Conviene recordar que el descubrimiento de la expansión acelerada del universo ha sido ya bendecida por el mundo académico, que ha otorgado a quienes la propusieron el Premio Nobel, el galardón Gruber en Cosmología, y también el Breakthrough. Sin embargo, tal y como sostiene Subir Sarkar, investigador jefe del estudio de Oxford: “ahora existe una base da datos mucho más grande de supernovas sobre la que apoyarse para realizar cálculos rigurosos y análisis estadísticos detallados.”
“Nosotros hemos analizado el último catálogo de 740 supernovas Ia (10 veces más que las empleadas en el estudio original en el que se basó aquel hallazgo) y hemos descubierto que las evidencias que respaldan una expansión acelerada del universo están, al menos, en lo que los físicos llamamos “sigma 3”. Esto queda muy lejos del estándar “sigma 5” que se requiere para anunciar un descubrimiento de importancia fundamental”.
Desde que se conjeturó sobre la existencia de la energía oscura, ha habido otros estudios no basados en supernovas que también llegaban a dirimir su existencia como necesaria. Sin embargo para el trío de Oxford, estos otros estudios, al que ellos llaman “indirectos”, también pudieron sufrir sesgos de otro tipo.
¿Entonces supone este nuevo estudio la sentencia de muerte de la teoría de la energía oscura? No, ahora lo que veremos serán nuevos estudios tratando de reevaluar las conclusiones tanto del estudio inicial de los 90, como del nuevo dirigido por Sarkar. De hecho, él mismo reconoce que dado el prestigio y el grado de aceptación que ha alcanzado la hipótesis de la energía oscura, llevará un montón de tiempo y trabajo convencer a la comunidad física internacional de que “este pilar que sustenta el modelo estándar cosmológico” en realidad se tambalea.
¿Quién tendrá la razón? Seguiremos con interés el debate para manteneros informados.
Me enteré leyendo CSMonitor.