Vuelven los contagios en los cruceros: ¿por qué son uno de los lugares más propicios para infectarse?

Mientras que los casos de coronavirus siguen aumentando en el mundo, la llegada del verano en el hemisferio norte del planeta ha provocado unas vacaciones atípicas, en las que las mascarillas, los geles hidroalcohólicos y la distancia social están muy presentes.

Aunque todos los sectores turísticos se han visto afectados y hoteles y restaurantes aprecian la caída de la demanda, hay uno en concreto que por sus características puede tener un mayor impacto negativo. Se trata del de los cruceros.

Ya son varias decenas de positivos en este crucero en Noruega. (Photo by TERJE PEDERSEN/NTB Scanpix/AFP via Getty Images)
Ya son varias decenas de positivos en este crucero en Noruega. (Photo by TERJE PEDERSEN/NTB Scanpix/AFP via Getty Images)

Apenas dos semanas después de que la industria volviera a funcionar tras más de tres meses parada por el coronavirus, ya se han confirmado los primeros focos en estos alojamientos flotantes. Se trata de dos brotes, uno en el MS Roald Amundsen en Noruega que hacía un crucero por el Ártico y otro en el Paul Gauguin en Tahití, que navegaba por el Pacífico.

En el caso del primero hasta el momento ya se han identificado a al menos cuatro decenas de contagiados entre la tripulación y los pasajeros. Cuando el barco llegó a puerto en Tromso varias personas fueron hospitalizadas y las pruebas de COVID-19 dieron positivo. El problema es que los ciudadanos ya habían desembarcado en esta localidad noruega, por lo que las autoridades están intentando localizar a todos ellos y pedirles que se aíslen, aunque existe el riesgo de que este brote se siga extendiendo.

Cabe recordar que en el mes de marzo este buque estuvo varado en el mar durante varios días con un centenar de pasajeros a bordo después de que Chile rechazó su entrada al puerto debido a casos confirmados de coronavirus en el barco, tal y como cuenta The Guardian.

En lo que se refiere al Paul Gauguin, a los pasajeros se les ha pedido que permanezcan en el barco después de que se haya encontrado un caso positivo tras atracar en Papeete (Tahití). Se trata de un miembro de la tripulación y por el momento no se conoce si hay más infectados.

En febrero de 2020, cuando la mayoría de países del mundo todavía no reportaban casos y el epicentro estaba en Wuhan hubo mucha polémica con el crucero Diamond Princess, que transportaba a más de 3.000 pasajeros y que tuvo que estar varado y en cuarentena tras confirmarse que había más de 600 positivos en el buque. Durante semanas fue el lugar con más contagios de la enfermedad fuera de China y asestó un golpe muy importante a un sector que poco después tuvo que parar su actividad.

Toma de temperatura a los pasajeros del Diamond Princess tras desembarcar en Japón. (AP Photo/Eugene Hoshiko)
Toma de temperatura a los pasajeros del Diamond Princess tras desembarcar en Japón. (AP Photo/Eugene Hoshiko)

Y es que es necesario aclarar que por su propia naturaleza, los cruceros son lugares en los que el coronavirus tiene muchas más posibilidades de propagación. Se trata de lugares pequeños en los que normalmente se concentra una gran cantidad de personas, aumentando el riesgo de contagio.

Teniendo en cuenta además que hay muchos servicios compartidos (piscinas, auditorios restaurantes…), que se juntan personas de distintas nacionalidades, y que en este tipo de viajes se suele socializar mucho más y proliferan las interacciones, el coronavirus tiene todos los ingredientes necesarios para prosperar.

Las medidas contra el coronavirus

Conscientes de estas circunstancias, varias compañías de cruceros decidieron reanudar sus viajes con la llegada del verano aportando una serie de medidas para frenar los contagios. Entre ellas está la limitación de pasajeros, más equipos médicos, la realización de actividades que respeten las distancias y un mayor cuidado por las medidas higiénicas.

El coronavirus también ha afectado a uno de los símbolos de estos viajes: los bufés de comida: ya son varias las compañías que han decidido eliminar el autoservicio de alimentos y lo han adaptado a algo parecido a los restaurantes tradicionales. Está por ver si se siguen produciendo brotes en los cruceros o si estas medidas son suficientes para evitar nuevos contagios.

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