Washington lanza un aviso a Orbán por sus coqueteos con Rusia

Budapest, 13 abr (EFE).- Las sanciones a tres altos cargos de un banco ruso con sede en Hungría anunciadas ayer por Estados Unidos suponen un aviso al Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán de que su acercamiento a Moscú es visto como un peligro para la OTAN y para la UE, coinciden analistas y políticos.

El embajador de EE.UU. en Budapest, David Pressman anunció el miércoles que Washington ha sancionado a tres miembros de la directiva del Banco Internacional de Inversiones (IIB, por sus siglas en inglés) controlado por Rusia y con sede en Budapest, entre ellos dos rusos y un húngaro.

Pese a que esa sanciones no han afectado a miembros del Gobierno, como se especuló en un principio, esa medida supone una fuerte crítica a las políticas prorrusas del Gobierno húngaro.

No habrían sido los primeros funcionarios húngaros sancionados por Washington. En octubre de 2014 Estados Unidos prohibió la entrada en el país de seis cargos públicos húngaros por acusaciones de corrupción

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"Nos preocupa que el Gobierno húngaro siga manteniendo estrechos vínculos con Rusia y apoyando la maquinaria bélica rusa a través de diversos canales económicos", llegó a advertir Pressman al anunciar ante los medios las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EE.UU.

El embajador reiteró que la presencia en Hungría del IIB -considerado por Washington como un "banco espía"- "significa un peligro para los aliados de la UE y la OTAN".

UNA PRIMERA ADVERTENCIA

"Ha sido una primera advertencia por parte de la diplomacia estadounidense hacia el Gobierno húngaro", asegura en declaraciones a EFE Bulcsú Hunyadi, analista del Instituto Political Capital.

Según Hunyadi, el hecho de que las sanciones afecten a una organización internacional y a un funcionario húngaro podrían significar que EEUU, por el momento, no quiso atacar directamente al Gobierno para dejar abierta la opción del diálogo.

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El partido liberal Momentum ha llamado la atención sobre que "se trata de una primera advertencia que tendrá continuación".

Los socialistas, por su parte, calificaron las sanciones de "una vergüenza" y reiteraron que el IIB es "un caballo de Troya" en la UE.

RELACIONES DETERIORADAS

Las relaciones entre Hungría y EE.UU., tensas desde hace años, han empeorado tras la invasión rusa de Ucrania, debido a que Budapest ha roto la línea de la UE y la OTAN, a las que pertenece, asegurando que la ayuda militar a Kiev alarga la guerra y criticando las sanciones contra Moscú.

La prensa progubernamental ha filtrado que en una reciente reunión del partido de Orbán, el Fidesz, el primer ministro llegó a decir que EEUU es un adversario.

El ministro de Exteriores, Péter Szijjártó, ha acusado en varias ocasiones a Pressman de injerencia en asuntos internos del país centroeuropeo.

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La relaciones bilaterales están dañadas desde la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.

Orbán fue el único mandatario comunitario que durante la campaña electoral de 2016 apoyó al populista Donald Trump.

De hecho, el primer ministro ha asegurado que las relaciones con Washington mejorarían si Trump ganara las próximas elecciones.

En este sentido, Hunyadi cree que las esperanzas de Orbán podrían ser falsas, ya que en 2019, cuando el IIB se mudó a Budapest, la administración Trump también expresó sus críticas.

Por otra parte el analista no espera que las relaciones bilaterales mejoren a corto plazo, al menos ante la opinión pública.

"El gobierno de Orbán ataca a todos los que critican sus políticas. No creo que haya cambios", opina, recordando que Budapest utiliza un discurso muy cercano al ruso y sus relaciones energéticas con Moscú son muy profundas.

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De hecho, la prensa progubernamental, como el diario digital MagyarNemzet.hu, ya ha asegurado que "EEUU quiere castigar a Hungría por su postura a favor de la paz en la guerra de Ucrania".

El ministro de Gobernación, Gergely Gulyás, afirmó que "la diplomacia (norte) americana no ha renunciado a intentar presionar a Hungría para que apoye la postura proguerra".

Marcelo Nagy

(c) Agencia EFE