Xi Jinping y Vladimir Putin refuerzan en Moscú su alianza estratégica contra el modelo occidental

El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con el presidente de China, Xi Jinping, en el Kremlin, en Moscú, el 20 de marzo de 2023.
El presidente ruso, Vladímir Putin, se reúne con el presidente de China, Xi Jinping, en el Kremlin, en Moscú, el 20 de marzo de 2023. - Créditos: @SERGEI KARPUKHIN

PARÍS.- Ciertos tête-à-tête son como un golpe de acelerador de la historia. Es el caso del encuentro de hoy en Moscú entre Vladimir Putin y su homólogo chino, Xi Jinping. Una primera reunión personal que no solo sirvió para hacer caer las máscaras, dejando claro el apoyo del presidente chino al autócrata del Kremlin, sino que además, proyectando sobre el mundo su modelo y ambición comunes, China y Rusia lanzaron un nuevo desafío a Occidente.

China está dispuesta a mantenerse firmemente junto a Rusia a favor de un verdadero multilateralismo y de una multipolaridad en el mundo”, declaró Xi apenas llegó a Moscú, ratificando su convicción de que “esta visita será fructífera y dará un nuevo vigor al sano y estable desarrollo de las relaciones bilaterales”.

En esta captura de vídeo, el presidente de China, Xi Jinping, habla con el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su reunión en Moscú, Rusia, el lunes 20 de marzo de 2023
En esta captura de vídeo, el presidente de China, Xi Jinping, habla con el presidente ruso, Vladímir Putin, durante su reunión en Moscú, Rusia, el lunes 20 de marzo de 2023

Poco después, tras un primer encuentro informal con su par chino, Vladimir Putin se declaró dispuesto a estudiar el plan de paz propuesto por Pekín para resolver el conflicto ucraniano.

Estamos siempre abiertos a un proceso de negociación. Hablaremos sin duda de todas esas cuestiones, incluidas vuestras iniciativas, que acogemos con respeto”, declaró el presidente ruso durante el encuentro informal, cuyos primeros minutos fueron transmitidos por la televisión.

“Tenemos gran cantidad de tareas y objetivos comunes”, agregó Putin, felicitándose de que Pekín acuerde “una gran atención al desarrollo de las relaciones entre Rusia y China”.

“Somos socios en una cooperación estratégica global. Ese estatus es el que determina que debe haber relaciones estrechas entre nuestros países”, respondió Xi.

Error de cálculo

Esta visita de Estado de tres días es la primera de un dirigente chino desde hace casi cuatro años a Rusia, un país con el cual China tiene profundos lazos diplomáticos, económicos y amistosos.

Convencidos de que aun “sin límite”, una “amistad” no es una alianza, los europeos pensaron, al comienzo de la invasión de Ucrania, que podrían separar a Pekín y Moscú.

El presidente de China, Xi Jinping, saluda mientras desembarca de su avión a su llegada al aeropuerto moscovita de Vnukovo el 20 de marzo de 2023.
El presidente de China, Xi Jinping, saluda mientras desembarca de su avión a su llegada al aeropuerto moscovita de Vnukovo el 20 de marzo de 2023. - Créditos: @ANATOLIY ZHDANOV

Seguros de que ciertos intereses económicos priman siempre sobre la ideología, los occidentales intentaron ver en China una potencia neutra, crítica de la locura mortífera de su socio en Ucrania y la incapacidad del Ejército ruso de ganar la guerra.

China no tiene ganas de implicarse en esta guerra. No quiere correr riesgos por una cuestión que para ella es periférica”, aseguran aún muchas fuentes oficiales europeas.

En todo caso, reservando a Vladimir Putin su primera visita después de su tercera reelección al frente de su país, Xi Jinping muestra al mundo hasta qué punto la supuesta “neutralidad” china, que consistía en dejar cara a cara a ambos beligerantes o a apoyar al Kremlin sin alinearse totalmente con Moscú, era falsa.

“Después de ‘la amistad sin límites’ celebrada en Pekín por ambos hombres tras décadas de acercamiento y solo tres semanas antes de la invasión de Ucrania, la relación entre ambos regímenes autoritarios no dejó de reforzarse. Recordemos que Pekín se negó a condenar la agresión a Ucrania en la ONU el 2 de marzo de 2022″, analiza Antoine Bondaz, especialista de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS).

El régimen chino no aplica las sanciones occidentales contra Rusia y afirma como el Kremlin que “la operación especial militar” fue provocada por Estados Unidos y sus aliados. Desde que comenzó la guerra, China multiplicó las importaciones de hidrocarburos rusos. Abrió el acceso de su mercado financiero a Moscú, bloqueó la apertura de una investigación sobre crímenes de guerra cometidos en Ucrania en las Naciones Unidas. En un año, el comercio bilateral aumentó en 30%.

Esa relación alcanzó hoy un punto culminante. Putin y Xi, que se encontraron casi 40 veces, tienen en común –además de una larga frontera– el aborrecimiento a Estados Unidos.

En esta foto difundida por la Oficina de Prensa Presidencial de Rusia, el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente chino Xi Jinping conversan durante su reunión en el Kremlin en Moscú, Rusia, el lunes 20 de marzo de 2023.
En esta foto difundida por la Oficina de Prensa Presidencial de Rusia, el presidente ruso Vladimir Putin y el presidente chino Xi Jinping conversan durante su reunión en el Kremlin en Moscú, Rusia, el lunes 20 de marzo de 2023.

Por eso unieron sus esfuerzos a nivel internacional para dividir a los europeos, echar a los norteamericanos de Asia y debilitar el bloque occidental.

Pekín y Moscú tienen la misma definición de la seguridad internacional. Los fundamentos de su relación están basados también en el hecho de que no se consideran una amenaza recíproca, contrariamente a la percepción que tienen de los occidentales”, analiza Frédéric Encel, especialista en geopolítica.

“La prioridad para el régimen chino no es poner fin a la guerra en Ucrania, sino garantizar su propia legitimidad a nivel interno y ante los países del sur, diabolizando a los occidentales”, precisa.

Divergencias

Por supuesto existen divergencias. Si bien Pekín y Moscú quieren poner fin a la dominación estadounidense en el mundo, sus actitudes con respecto al orden global difieren.

China juega dentro del sistema, del cual se benefició considerablemente durante 30 años. Por eso intenta cambiarlo desde adentro, con el fin de reformarlo según sus propios intereses. Se podría decir que tiene una actitud más revisionista que revolucionaria”, escribe el especialista Bobo Lo, del Instituto Francés de Relaciones Internacional (IFRI).

Rusia es todo lo contrario. “Vladimir Putin tiene una actitud destructiva y anárquica del orden global. En Ucrania, probó que no quería cambiar el orden mundial, sino incendiarlo. Rusia tiene más su lugar en un mundo sin normas y sin reglas”, agrega. En resumen, es un pirómano del sistema internacional.

Sin embargo, lejos de reforzar las divergencias sino-rusas, la guerra de Ucrania le dio un nuevo impulso a la relación. Y la prueba es este viaje a Moscú de Xi Jinping, mediante el cual le ofrece a Vladimir Putin un blanqueo de su reputación ante la población rusa, pero también ante el “sur global”.

Eso fue justamente lo que denunció hoy el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, considerando que con esta visita, pocos días después de que la Corte Penal Internacional (CPI) lanzara una orden de arresto contra el jefe del Kremlin, Pekín le da a Rusia “una cobertura diplomática para que continúe cometiendo” crímenes de guerra.